Dos incidentes ocurridos este mes evidenciaron posturas opuestas de Kenia y Uganda en relacion a Ruanda, y riesgos para la estabilidad de la region.
El presidente de Uganda, Yoweri Museveni, envio representantes a Kigali para asistir el dia 1 a los funerales de Fred Rwigyema, primer jefe militar del gobernante Frente Patriotico Ruandes (FPR), que esta controlado por la minoria etnica tutsi.
Junto a otros ruandeses tutsi exiliados, Rwigyema integro el Ejercito de Resistencia Nacional (ERN) de Museveni, que conquisto el poder en 1986, y llego a ser viceministro de Defensa y vicecomandante del ejercito de Uganda.
En octubre de 1990, y sin haber comunicado sus planes a Museveni, invadio Ruanda al frente de 10.000 exiliados tutsis y soldados del ERN, e inicio una guerra de guerrillas para derrocar al gobierno hutu que encabezaba Juvenal Habyarimana.
Pero Rwigyema fue misteriosamente asesinado en el segundo dia de su campana. Enterrado en Uganda, sus restos fueron llevados cinco anos despues a Ruanda, gobernada ahora por sus antiguos partidarios.
La ceremonia tuvo participacion del comandante del ejercito de Uganda, general Mugisha Munti, y del general Salim Saleh, hermano de Museveni, jefe de la fuerza de reservas.
Salim Saleh se encargo de destacar el apoyo de su pais al FPR exhortando a los presentes a gritar "Viva Rwigyema", y a gritarlo "tan fuerte que pueda oirse desde Goma".
El campamento de refugiados de Goma, en Zaire, es centro de concentracion de las fuerzas hutu derrotadas en julio de 1994 por el FPR.
Entre los militares y los milicianos hutu emigrados a Zaire se cuentan los responsables del genocidio del pasado ano en Ruanda, en el que murieron cerca de un millon de tutsis y hutus moderados.
Mientras, el presidente de Kenia, Daniel Arap Moi, cuyo pais tambien alberga a sospechosos de haber participado del genocidio, se rehuso publicamente el dia 4 a entregar a esos exiliados hutus al tribunal internacional que juzga los crimenes en Ruanda.
Moi tambien advirtio que su gobierno "detendra a cualquiera (del tribunal internacional) que llegue a este pais" en procura de detener a extremistas ruandeses.
"A menos que se nos diga quien mato a los dos presidentes (Habyarimana, de Ruanda, y Cypirian Ntaryamira, de Burundi) no aceptaremos" el pedido del tribunal creado por la Organizacion de Naciones Unidas, afirmo Moi, de 71 anos.
Los extremistas hutus en el exilio responsabilizan al FPR de la explosion del avion en que viajaban Habyarimana y Ntaryamira, cuya muerte fue el detonante del genocidio en Ruanda.
Mientras, el FPR afirma que el avion fue alcanzado por proyectil procedente de un area del aeropuerto de Kigali controlada por la guardia presidencial, y que la muerte de Habyarimana fue el pretexto para iniciar la persecucion etnica.
Moi supone que el FPR tambien es culpable de la matanza y, por lo tanto, no tiene derecho a perseguir ni a juzgar a los funcionarios ni a los soldados del gobierno derrocado.
Si al igual que Kenia, otros paises consideran refugiados a los culpables del genocidio en Ruanda, el caos se impondra en esta region", alerto el hutu Pasteur Bizimungu, presidente de Ruanda, ante los comentarios de Moi.
Moi declaro que la campana del FPR contra Habyarimana fue posible gracias al apoyo de Museveni, y el nuevo gobierno de Ruanda no fue bien recibido por Nairobi.
Kenia expluso a dos representantes diplomaticos de Kigali por criticar la posicion del gobierno de Moi respecto de la tragedia de Ruanda, y el gobierno del FPR no designo sustitutos.
En tanto, Museveni ofrecio su apoyo al gobernante FPR durante una visita realizada en agosto, y advirtio que en caso de que el ejercito del anterior gobierno intente volver, "el fuego sera combatido con fuego".
Museveni sugirio hace un mes a Frontline, una publicacion de Kampala editada por su hijo, que si algun pais se uniera a los extremistas hutu, su gobierno podria intervenir. (FIN/IPS/tra- en/oe/oa/ml-ff/af ip/95
