Este Día Mundial del Ambiente se conmemora con un evento central en India llamado “Vence a la contaminación plástica”, con el que se procura crear conciencia y promover la participación ciudadana con vistas a crear un movimiento para reducir la cantidad de plástico en el ambiente.
Este 5 de junio se destacan cuatro grandes campañas: primero, disminuir la cantidad de artículos de plástico utilizados; segundo, mejorar la gestión del desperdicio de plásticos, que demoran cientos de años en degradarse, contaminando el suelo e introduciéndose en los alimentos que comemos.
Tercero, se propone reducir los microplásticos, ya que los últimos estudios concluyen que 90 por ciento del agua embotellada y 83 por ciento del agua del grifo contiene partículas plásticas que afectan la sangre, el estómago y los pulmones. Por último, esa plataforma global procura coordinar más investigaciones a fin de crear alternativas a ese material dañino.
Como los polímeros sintéticos se pueden transformar en productos baratos, livianos y duraderos, la demanda de plástico se disparó en el mundo, de cinco millones de toneladas, en la década de los años 50, a más de 300 millones de toneladas, en 2017.
La Organización de las Naciones Unidas, estimó que más de cinco billones (millón de millones) de bolsas de plástico se consumen al año, a la vez que se usan 17 millones de barriles de petróleo para producir el plástico.
Asimismo, 50 por ciento del plástico tiene un uso único, lo que hace que constituya 10 por ciento de la basura generada por los humanos. El problema se intensificó porque cada año, 13 millones de toneladas de plástico terminan en los océanos, causando la muerte de 100.000 animales.
En el informe “Future of the Sea: Plastic Pollution” (Futuro del mar: contaminación por plástico), el profesor Richard C. Thompson describe el consumo de plástico a través del marco “fuerzas motoras, presión, estados, impactos, respuesta”.
La fuerza motora que genera una gran cantidad de desperdicios es la demanda de productos plásticos. La pesca intensiva y el transporte marítimo, junto con el aumento del turismo y del consumismo sobrecargan la gestión de la basura, llevan a un tratamiento inefectivo de la basura, lo que genera la contaminación plástica, explica el profesor Thompson.
El especialista sugiere reducir el uso de plásticos, hacer una gestión efectiva de los desperdicios y de la limpieza, reciclar, educar a la sociedad y lograr una buena gobernanza.
La contaminación plástica perjudica sobre todo a los océanos y representa 70 por ciento de los desperdicios que se encuentran en ellos. La mayor parte procede de la contaminación terrestre, la que se traslada a través de los ríos, señala Thompson.
El problema tiene consecuencias negativas para los organismos marinos, causándoles la muerte y hasta su extinción. La contaminación de los océanos también disminuye el valor de la franja costera, lo que requiere de costosas operaciones de limpieza.[related_articles]
Un equipo de investigadores de Estados Unidos y Australia, encabezados por Jenna Jambeck, ingeniera ambiental de la Universidad de Georgia, hizo una lista de países según su responsabilidad en la contaminación con plástico de los océanos, y concluyó que China e Indonesia son los principales responsables.
Un informe de The Wall Street Journal estimó en 2010 que China e Indonesia son responsables de más de una tercera parte de la basura plástica que se encuentra en alta mar. Del gráfico de la investigación, se concluye que la mayoría de la basura no tratada se puede rastrear hasta países asiáticos, muchos de ellos países en desarrollo con malos sistemas de reciclaje y de gestión de desperdicios.
No se sabe qué cantidad de plástico hay en el ambiente, pero es seguro que si no se toman medidas, su volumen seguirá aumentando, así como sus nefastas consecuencias.
Se estima que en los próximos ocho años, la cantidad de elementos plásticos equivaldrá al volumen de plástico producido en todo el siglo XX.
Por suerte, cada vez son más las personas que dejan de usar productos plásticos y se ofrecen para limpiar el ambiente. Pero, solo con acciones individuales no basta para resolver este problema global.
Como la fuente del problema está en la “fabricación, distribución, consumo y sistema de comercio de plásticos”, toda la “economía global necesita cambiar”.
Por consiguiente, se necesita la activa participación de los gobiernos para implementar leyes efectivas en materia de producción y gestión de productos plásticos.
Traducción: Verónica Firme