URUGUAY: El espionaje en democracia en debate

El papel de los servicios de inteligencia en un regimen democratico esta siendo debatido en Uruguay a nivel politico, tras el descubrimiento de que la policia siguio controlando a dirigentes de la oposicion luego del fin de la dictadura militar que impero entre 1973 y 1985.

Archivos orignales de la jefatura de policia de Canelones, un departamento (provincia) limitrofe con la capital del pais, fueron recibidos de manos anonimas por el semanario Brecha.

La investigacion secreta fue centralizada por el servicio de inteligencia de la policia, que depende del Ministerio del Interior, y recibio el apoyo, al menos informativo, de los servicios de inteligencia del Ejercito, senalo el semanario en su edicion del 30 de junio.

De los documentos sustraidos de la jefatura de Canelones y devueltos por los periodistas al Ministro del Interior, Didier Opertti, surge el espionaje a dirigentes politicos y gremiales y a religiosos y funcionarios judiciales.

Tambien figuran en las fichas personas sin militancia politica alguna, como una empleada domestica de un organismo de la Intendencia (alcaldia) de Montevideo, administrada por la coalicion de izquierda Frente Amplio, o una persona que estaciono su automovil frente al local del sindicato.

La revelacion desato una inesperada tormenta que vino a enturbiar un debate politico centrado en la reforma de la legislacion sobre seguridad publica y en un proyecto para cambiar el sistema jubilatorio, la principal carga economica para el Estado uruguayo.

La primera reaccion del gobierno fue restar importancia a los archivos, a los que el director general del ministerio del Interior, el abogado Daniel Lamela, califico como "desactivados" y de "efectos inocuos".

Lamela dijo a IPS que de inmediato se traslado al Juzgado Penal de Canelones, donde formulo una denuncia por el robo de los documentos, con el objetivo "de conocer como fue posible que salieran de la jefatura".

La reaccion de los politicos fue distinta. De inmediato anunciaron que el ministro del Interior, Didier Opertti, seria convocado al parlamento para dar explicaciones.

Veterano estratega en el ambito internacional, Opertti, un abogado que fue embajador uruguayo ante la Organizacion de Estados Americanos, dio un paso adelante y se presento ante la camara de diputados.

Alli, destaco que el servicio de inteligencia esta "sometido a derecho y legitimado desde el punto de vista juridico".

Los servicios de inteligencia, dijo Opertti, tienen "una actividad de oficio (que) no requiere de ordenes expresas para su puesta en funcionamiento. Funcionan de modo constante, permanente" y operan "por inercia".

Al tiempo que fundamento la existencia de esos servicios, el ministro aseguro que tomo medidas para evitar su "extralimitacion".

Tambien reconocio que deben fijarse cotos legales a la actividad de los servicios de inteligencia, pero justifico algunos casos investigados y pidio a los legisladores abstenerse de comentarlos, salvo durante una sesion secreta sin taquigrafos.

"Un gran tema es cual es el grado de ingreso de datos que en el Estado democratico puede alcanzarse para levantar el velo de informaciones" secretas, en las que "esta en juego la defensa y preservacion del sistema democratico", afirmo.

Su reserva estuvo referida a la investigacion de mas de 60 granjas ubicadas en Canelones, muchas de ellas explotadas por ex guerrilleros del Movimiento de Liberacion Nacional Tupamaros, organizacion integrada al Frente Amplio.

La investigacion policial se centro en la vinculacion de militantes de extrema izquierda con algunos ilicitos comunes. Las autoridades aseguran que en esa zona rural se realizaron adiestramientos y practicas de tiro.

Opertti dijo que en Uruguay "hay todavia remanentes violentistas y es bueno y necesario reconocerlo".

"De noche, en mi barrio, es un tiroteo constante. Todo el mundo anda a los tiros porque los robos son impresionantes. Todo el mundo esta armado", dijo a Brecha uno de los granjeros, el diputado tupamaro Jose Mujica.

El lider del frente Amplio, el general retirado Liber Seregni, sostuvo que los servicios de inteligencia "responden a una necesidad y a una funcion que consiste en recabar informacion para brindar seguridad a los estados y a las sociedades".

El trabajo de inteligencia se estructura en funcion de la definicion de un enemigo, destaco, rechazando que "los servicios" actuen por inercia.

"Podemos admitir una inercia documental, como que un sargento siga llenando tarjetas. Pero no podemos admitir una inercia conceptual del pensamiento politico que determino las necesidades de informacion de la dictadura, diez anos despues", proclamo.

El sabado ultimo, en Buenos Aires, al asistir a la toma de mando del presidente argentino Carlos Menem, el presidente uruguayo Julio Sanguinetti desestimo la importancia de estos temas, a los que califico como "anecdoticos y sin demasiada importancia". (FIN/IPS/rr/dg/ip/95

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