DESARROLLO: La UNCTAD busca renovar su misión en el mundo

La mayor conferencia comercial jamás realizada en Africa comenzó hoy en esta ciudad sudafricana, coincidiendo con las celebraciones del Día de la Libertad, en el segundo aniversario de las primeras elecciones no raciales.

La señalada fecha de Sudáfrica no arrojó sombra, sin perjuicio de su importancia, sobre la inauguración de la Novena Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD IX).

Por el contrario, altos funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y otros dignatarios de la comunidad internacional, se trasladaron a Pretoria, unos 40 kilómetros al norte de Midrand, para participar en la celebración oficial.

El presidente sudafricano Nelson Mandela estuvo flanqueado, en la terraza exterior del Teatro del Estado, en Pretoria, por los vicepresidentes Thabo Mbeki y Frederik de Klerk, y asimismo por el secretario general de la ONU, Boutros Boutros-Ghali, el rey Husseín de Jordania y el presidente de Costa Rica, José Figueres.

Estas personalidades se encuentran entre los jefes de Estado que viajaron a Sudáfrica para intentar la búsqueda de mecanismos de estímulo al crecimiento y al desarrollo sostenible en un mundo que se liberaliza y tiende a la globalización de los problemas, uno de los temas clave que serán discutidos en UNCTAD IX.

La conferencia -cuyos trabajos se prolongarán hasta el 11 de mayo- también atenderá a la situación de 2.000 millones de pobres que permanecen excluidos de la economía mundial, procurando la forma de incorporarlos al proceso económico.

En la agenda de UNCTAD IX se incluye la utilización del comercio internacional, así como la promoción del desarrollo empresarial y la competitividad en los países pobres, como instrumentos para el desarrollo.

Esta es la novena conferencia cumbre que la UNCTAD celebra desde su fundación, en 1964. Le corresponderá a Sudáfrica presidir este organismo especializado de la ONU -integrado por 188 países- hasta la próxima conferencia, dentro de cuatro años.

En el discurso que pronunció ante miles de personas en el centro de Pretoria, Mandela agradeció a la ONU "por permitirnos ser anfitriones de UNCTAD IX, lo cual demuestra con elocuencia que esta nación ha pasado a ser un participante orgulloso, e igual a cualquiera de los demás, en los asuntos mundiales".

Más tarde en la misma jornada de este sábado, el ministro sudafricano de Comercio e Industria, y nuevo presidente de la UNCTAD, Alec Erwin, habló en la sesión inaugural de la reunión, en Midrand, un centro empresarial ubicado a medio camino entre Pretoria y Johannesburgo.

"Al recibir el honor de la Presidencia, intentaremos hacer uso de ella para dar a los propósitos de la UNCTAD un nuevo sentido. Debemos atrevernos a reafirmar nuestra fé en el poder de la humanidad para mejorar su condición", dijo Erwin.

La UNCTAD es un organismo intergubernamental que tiene por cometido acelerar el comercio internacional y el desarrollo a través de la cooperación, la negociación y la asociación.

Sin embargo, en los últimos años ha debido soportar crecientes presiones para que redefina su papel en el mundo internacional, e incluso está en la mira de los planes de reestructuración del sistema de la ONU, con amenaza de disolución a corto plazo.

Muchos consideran que su misión ha pasado a ser irrelevante después de la creación de la Organización Mundial del Comercio, que ahora tiene en sus manos la mayor parte de las cuestiones relacionadas con el comercio internacional.

Los gobernantes sudafricanos han dejado en claro que intentarán fortalecer el papel de la UNCTAD en los próximos cuatro años, pero los países occidentales, en particular Estados Unidos, empujan para radiar al organismo de los asuntos relativos al comercio internacional.

Se espera una abundante polémica en esta reunión de Midrand, y no sólo porque los países en desarrollo desean que la UNCTAD juegue un papel destacado en las negociaciones por el libre comercio, mientras que los industrializados se oponen a ello.

Además, estos últimos han propuesto la implantación de fuertes normas ambientalistas que condicionen la pertenencia de los Estados a los organismos comerciales, algo que podría ser resistido por los países menos desarrollados.

Otros puntos de la agenda incluyen el papel de la UNCTAD en la eliminación de las prácticas desleales de comercio y del trabajo infantil. (FIN/IPS/tra-en/jf/kb/arl/if-dv/96)

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