El motín que comenzó este martes en la cárcel de Villa Devoto en la capital argentina finalizó hoy con la entrega del penal, destruído parcialmente, siete heridos y la única promesa de las autoridades de no reprimir.
Pabellones quemados, techos y paredes derribadas constituyen el saldo material del motín de Villa Devoto, considerada por la justicia como "la peor cárcel del país" por el hacinamiento, la inseguridad y las deficiencias alimentarias que padece su población.
La justicia investiga si hay muertos o desaparecidos como indicaron en la víspera algunos familiares que tomaron contacto con los reclusos, pero por el momento sólo se informó de siete heridos, de los cuales seis con quemaduras y uno más grave, con traumatismo de cráneo.
Los nueve rehenes, todos guardiacárceles, habían sido liberados en la noche del lunes, luego que el ministro de Justicia, Rodolfo Barra, advirtiera que no negociaría con amotinados y que el gobierno contemplaba la posibilidad de reprimir, aún a riesgo de que mataran a los rehenes.
La rebelión se produjo apenas 15 días después de la finalización del motín de la cárcel de Sierra Chica en la provincia de Buenos Aires, donde hubo siete muertos que fueron quemados en los hornos de la panadería del penal, según constató la justicia.
Durante aquel motín, que se inició en un intento frustrado de fuga de un grupo de presos y se extendió a 17 cárceles del país, los prisioneros tomaron 17 rehenes, cinco de ellos civiles, todos liberados vivos tras ocho días de cautiverio.
Las versiones sobre el inicio de la crisis en Vila Devoto difieren según la fuente. El ministro de Justicia sostuvo que la rebelión se desató cuando los guardias frustraron un ingreso de armas al penal que iba a servir para un plan de fuga.
Pero los familiares de los internos manejan otras dos hipótesis. Unos dicen que el motin comenzó cuando guardias apalearon a enfermos de sida "como hacen todos los días" y otros, que la represión se inició cuando los presos elevaron un petitorio por mejores condiciones de reclusión.
Los reclusos pidieron este martes el indulto para los enfermos de sida, la conmutación de penas, la aceleración de procesos y mejores condiciones de prisión para toda la población carcelaria. Pero el gobierno no negoció y sólo prometió que no habrá represalias.
Un familiar de un interno comentó que "en la escala de valores de Devoto un preso es lo mismo que un excremento" y denunció la existencia de "buzones", como se denomina en la jerga carcelaria a las celdas de castigo, de un metro por dos y sin ventanas.
En uno de los buzones había encontrado el juez Jorge Ballestero a cuatro reclusos en ropa interior y compartiendo un solo plato de comida el 21 de marzo, cuando realizó una sorpresiva visita a la prisión de Villa Devoto que derivó en un informe desolador sobre las condiciones de reclusión.
"Es la peor cárcel del país por el hacinamiento, la inseguridad y las deficiencias alimentarias alarmantes" que padecen los presos, propensos a contraer enfermedades pulmonares o respiratorias por la desprotección a la que se los somete, denunció el juez.
El magistrado reveló entonces que la cárcel no dispone de la higiene elemental, faltan camas y hay una carencia absoluta de iluminación en todos los sectores, lo que aumenta la inseguridad de la prisión, debido a la escasez de personal de custodia.
El motín de Villa Devoto, en el que los presos manifestaron su furia por las condiciones inhumanas de reclusión, resultó menos cruento de lo previsto. El lunes, los familiares habían advertido que había al menos cinco muertos.
Pero no es el primero que ocurre. El mas trágico antecedente ocurrió en 1978, durante la última dictadura militar, cuando en una protesta murieron 60 internos.
Desde que retornó la democracia en 1983 se produjeron seis movimientos en las cárceles, pero ninguno con víctimas fatales. (FIN/IPS/mv/ag/ip/96)
