La fragmentación del Estado y la ignorancia sobre la región, son a juicio de expertos de Estados Unidos las principales causas de la inestable relación política y económica entre su país y América Latina.
Tales planteamientos fueron expuestos por representantes de tres fundaciones no gubernamentales estadounidenses durante un encuentro con unos 200 empresarios panameños convocados por el Consejo Empresarial Panamá-Estados Unidos.
Michael Shiffer, representante de Interamerican Dialogue, señaló que tras el fin de la guerra fria Washington "dejó de tener un plan coherente y claro sobre América Latina", y que la Casa Blanca, el Congreso y el Departamento de Estado "sólo actúan cuando hay crisis".
Puso como ejemplo las recientes crisis en Haití, México y Cuba, donde -según indicó- el gobierno respondió "cuando hubo presiones" del Congreso, el Departamento del Tesoro y los emigrantes de esos países.
"Cuando nos preguntan cuál es la política (de Washington) hacia América Latina no sabemos cómo contestar", porque hay "un fenómeno de fragmentación impresionante que ha producido un nivel de desorden y caos en la política exterior de Estados Unidos", indicó.
A los problemas planteados por Shiffer se suman "un altísimo grado de ignorancia sobre América Latina entre los miembros del Congreso, la prensa y el público" estadounidenses, según destacó Jack Sweeney, de la Heritage Fundation.
Tras señalar que los congresistas "no tienen una estrategia a largo plazo sino hasta las próximas elecciones", Sweeney dijo que la visión del Congreso hacia América Latina está influída por los conflictos ideológicos que hubo en la región en las décadas de 1970 y 1980 "y no por la realidad actual".
"Eso es lo bueno, lo malo es que en general el Congreso mira hacia Europa y Asia y no hacia el Sur", precisó.
El comercio entre América Latina y Estados Unidos es muy elevado, "pero no se ve porque no hay conflictos como en Europa y Asia, y cuando el Congreso mira hacia América Latina no piensa en comercio sino en conflictos ideológicos, en invasiones y narcotráfico", añadió el experto.
Por ello -puntualizó-, el esfuerzo de los gobiernos y de los empresarios de América Latina para conseguir la integración con Estados Unidos no va a llegar a ninguna parte en los próximos años, ya que "lamentablemente el que firma los tratados de libre comercio es el Congreso" y no la Casa Blanca.
A su juicio, América Latina va a tener una relación estable y de respeto de parte de Estados Unidos cuando culmine su propio proceso de integración, "que también está fragmentado", y los países dejen de apostar al bilateralismo en sus relaciones con Washington.
Mark Falkoff, del American Enterprise Institute, aclaró que la falta de buenas relaciones de Estados Unidos con América Latina se debe a que ese país "es un gran continente, provinciano, y volcado culturalmente hacia adentro".
Explicó que para el estadounidense "un país es importante si está relacionado con los intereses de Estados Unidos y su política interna".
Puso como ejemplo el caso de los conflictos entre Panamá y Estados Unidos durante el gobierno del derrocado general Manuel Noriega, "cuando la prensa estadounidense dio la imagen de que los panameños odiaban a los norteamericanos".
Tras indicar que "esa es la forma en que el estadounidense mira al mundo", Falkoff dijo que a pesar de que Noriega hace seis años que abandonó el poder, "el público piensa aún que Panamá es un país antinorteamericano, que es su enemigo y que es peligroso para los turistas".
Sin embargo, el presidente del Consejo Empresarial Panamá Estados Unidos, Joaquín Vallarino, comentó a IPS que todo lo planteado por los expositores "no es nuevo" para las fundaciones estadounidenses.
A su juicio, "la clave para hacer negocios es mantener una presencia física en Washington con el fin de romper aquellas barreras que se interponen entre la burocracia y el sector empresarial" de Estados Unidos y América Latina.
No obstante, otros empresarios, como Carlos González de la Lastra, estiman que Estados Unidos "no valora" la amistad y las buenas relaciones que le ofrecen los latinoamericanos.
Explicó que en muchas ocasiones América Latina ha aportado soluciones para que Estados Unidos resuelva sus conflictos externos.
"¿Y qué recibimos a cambio? Críticas, campañas infames de su prensa e informes oficiales que lo único que hacen es dañar nuestra imagen internacional", subrayó.
"En esas condiciones es muy difícil tener una relación amistosa con Estados Unidos", concluyó González de la Lastra. (FIN/IPS/sh/dg/ip-if/96).