Dirigentes de las llamadas radios populares en Chile denunciaron que sus emisoras no han sido aun legalizadas debido a la presion politica de grupos empresariales ligados al area de las comunicaciones.
La Agrupacion Nacional de Radio Popular (Anarap) senalo que la gubernamental Secretaria de Telecomunicaciones utiliza un vacio legal como resquicio para no conceder permisos de funcionamiento a las emisoras de minima cobertura.
Estas radios, que se destacaron hacia el fin de la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-90) dando la palabra a personas que no tenian acceso a los medios oficiales, fueron calificadas de "piratas" hasta que se las utorizo por una ley expedida en diciembre de 1993 por el entonces presidente Patricio Aylwin.
Segun la Anarap, la ley no se aplica debido a presiones politicas de grupos de poder que desean mantener la exclusividad de las comunicaciones radiales arguyendo la saturacion del dial radiofonico.
Los dirigentes de las radios populares emplazaron a la Subsecretaria de Telecomunicaciones a que explique a la ciudadania por que no se cumplen las disposiciones de la ley que permite las trasmisiones de las "radios de minima cobertura", que solo pueden operar con un watt de potencia.
"Falta voluntad politica para solucionar el problema y se han previlegiado los intereses de los empresarios por sobre los de la gente", senalo el lider de la Anarap, Mario Villalobos, durante el seminario "Radios Comunitarias: un aporte al desarrollo".
Las "radios populares", que transmiten con una potencia de pequeno alcance, estan orientadas a favorecer la participacion de las personas y sus expresiones culturales a traves de programaciones que posibiliten la comunicacion bidireccional.
A mediados de 1991 el parlamento chileno modifico la antigua ley General de Telecomunicaciones, imponiendo duras sanciones a las emisoras que transmitieran sin autorizacion, luego de que la derechista Union Democratica Independiente (UDI) denunciara la existencia de radios clandestinas.
Por esa razon las 54 radios comunales existentes en ese periodo debieron silenciarse a la espera de nuevas disposiciones legales que les permitieran operar.
El cese de las transmisiones desencadeno un largo proceso de discusion parlamentaria que permitio una segunda modificacion a la ley, esta vez para crear las llamadas radios de "minima cobertura".
Anarap considera a la ley como un avance, en tanto permite la existencia de las radios comunitarias, las cuales deben tener un caracter cultural y humanitario.
Pero objeta que la normativa les prohiba contratar publicidad, excepto la religiosa, lo cual dificulta aun mas la gestion y mantenimiento de estos proyectos comunicacionales nacidos con inversiones muy escasas.
Pese a las limitaciones financieras, las organizaciones con proyectos radiales decidieron presentarse a los concursos convocados por la Subsecretaria de Telecomunicaciones para ganar las concesiones que les permitirian acceder a una frecuencia en el dial.
De los 62 grupos afiliados a la Anarap, 11 ya obtuvieron la concesion de frecuencia de "minima cobertura" al cumplir con los requerimiento necesarios, sin embargo un vacio en la ley ha demorado la entrega de las concesiones .
Ese vacio permite que el tramite se extienda indefinidamente a la espera de la firma del ministro de Transporte y Telecomunicaciones.
A pesar de que podrian ser sancionados con tres anos de carcel por tansmitir ilegalmente, los "radio-apasionados" optaron por salir al aire con su programacion en beneficio de la comunidad.
"Nadie quiere estar preso por transmitir ilegalmente, pero por una negligencia del gobierno no vamos a renunciar a un proyecto comunitario como este", senalo John Maulen, uno de los relatores en el seminario.
Maulen es locutor de la emisora Villa Francia, un conjunto habitacional del sector oeste de Santiago, pionero en la creacion de radios populares contestatarias a la dictadura.
Para Villalobos la falta de cumplimiento de las disposiciones que la ley senala por parte del organismo oficial afecta la imagen del gobierno del presidente Eduardo Frei y malogra la fe publica en los concursos a los que llama el Ejecutivo.
En el seminario, ademas de discutirse las lineas para conseguir las concesiones de frecuencia, se abordaron los desafios que deben plantearse estas emisoras como vehiculo de comunicacion de todos los actores sociales.
Los retos que enfrentan tienen relacion con la necesidad de capacitar a las personas que trabajan en la emisoras, asi como plantear los mensajes que verdaderamente importan a la gente, ademas de poner al hombre en el centro de la discusion.
La radio comunitaria como fenomeno social no es una experiencia nueva ni limitada a este continente.
Lo que en America Latina se conoce como radio popular o educativa, se llama radio rural o local en Africa, radio publica en Australia y radio libre o asociativa en Europa.
Todas estos nombres describen un sistema radiofonico que democratiza la comunicacion a escala comunitaria permitiendo la expresion de los grupos marginados y de las comunidades aisladas.
La peruana Tachi Arriola, representante de la red de mujeres de la Asociacion Mundial de Radios Comunitarias (Amarc), destaco el aporte de Chile y Colombia al desarrollo de las radios comunitarias como pioneros en seguir la linea de la legalidad y defender el derecho a la libre comunicacion.
En Chile, donde existen experiencias de este tipo desde 1965, estas emisoras han contribuido a elevar la calidad de vida en sectores de bajos ingresos a traves de aportes a la educacion y el esparcimiento.
Los dirigentes mostraron cierto optimismo luego que en el seminario el diputado del cogobernante Partido Socialista Carlos Montes anunciara la posibilidad de crear una comision investigadora para analizar la legalizacion de las radios comunitarias chilenas. (FIN/IPS/mj/dg/cr-pr/96)
