MEXICO-ESTADOS UNIDOS: Migración ilegal tiene costos y beneficios

La migración indocumentada mexicana a Estados Unidos, un eje de la puja preelectoral en este último país, tiene raíces y por lo tanto soluciones a ambos lados de los 3.200 kilómetros de frontera entre ambas naciones.

En declaraciones a IPS, expertos y funcionarios de México dedicados a temas de población coincidieron en que si los dos gobiernos y los sectores sociales involucrados no aceptan esta realidad será imposible hallar una salida concertada y eficaz.

El investigador Rodolfo Tuirán puso en duda la propia calificación como "problema" del fenómeno migratorio ilegal.

"Considerarlo como tal depende del número de migrantes y de su funcionalidad dentro de una planificación socioeconómica a acordar entre los gobiernos estadounidense y mexicano, a fin de equilibrar los costos y beneficios para las partes", dijo.

Tuirán, experto de El Colegio de México y autor de numerosos trabajos sobre el tema, estimó positiva la decisión adoptada recientemente en el sentido de crear un comité consultor binacional de especialistas para analizar la cuestión.

Sin embargo este organismo sólo desempeñará labores de estudio y asesoría, de modo que sus recomendaciones no tendrán efecto ejecutivo de no mediar la voluntad política de los respectivos gobiernos.

"Es el cuento de nunca acabar, ya que cada vez que hay crisis o comicios, o que como ahora se juntan ambas cosas, en los Estados Unidos recrudece la campaña demagógica pseudonacionalista a fin de ganar votos", precisó el académico mexicano.

Adujo que, en diverso grado, los aspirantes buscan el apoyo del mayoritario electorado conservador de Estados Unidos -que incluye tanto a sectores blancos como negros y residentes legales de origen latinoamericano- "satanizando al indocumentado".

Aseguró que lo culpan, como a un clásico chivo expiatorio, de grandes males generalizados y crecientes que minan a la sociedad estadounidense: desempleo, inseguridad, delincuencia, drogas, corrupción, marginalidad y violencia en la vida cotidiana.

Según Tuirán, dentro de ciertos rangos cuantitativos, la migración indocumentada conviene a Estados Unidos porque lo provee de mano de obra barata y eficaz para tareas que suelen rechazar sus ciudadanos.

A su vez, explicó, México se beneficia por el efecto descompresor de sus propios problemas de desempleo y pobreza, y recibe unos 4.000 millones de dólares anuales en concepto de giros de ayuda familiar desde Estados Unidos.

Se trata de uno de los mayores rubros de ingresos de divisas para la economía mexicana, sólo superado por la exportación de petróleo y las recaudaciones de la industria turística.

Los asalariados indocumentados en Estados Unidos carecen de prestaciones sociales y perciben salarios muy inferiores a los de sus compañeros de clase estadounidenses, pero notablemente superiores a los que se pagan en sus propios países.

Aunque es ilegal que las empresas contraten a indocumentados – por lo que se arriesgan a multas, clausuras y otras sanciones- las autoridades estadounidenses no han realizado hasta ahora con eficiencia los controles correspondientes.

La semana pasada, dentro de su campaña reeleccionista, el jefe de la Casa Blanca, Bill Clinton, ordenó a todas las reparticiones gubernamentales que no otorguen contratos a empresas que empleen indocumentados.

Por su parte el ultraconservador precandidato republicano Pat Buchanan ganó este martes las primarias en el estado de New Hampshire con un discurso antinmigrante y prometió levantar muros en las fronteras de Estados Unidos no sólo con México sino también con Canadá.

Proyecciones actuales de estadísticas aproximativas mexicanas del fenómeno clandestino permiten estimar que hoy en Estados Unidos viven unos 3.250.000 trabajadores indocumentados de origen latinoamericano, mexicanos en su abrumadora mayoría.

Este número es similar al de los migrantes del mismo origen que han regularizado su situación y son ya residentes legales. No obstante, la cifra del Servicio de Inmigración de Estados Unidos (SIN) es muy superior, puesto que asciende a 4.500.000.

Leopoldo Alvarez, alto funcionario del Consejo Nacional de Población de México (Conapo), sostuvo que dada su condición clandestina el fenómeno migratorio no cuenta con cifras seguras aceptadas por todos.

En general, afirmó, los grupos antinmigrantes tienden a exagerarlas y los mexicanos tratan de mantenerlas dentro de límites más cercanos a la realidad.

Alvarez dijo que gran parte de las estadísticas manejadas por los sectores xenófobos y racistas de Estados Unidos reflejan la circularidad del fenómeno migratorio ilegal, con gente que entra y sale constante y temporalmente a través de la frontera.

"Hay más de 50 definiciones del migrante indocumentado, según se consideren tales o cuales aspectos, y los intentos de medición sólo pueden pretender reducir el margen de incertidumbre", aclaró.

"Como en el tema de las drogas, sin la colaboración de todos los involucrados en un pie de igualdad y en busca del bien común seguiremos sumergidos en un diálogo de sordos", concluyó Alvarez. (FIN/IPS/emv/dg/pr/96)

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