Un proyecto dirigido por el Ministerio de Educación con el respaldo de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (Cosude) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) fortalecerá la capacitación profesional en agricultura, construcción y turismo, sectores claves para la recuperación de la economía de Cuba.
La iniciativa, denominada Programa de Fortalecimiento de la Educación Técnica y Profesional en Cuba (Profet), se inserta en planes gubernamentales para el perfeccionamiento de esta enseñanza, elevar su calidad y ajustar la oferta educativa a las demandas de la economía.
Suiza es considerado uno de los países punteros por su experticia en la formación técnico profesional, mediante un sistema dual que combina la capacitación teórica con la práctica e involucra al empresariado y el sector productivo. En ese sentido, la Cosude ofrece en este proyecto no solo financiamiento, sino también una experticia probada en la práctica.
“En Suiza desde hace mucho tiempo el sistema educativo ofrece a parte de la educación universitaria una carrera de formación técnico profesional, que se orienta a la demanda del mercado laboral y se ha establecido una estrecha colaboración con el sector empresarial para definir los currículos, tanto teóricos como prácticos”, comentó Peter Tschumi.
Tschumi, director residente de la Cosude en La Habana, subrayó en diálogo con IPS que, “con el tiempo, nuestro sistema se ha perfeccionado mucho”.
Añadió el directivo que el marco rector de la cooperación suiza es el de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), aprobados en la Organización de las Naciones Unidas y ratificados por Profe. Específicamente, dijo, se centra en el ODS 4, destinado a “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”.
La iniciativa se propone contribuir a mejorar las oportunidades de acceso a empleo de los jóvenes, especialmente de grupos en desventaja y mujeres mediante el fortalecimiento de las herramientas de diagnóstico de la oferta, así como de las instituciones educativas y sus vínculos con el sector productivo.
Este programa abarca a 29 politécnicos: 11 de la construcción, 10 de la agricultura y 9 de servicios, ubicados en 25 municipios, con un total de 146 691 beneficiarios directos que incluyen 1 903 profesores y directivos de la ETP, nacionales y municipales, así como 11 458 estudiantes en cursos de técnicos medios, obreros calificados y formación de profesores.
También beneficiará a 2 500 trabajadores y población en cursos de capacitación, 29 450 estudiantes de secundaria que reciben acciones de formación vocacional, 1 380 personas con discapacidad que reciben formación y/o acceden a empleo y 100 000 jóvenes que acceden a servicios de información sobre empleo.
En la selección de los municipios, especialidades y politécnicos se tuvo en cuenta a territorios y sectores priorizados en la estrategia de desarrollo del país, con demanda insatisfecha y creciente de trabajadores calificados, especialmente de zonas rurales afectadas por la migración del campo hacia la ciudad.
En una fase inicial, que funcionó como piloto y concluyó en 2019, se logró mejorar la disponibilidad de equipos para laboratorios de computación y aulas de enseñanza práctica de dos politécnicos de la provincia de Pinar del Río, beneficiando a 82 estudiantes (33 por ciento mujeres y 30 por ciento de familias de bajos ingresos) y capacitar 98 profesores en formación práctica.
Además, se realizó un diagnóstico de requerimientos para modernizar la ETP en las especialidades prioritarias para el desarrollo del país (construcción, agricultura y turismo); y establecer alianzas entre los ministerios de Educación, del Trabajo y autoridades de las áreas económicas involucradas para concretar el programa con un enfoque multisectorial.
“Para Suiza, esta es un área prioritaria de cooperación, un eje de desarrollo, en el entendido de apoyar la educación especialmente de jóvenes para adquirir un oficio o profesión como una vía para metas posteriores”, comentó Mayra Espina, oficial nacional de Programas de Cosude en Cuba.
La experta subrayó además que en casi todos los documentos del proceso de actualización del modelo económico y social se hace referencia al perfeccionamiento de la educación y hacer coincidir más la formación técnica con las demandas de desarrollo del país. “Justamente en ese ámbito se inserta Profet”, dijo a IPS.
En su opinión, “cada vez hay más exigencias de constructores más especializados, con más habilidades; de productores agrícolas más enterados de tendencias actuales, más eficientes, en tanto la oferta de servicios para el turismo de mayor calidad es uno de los centros de la economía del país”.
“Los requerimientos de Cuba son mayores de lo que la cooperación puede ofrecer, pero creo que el provecho que esta deja es importante, además, he notado que actualmente hay más confianza hacia la colaboración y se le toma más en cuenta”, consideró, a su vez, Tschumi, quien ponderó la buena voluntad oficial hacia la ejecución de Profet.
El PNUD, encargado de apoyar a la cartera educativa en la implementación del proyecto, contribuirá a potenciar la igualdad de oportunidades para jóvenes y promover la equidad de género en la formación profesional en los territorios, mediante el desarrollo de procesos inclusivos de orientación profesional, ingreso, procesos formativos y el acceso a empleos.
“El apoyo a los jóvenes como sujetos para impulsar -con innovaciones y dinamismo- el desarrollo de producciones y servicios es un objetivo clave de nuestra institución y así lo refleja el Plan Estrategia Global 2018-2021”, afirmó a IPS Ricardo Nuñez, oficial nacional de Programa y encargado de Profet por el PNUD.
Como parte del impacto previsto, se espera modernizar la educación técnica y profesional a través de la actualización de currículos y de un mayor involucramiento de empresas en la formación práctica (incluyendo al sector privado y cooperativo), así como mejorar el conocimiento del mercado laboral y ofrecer servicios de asesoría para la inserción laboral.[related_articles]
La iniciativa está concebida para unos cuatro años de duración (2019-2022) y cuenta con un financiamiento aportado por la Cosude de unos cinco millones de dólares. Se prevé además la incorporación progresiva de la oenegé Humanity and Inclusion (con sede en Francia), con experiencia en la formación de personas con discapacidad para su inclusión económica.
Profet es el primer proyecto educativo que emprende la Cosude en Cuba, que en sus más de dos décadas de presencia en el país ha contribuido desde sus diferentes iniciativas a la equidad de género, fortalecimiento de la agricultura y el desarrollo económico, con especial atención hacia las cooperativas, producción orgánica y energías renovables.
A cargo de la cooperación internacional en el Departamento Federal de Asuntos Exteriores del gobierno de Suiza, esta agencia respalda iniciativas en 95 de los 168 municipios cubanos en áreas que priorizan la descentralización, el crecimiento de capacidades de las instituciones municipales, planificación y gestión participativa.
El programa suizo de colaboración en Cuba en el período 2017-2021 se concentra en el desarrollo local, un concepto general que incluye acceso a alimentos, avance económico y temas de participación, género y equidad. En este sentido, existe sintonía con los planes oficiales de desarrollo.
La actual Constitución cubana, vigente desde el pasado año, fortalece el municipio y la organización territorial del Estado y crea nuevas oportunidades a la cooperación en general, pues permite identificar recursos que a la vista de un plan general nacional y centralizado no siempre son distinguibles ni es posible activarlos.
Edición: Estrella Gutiérrez