Los productores de leche y derivados de Brasil reclaman al gobierno una mayor protección contra las importaciones subsidiadas, buscando evitar una rebaja en los aranceles a partir del próximo lunes.
La leche en polvo mantendrá su arancel de 30 por ciento, pero debería ser de 75 por ciento hasta que concluya una investigación sobre subsidios en los países exportadores, especialmente europeos, señaló Jorge Rubez, presidente de la Asociación Brasileña de Productores de Leche B.
Los productores del sector, que solicitaron la investigación, aspiran a la adopción de aranceles que correspondan al nivel de subsidios practicados en el país de origen.
Con aranceles inicialmente bajos y luego elevados, en 1995 Brasil importó por 619 millones de dólares en leche y derivados, contra 262 millones el año anterior. La producción interna creció cuatro por ciento, pero el consumo aumentó aún más tras la estabilización de la moneda nacional.
El lunes caduca una lista de excepciones especiales al arancel externo común (aec) del Mercosur, que durante un año permitió a Brasil flexibilizar sus tarifas para proteger a algunos sectores y, en otros, estimular importaciones para asegurar el abastecimiento interno.
El gobierno negoció con sus tres socios del Mercosur (Argentina, Paraguay y Uruguay) mantener diez productos, que escasean momentáneamente, como el alcohol carburante, con aranceles excepcionalmente bajos en los próximos 90 días.
Pero los aranceles de productos lácteos como el queso caerán de 30 a 16 por ciento. La Asociación Brasileña de la Industria de Queso (Abiq) reclama por lo menos 20 por ciento de protección, para asegurar la competitividaad del producto.
Además de los subsidios europeos, la industria local enfrenta la competencia de Argentina y Uruguay, dentro del Mercosur.
Esos dos países tienen costos de producción de leche muy inferiores, de 17 y 15 centavos de dólar por litro, respectivamente, contra 25 en Brasil, según indicó Fabio Scarcelli, vicepresidente de Abiq. (FIN/IPS/mo/dg/if/96)
