Mientras los líderes mundiales hablan de la necesidad de paz en la frontera entre Líbano e Israel, el conflicto de Medio Oriente se agrava y no hay señal alguna de acallamiento de las armas.
Los radicales islámicos de Hezbollah (Partido de Dios) lanzaron este martes siete misiles Katyusha contra el norte de Israel, en cuanto las fuerzas israelíes continúan atacando objetivos en todo Líbano desde tierra, mar y aire.
Mientras, las conversaciones de paz se encontraron con un estorbo cuando el presidente de Siria, Hafez al-Assad, negó una audiencia al secretario de Estado de Estados Unidos, Warren Christopher, que viajó a la región especialmente para las negociaciones.
Christopher realiza desde el sábado intensos esfuerzos por poner fin al fuego que dejó 159 muertos en Líbano desde que Israel lanzó su operación "Viñas de Ira", el 11 de este mes.
Funcionarios del gobierno sirio comunicaron que Assad canceló la entrevista por coincidir con la visita a Damasco de la primera ministra de Pakistán, Benazir Bhutto.
Christopher comenzó este martes a negociar con el primer ministro israelí Shimon Peres en medio de señales de modificaciones de la naturaleza de su misión.
Inicialmente el secretario de Estado había propuesto un plan de seis puntos destinado simplemente a asegurar un cese del fuego, sin atacar las causas subyacentes de la guerra de 14 años entre Israel y Hezbollah.
Actualmente Christopher considera una serie de propuestas que vincularían directamente una tregua a un acuerdo de paz de amplio alcance, según informes de funcionarios estadounidenses que acompañan al secretario de Estado en su gira.
Pero aun antes del desaire de Assad, el descontento de Siria con el plan de paz de Estados Unidos era obvio. El periódico oficial The Syria Times afirmó que "Washington es culpable por el baño de sangre cometido por su aliado estratégico en Líbano". (FIN/IPS/tra-en/jmr/dho/rj/ml/ip/96)
