“Quizás muchos pensábamos que este proyecto era un sueño seis años atrás, pero ya no. La geografía ha cambiado completamente, por todo lo que se ha construido y las inversiones que se han aceptado”, dice Nathaly Suárez, directora de Administración de Obras en la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM).
La terminal de contenedores ya mantiene operaciones con 14 importantes navieras a nivel internacional y se ha avanzado en las infocomunicaciones, acueducto, alcantarillado, redes eléctricas, alumbrado público, puentes y estaciones ferroviarias, entre otras obras para poner a disposición de los inversionistas.
La ZEDM nació con apoyo de Brasil, que financió con más de 800 millones de dólares la terminal de contenedores, y cuenta hasta ahora con unos 29 kilómetros de vialidad, además de una línea de ferrocarril doble vía y pasos a desnivel que agilizan el transporte de las mercancías.
Las actividades no han cesado en este estratégico polo económico ubicado a unos 45 kilómetros al oeste de La Habana, pocos días después de que fuera incluido por Washington en una lista de entidades prohibidas para cualquier relación económica con compañías y viajeros estadounidenses.
Suárez, ingeniera civil de 31 años, no entiende por qué en pleno siglo XXI, en vez de promover la relación entre países, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cierra la puerta al comercio y las inversiones en Cuba, “que todo lo que está haciendo es en favor de su desarrollo”.
La joven figura entre las generaciones nacidas bajo el embargo económico de Estados Unidos contra esta nación. “Toda mi vida ha transcurrido bajo esas prohibiciones, que impiden a mi país hasta la compra de medicamentos” estadounidenses, afirmó a IPS poco antes de participar el lunes 13 en un intercambio con sindicalistas latinoamericanos.
El encuentro se realizó en el centro de negocios Pelícano, una de las instalaciones edificadas por la Empresa de Construcción y Montaje del Mariel, en la cual Suárez tiene bajo su dirección a más de 100 profesionales. Con más de 4.500 trabajadores, esta firma es la encargada de satisfacer la demanda de servicios constructivos en la zona.[pullquote]1[/pullquote]
La ZEDM y su terminal de contenedores figuran entre unas 180 entidades cubanas sujetas a las restricciones, anunciadas el 8 de noviembre por Washington, bajo el argumento de que están relacionadas con los ministerios de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y del Interior.
“Es pronto para decir si impactan o no esas regulaciones. Aquí no hemos dejado de trabajar”, dijo Suárez.
“Hemos avanzado (en las obras de la ZEDM) y aplicaremos nuestras medidas para continuar avanzando. ¿Qué vamos a hacer? Eso no lo vamos a decir públicamente”, aseguró a su vez José Ignacio Galindo, director de Planeamiento del polo de desarrollo, al referirse al reforzamiento del embargo estadounidense.
El directivo definió la fase actual de construcción de la ZEDM como de lanzamiento, centrada en terminar las infraestructuras básicas y auxiliares. «Estamos trabajando en el sector A, que abarca unos 42 kilómetros, aunque también se labora en viales y otras obras fuera de esa área, dijo. Le siguen las etapas de consolidación y maduración», dijo.
“Sabemos lo que queremos hacer. El término de cada fase está en dependencia a las posibilidades e inversiones disponibles”, señaló a IPS.
De modo paralelo, se avanza tanto en la captación y aprobación de negocios, como en el proceso inversionista para su establecimiento y producción.
Durante la Feria Internacional de La Habana, celebrada entre el 30 de octubre y 3 de noviembre, Teresa Igarza, directora general de la Oficina de la ZED Mariel, administradora de la zona, informó que hasta ahora se establecieron en ella 31 negocios, incluidos los aprobados recientemente y los que ya están operativos.
Las inversiones proceden de 14 países, incluida Cuba, de América Latina y del Norte, Europa y Asia. De los negocios, cinco son de capital 100 por ciento cubanos, 15 totalmente extranjeros, ocho empresas mixtas y dos asociaciones económicas internacionales . Entre las nuevas empresas aprobadas sobresale la primera de Estados Unidos en llegar a la ZEDM.
Se trata de Rimco Caribe LLC (Puerto Rico), que espera establecerse en la zona en 2018 como distribuidor en Cuba de la corporación estadounidense Caterpillar, fabricante de maquinaria para la construcción y equipos de minería, motores diésel y turbinas industriales de gas.
El economista Omar Everleny Pérez Villanueva recordó a IPS que las nuevas restricciones anunciadas por Estados Unidos alejan los intentos de empresas de ese país de presentar proyectos de inversión en la ZEDM, pero aquellas iniciativas ya aprobadas por Cuba antes del 16 de junio estarían eximidas de sanciones.
Las prohibiciones anunciadas ahora complementan el memorando firmado en aquella fecha por Trump que establece un cambio de política hacia Cuba, en el cual se fijaron excepciones para permitir los viajes de las aerolíneas comerciales y cruceros, al igual que la actividad comercial autorizada hasta ese momento.
Tras la aprobación en 2014 de la nueva ley de inversiones extranjeras se aprecian avances en la llegada de capital foráneo tanto dentro de la ZEDM como fuera de ella, aunque directivos del sector admiten que los resultados logrados hasta ahora son aún insuficientes para las necesidades de desarrollo del país.
Autoridades y expertos coinciden en que atraer los flujos de inversión al país es un proceso paulatino en el que se ha avanzado “modestamente”. En esto influyen no solo el embargo estadounidense, sino también las demoras en el proceso de negociaciones y aprobación de estos.
“A los empresarios extranjeros les preocupan las vías seguras para entrar su capital a la isla y posteriormente enviar los dividendos obtenidos del negocio a su país de origen como consecuencia del bloqueo», señaló a medios locales Déborah Rivas, directora general de Inversión Extranjera del Ministerio del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera.[related_articles]
No obstante, durante un foro de inversiones de comienzos de mes, el ministro de esa cartera, Rodrigo Malmierca, afirmó que en este año se han aprobado 30 nuevos proyectos con un capital comprometido superior a los 2.000 millones de dólares.
Cuando se aprobó la Ley 118 de la Inversión Extranjera, Malmierca señaló que el país necesita la entrada de unos 2.500 millones de dólares anuales de capital foráneo para asegurar el crecimiento de su economía.
La nueva legislación y otros documentos oficiales proponen incrementar y diversificar la participación inversionista externa como fuente de desarrollo.
Una cartera de nuevas oportunidades de inversión presentada a principios de noviembre abarca hasta 50 proyectos, distribuidos en desarrollo de los sectores de medicamentos, biotecnología, industria, logística, agroindustria, construcción, transporte e inmuebles.
Editado por Estrella Gutiérrez