El gobierno de Portugal anuncio una lucha sin cuartel contra los grupos racistas que asesinaron a un inmigrante africano y provocaron un aluvion de criticas contra las mismas autoridades.
El ministro del Interior, Manuel Dias-Loureiro, comunico la decision de librar una accion energica contra los grupos "que no representan nada en nuestra sociedad" y "averguenzan no solo al gobierno sino a todo Portugal".
El funcionario condeno a los "cabezas rapadas" que el domingo atacron en un barrio de esta capital a los africanos y mestizos que encontraban a su paso. Uno de los agredidos, Alcino Monteiro, inmigrante de origen angoleno y nacionalizado portugues, murio este lunes de las heridas recibidas.
Pero las organizaciones de defensa de los derechos humanos criticaron al gobierno por la demora de la policia en reprimir al grupo racista y por la ausencia de una politica de prevencion.
Vitor Ramalho, presidente de la seccion portuguesa de Amnistia Internacional sostuvo que las autoridades policiales y las de seguridad "deberan asumir responsabilidades por su falta de accion ante estos acontecimientos".
El dirigente de Amnistia opino que la policia actua en forma "rapida y eficaz" cuando se trata de reprimir manifestaciones de estudiantes o de trabajadores y "tiene que hacerlo en la misma forma cuando debe asegurar el respeto por los derechos humanos".
Las autoridades condenaron el homicidio porque "ademas de ser un claro y abominable homicidio, es tambien un crimen contra la propia historia de Portugal", dijo el ministro de Justicia, Laborinho Lucio.
Alrededor de un quinto de los portugueses son negros o mestizos, tanto de origen africano como asiatico. La comunidad de los paises lusofonos residente en Portugal se calcula en unas 250.000 personas, provenientes de Angola, Brasil, Cabo Verde, Guinea-Bissau, Mozambique, Santo Tome-Principe y de Goa, Diu y Damao, colonias lusas de India hasta 1961.
Lucio advirtio que el gobierno "no interviene en el curso de la justicia", pero alabo la decision de un juez lisboeta que el lunes decreto la prision preventiva por tres meses de nueve agresores capturados por la policia y que seran procesados tras ese periodo, bajo la acusacion homicio premeditado.
El ministro revelo que el gobierno pondra medios especiales a disposicion de la Policia Judicial para el combate a los grupos recistas, "que ademas de atentar al mas fundamental de los derechos de un hombre, que es el de pertenecer a una etnia o a una raza, atentan contra cinco siglos de historia portuguesa de tolerancia".
Estos "grupos extremistas minoritarios, actuan contra el propio concepto de nacionalidad en nuestro pais, esta relacionado con la 'portugalidad', una fusion de razas durante cinco siglos, cuyas pruebas irrefutables son el propio Portugal, Brasil en America, los africanos lusofonos y las ex colonias del Asia".
El asesinato de Monteiro fue condenado por todas las tendencias politicas locales, incluida la "Liga de los Combatientes", una organizacion de la extrema derecha dirigida por ex generales y almirantes que comandaron tropas durante la guerra colonial (1961- 1974) en Africa.
Entre las criticas surgieron voces de condena a la actuacion de la policia, que demoro dos horas antes de intervenir para evitar mayores desmanes, culpando al gobierno de centro-derecha liberal del primer ministro Anibal Cavaco e Silva de no tomar medidas preventivas contra los grupos de "cabezas rapadas".
La asesora del presidente socialista Mario Soares, Maria Manuela Margarido, originaria de la ex colonia portuguesa africana de Santo Tome-Principe, censuro la actuacion de la policia y manifesto que el caso de Monteiro, "podria perturbar el dialogo con el Africa lusofona".
"Algo esta pasando en Portugal, pais que nunca fue racista, y lo mas inquietante es que los pretagonistas (de las agresiones a negros) son jovenes", expreso.
Por su parte, la presidenta del Comite Portugues para los Refugiados (CPR), Maria Teresa Tito de Morais deploro que "tambien en Portugal comienzan situaciones de racismo extremo, a semejanza de lo que ocurre hace tiempo en otros paises europeos".
El sacerdote y sociologo Firmino Cachada, director del Centro Padre Alves, que se ocupa de atender las necesidades de los inmigrantes, opino que la aparecion del racismo en Portugal, se ve apoyado por la actitud del gobierno.
"Cuando responsables del propio Ministerio de Interior repiten incesantemente un discurso de tenor xenofobo en relacion a los emigrantes africanos, no nos debemos admirar que acontecimientos como este surjan con tanta facilidad e impunidad", expreso el prelado.
Recordo que en varias oportunidades, el Ministerio de Interior "ha llegado al punto de sugerir una relacion implicita entre los conceptos de 'africanidad' y de inseguridad".
Los acontecimientos del Barrio Alto, la proliferacion de milicias populares para combatir a gitanos presuntos traficantes de droga "estan alli para para echar abajo todas las teorias psudopatrioticas y demostrar que en Portugal si que hay racismo", concluyo el sacerdote. (FIN/IPS/md/pc/95
