Los indices mexicanos de mortalidad cayeron drasticamente las ultimas decadas pero podrian dejar de disminuir este fin de siglo y ademas revelan la subsistencia de serias desigualdades sociales.
Aunque el nuevo Programa Nacional de Poblacion 1995-2000 busca salvar deficiencias priorizando el desarrollo socioeconomico como base de la politica demografica -en lugar de basarse solo en la planificacion familiar- la actual crisis seguramente lo demorara.
Funcionarios y expertos coinciden en admitir que se mantienen notorias diferencias regionales y de clase en la distribucion de la mortalidad en general y de la infantil en particular, con particular incidencia en las zonas de poblacion indigena.
La politologa Alicia Rubio senalo que dada la crisis que estallo en diciembre de 1994 la distancia entre teoria y practica sera mayor que la habitual.
En dialogo con IPS, la experta de la Escuela Nacional de Antropologia e Historia (ENAH) sostuvo que "es posible que el nuevo programa demografico gubernamental, cuyo eje es el impulso al desarrollo socioeconomico, demore algunos anos en aplicarse".
Segun las estadisticas oficiales el producto interno bruto, que crecio a un promedio de tres por ciento anual en el sexenio 1989- 1994, caera este ano en mas de seis por ciento.
Si bien el gobierno prometio para 1996 una recuperacion de tres por ciento, lo que los expertos ponen en duda que se logre, ello estaria aun lejos de equilibrar los niveles del ano pasado.
De ahi que Mexico, uno de los paises latinoamericanos que mas redujo la mortalidad durante las pasadas decadas, corra el riesgo de estancarse en ese aspecto debido a las consecuencias de las politicas economicas neoliberales en curso.
"Tanto los programas demograficos como otros mas generales y el progreso inercial del pais siguieron mejorando notablemente los ultimos veinte anos la tasa de mortalidad", declaro a IPS Leopoldo Alvarez, del Consejo Nacional de Poblacion (Conapo).
Puso el acento en que la esperanza de vida al nacer paso durante ese lapso de 61 a 69,4 anos en los hombres y de 67 a 75,8 anos en las mujeres. En 1930 los promedios mexicanos eran muy bajos: 35 anos para los hombres y 37 para las mujeres.
No obstante tales avances la vida media de los mexicanos esta todavia lejos de la de aquellos paises con mas bajas tasas de mortalidad como Japon (76,1 anos para hombres y 82,1 anos para mujeres), Suecia (74,9 y 80,5) y Suiza (74,1 y 80,9).
Alvarez admitio que el descenso del indice no se ha dado con igual intensidad por edades, sexo y epoca.
Dijo por ejemplo que el riesgo de muerte en las mujeres se redujo 85 por ciento acumulado entre 1930 y 1994, mientras en los hombres disminuyo 80 por ciento.
Preciso que el descenso mas notable, casi a la mitad, ocurrio entre 1943 y 1956, al producirse una significativa prolongacion de la sobrevivencia que represento ganancias del orden de un ano suplementario de vida por cada doce meses transcurridos.
Entre los principales determinantes de este fuerte descenso de la mortalidad subrayo la expansion de los servicios educativos y de la nfraestructura sanitaria, asi como la ampliacion de los servicios publicos de salud.
Ello fue particularmente notorio a partir de la creacion del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en 1942 y de la conversion, un ano mas tarde, del Departamento de Salubridad en Secretaria de Salubridad y Asistencia, con rango ministerial.
La generalizacion de avances medicos como antibioticos, vacunas y nuevas tecnicas de medicina preventiva contribuyo de modo decisivo a reducir la mortalidad.
Alvarez explico que en los anos sesenta hubo en Mexico, como en muchos otros paises, un freno al descenso de la mortalidad y, por lo tanto, en las ganancias de la esperanza de vida al nacer.
Mas tarde, en los setenta, se recupera el ritmo de disminucion de la mortalidad infantil en los primeros cuatro anos, aunque no con el mismo vigor previo. Durante los ochenta se aprecia un marcado freno en la tendencia descendente del indice.
Gran parte del incremento de la esperanza de vida proviene de la caida de esta tasa -que bajo de 65 a 30 por mil entre 1975 y 1995- pero los datos muestran marcadas desigualdades regionales y socioeconomicas en perjuicio sobre todo de la poblacion rural indigena de escasos recursos.
Asi, la mortalidad infantil en las localidades no urbanas (de menos de 20.000 habitantes) es de 46 por mil, contra 29 por mil en las localidades urbanas (de 20.000 habitantes o mas).
Los estados mas pobres presentan indices similares a la media nacional correspondiente a 1982, mientras que los mas avanzados poseen niveles que se preve alcanzar como promedio para todo Mexico apenas en el ano 2004, una diferencia de veintidos anos.
Entre las causas de estas desigualdades sobresalen la estrecha asociacion con la sobrevivencia infantil tanto de la escolaridad materna como de las condiciones sanitarias de las viviendas y del medio ambiente.
Un dato elocuente es que el indice de mortalidad infantil de la oblacion hablante de alguna lengua indigena supera en 70 por ciento al del resto de los mexicanos. (FIN/IPS/emv/dg/pr/95