Tanto en Brasil como en otras regiones del mundo, diversas organizaciones de defensa del consumidor han alertado sobre la importancia del uso racional de los medicamentos frente a las crecientes denuncias sobre el uso de medicamentos y drogas peligrosas durante los últimos meses.
En la capital brasileña, la Secretaría de Salud prohibió la venta en farmacias de insumos para test de sensibilidad a la penicilina. Este test sólo se hará en hospitales debido al riesgo de shock anafiláctico asociado con dichos productos.
El Committee for Propietary Medical Products de la Comisión Europea determinó por su parte que el Droxican no tiene ninguna ventaja sobre otros anti – inflamatorios y que su relación de beneficio-riesgo es desfavorable, por lo que recomendó que su comercialización sea suspendida.
En Holanda el comité para la evaluación de medicinas retiró la autorización de venta para todos los productos cuya aplicación dérmica contiene gentacina, un antibiótico también disponible para su administración sistemática, por lo que conlleva el riesgo de desarrollo de resistencia.
Otro ejemplo es el de Japón, en donde la Oficina de Asuntos Farmacéuticos incluyó las convulsiones en la lista de reacciones adversas por la indometacina, luego de recibir reportes de convulsiones luego de la administración de supositorios del producto. (FIN/CI-Ips/96)
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