Leah Hughes sueña con ser una organizadora comunitaria en Estados Unidos. A la estudiante del Scripps College, en el occidental estado de California, le falta poco para obtener un doble diploma en Relaciones Internacionales y Bellas Artes.
«Como primera generación en mi familia que cursa estudios universitarios, mi experiencia en una institución privada, especializada en los campos de estudio que me interesan, fue la… más transformadora de mi vida», aseguró Hughes a IPS.
“Esto me condujo a dedicar la vida al servicio público… y me brindó la oportunidad para ayudar a otros con el conocimiento adquirido”, añadió.
Pero antes de que Leah pueda dedicarse al servicio comunitario deberá ocuparse de algo para nada insignificante.
La joven acumuló una deuda superior a los 30.000 dólares en gastos de matrícula y más de 15.000 dólares en préstamos e intereses.
Hughes recibió la única beca que el Scripps College otorga al mérito, pero esta solo cubre 14.000 dólares de su deuda, que seguirá acumulando intereses por cada año que no pueda pagar.
Leah no está sola en esta batalla. Más de 40 millones de estadounidenses deben 1,2 billones de dólares en préstamos estudiantiles, lo cual representa más del doble de lo que se debía en 2007.
«Lo que está sucediendo es una explotación y está mal”, opinó Hughes, en diálogo con IPS.
“Si seguimos vendiendo la idea de que la educación es la forma en que los estudiantes y la gente de bajos y medianos ingresos, como yo, podrán ascender y convertirse en integrantes productivos de la sociedad… estamos obligados a ofrecerles un marco para que paguen la deuda y no queden paralizados por el peso de los préstamos pendientes de pago”, sostuvo.
Según un análisis correspondiente al año lectivo 2011-2012 realizado por el Centro para el Progreso Estadounidense, una institución de investigación con sede en Washington, los centros de educación superior de este país recaudaron 154.000 millones de dólares por concepto de matrícula, mientras las familias y los estudiantes financiaron esos gastos con préstamos por 106.000 millones de dólares de los programas públicos de ayuda estudiantil.
A pesar de todo, a Olivia Murray, la coautora del estudio, le entusiasma el retorno de la inversión que ofrece la universidad.
«A pesar del costo creciente de la educación superior y de la deuda potencialmente alta de los estudiantes, la universidad sigue siendo la inversión más valiosa que un estudiante puede hacer en su futuro, y es cada vez más importante en una economía de constante especialización”, destacó Murray.
Modelo poco familiar
Becarios de la Iniciativa de Líderes Africanos Jóvenes (YALI, en inglés) expresaron la misma creencia en el valor de la educación superior durante una reunión sobre el tema celebrada en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), una institución académica con sede en Washington, el 29 de julio.
Araba Hammond y Regina Agyare, dos de las becarias de YALI, expresaron el mismo entusiasmo que Hughes y Murray por las ventajas que ofrece la educación superior, pero precisaron que no estaban “familiarizadas” con el modelo de pagos estudiantiles en Estados Unidos.
«En realidad no tuvimos que preocuparnos por el costo de la enseñanza», explicó Hammond a IPS. “Hasta las universidades más caras de África son accesibles para casi toda la gente, dada la cantidad de becas que existen”, añadió.
Hammond no recuerda que alguna de sus amistades se haya endeudado por sus estudios, y sostuvo que en África “los estudiantes no egresarían con las deudas” que deben pagar los universitarios en Estados Unidos.
Agyare compartió las palabras de su compañera. “Los préstamos estudiantiles aquí son muy, muy pequeños», dijo en Washington.
Las ganancias “obscenas” del Estado
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció el 9 de junio la ampliación del plan Pay As You Earn (Pague a medida que gane, PAYE), que condonaría la deuda estudiantil a aquellos prestatarios que paguen 10 por ciento de sus ingresos durante un lapso de 20 años.[related_articles]
En una intervención más directa e inmediata, la senadora Elizabeth Warren, del oficialista Partido Demócrata, propuso un proyecto de ley que permitiría a los estudiantes prestatarios la refinanciación de sus préstamos a tasas de interés más bajas.
«Esto es obsceno», afirmó Warren con respecto al modelo de préstamos estudiantiles de Estados Unidos. “El gobierno no debería estar ganando 66.000 millones de dólares a expensas de nuestros estudiantes”, subrayó.
«Es hora de terminar con la práctica de lucrar con los jóvenes que procuran conseguir una educación y refinanciar los préstamos existentes”, exhortó la senadora del estado de Massachusetts.
Mientras la oposición del Partido Republicano impidió la adopción del proyecto de Warren, la legisladora, junto a un sinfín de estudiantes y familias de clase media, mantienen la lucha por su aprobación.
«Los estudiantes y sus padres deberían ser capaces de refinanciar la deuda estudiantil, como sucede con cualquier otro tipo de préstamos en Estados Unidos”, destacó Hughes a IPS.
“Sobre todo mientras esa deuda estudiantil se está transformando en la mayor de las deudas que padece la gente en este país», concluyó.
Editado por Kitty Stapp / Traducido por Álvaro Queiruga