La llamada tasa estadística que Argentina aplica a algunas importaciones aparece hoy como una de las últimas trabas a superar para la firma del acuerdo entre el Mercado Común del Sur (Mercosur) y Chile el próximo 25 de junio.
El ministro chileno de Relaciones Exteriores, José Miguel Insulza, dijo este martes que el tema está en vías de solución, y aunque no entregó mayores detalles indicó que a esta altura del proceso es difícil revisar aspectos generales del acuerdo.
Las bases del acuerdo de asociación y comercio entre Chile y el bloque que conforman Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay fueron establecidas a mediados de marzo, en la última ronda de negociaciones efectuada en Buenos Aires.
Allí, Chile removió uno de los últimos obstáculos, al aceptar que los llamados productos agrícolas tradicionales (cereales, carnes y lácteos) integren también las listas de liberación arancelaria, aunque con plazos de desgravámenes de 15 a 18 años.
La Sociedad Nacional de Agricultura rechazó esa concesión y advirtió que la competencia de granos y carnes subvencionados en los países del Mercosur arruinará a unos 800.000 pequeños y medianos agricultores chilenos.
Al conflicto agrícola se suma otro obstáculo, el de la tasa estadística, materia en la cual el jefe del equipo negociador chileno, Carlos Mladinic, dio a entender que la única fórmula de avenimiento pasa por su eliminación.
Si el gobierno de Argentina insiste en mantener ese gravamen, las exportaciones que Chile colocaría en el Mercosur con arancel cero en virtud del acuerdo comercial entrarían no obstante a ese país con un arancel de tres por ciento, lo que "sería muy inequitativo" para el país, comentó Mladinic.
"Le hemos exigido a Argentina el mismo arancel (cero) que nosotros le vamos a cobrar a los otros países" del Mercosur, afirmó el jefe del equipo negociador chileno.
"Por lo tanto, aquí no hay una negociación en ese aspecto, sino simplemente que se acepte el acuerdo marco de preferencia" arancelaria, subrayó.
Mientras persiste la pugna con la Sociedad Nacional de Agricultura, el gobierno del presidente Eduardo Frei recibió renovados apoyos a la negociación con el Mercosur de otros sectores ampresariales.
La asociación de Chile con el Mercosur favorece considerablemente a la economía y al desarrollo del país y contribuye a la superación de la pobreza, señaló el presidente de la Asociación de Exportadores de Manufacturas, Roberto Fantuzzi.
"Creo que esto nos va a dar un nuevo impulso, que trae como consecuencia que se exporte más manufactura, que es la única forma de derrotar la pobreza en nuestro país. Si seguimos exportando productos primarios no vamos a avanzar absolutamente nada", señaló Fantuzzi.
Respecto de la situación del sector agrícola, el dirigente sostuvo que los medianos y los grandes productores se verán favorecidos porque se abren nuevos mercados y obliga al sector a dinamizarse.
Pedro Lizana, presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), gremio de los empresarios industriales, consideró en tanto que el ingreso de Chile al Mercosur "es un pasaporte para la paz" con los países vecinos.
"Yo creo que las vías de comunicación y el aumento en las relaciones económicas entre los países es lo que asegura la paz, estrechando los lazos, de manera tal que para ninguno de estos países sea conveniente alterar la paz", indicó Lizana.
La llave para abrir los mercados es precisamente este acuerdo subregional, "que significa la vida o la muerte para algunos sectores, como la mediana industria", agregó el presidente de Sofofa.
"El mercado chileno es muy pequeño para dar reales posibilidades a la mediana industria. Sectores como la celulosa, el papel o la harina de pescado no tienen problema porque son competitivas y grandes en cualquier parte del mundo", indicó.
Lizana, sin embargo, reconoció que algunos productos agroindustriales tienen cupos de importación pedidos por Argentina y Brasil, y deberán desarrollar grandes esfuerzos, a mediano y largo plazo, para mantenerse en el mercado. (FIN/IPS/mjc- ggr/ag/if/96)