El pequeño reino de Bután, ubicado en el extremo oriental del Himalaya y vecino de China e India, supo ser una de las regiones más aisladas del mundo hasta que se impuso la democracia en 2008.
Varias reformas fueron preparando el terreno para la instalación de un régimen democrático, la que se concretó en diciembre de 2006 con la abdicación del rey Jigme Singye Wangchuck en favor de su hijo, Jigme Khesar Namgyel Wangchuck, quien terminó con la monarquía absoluta en su país.
Ahora Bután se jacta de su democracia, concretada con la realización de las primeras elecciones nacionales en 2008, y de su innovador concepto de desarrollo sobre el que se cimienta el progreso de ese país: felicidad interna bruta (FIB).
El concepto fue acuñado por el Rey en 1972, cuando lanzó la modernización del país y trató de combinar el bienestar material con el espiritual. Una noción en contraste con el modelo de desarrollo tradicional, según el actual primer ministro Jigme Y. Thinley, que se mide por el producto interno bruto (PIB).
El partido Paz y Prosperidad de Bután, encabezado por Thinley, obtuvo 45 de los 47 asientos de la cámara baja en las elecciones de 2008. De visita en Tokio, el primer ministro conversó con IPS sobre el concepto de FIB y otros asuntos de su país.
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IPS: ¿Podría explicar en pocas palabras de qué se trata la FIB?
JIGME Y. THINLEY: Es el paradigma de desarrollo de Bután que difiere de los modelos de desarrollo basados sobre el concepto del PIB y la promoción del consumo, los que no son sostenibles.
Para poder mantener nuestra cultura tradicional necesitamos de la FIB, de lo contrario se perderá nuestro patrimonio y nuestras costumbres se verán amenazadas. Sabíamos que teníamos que cambiar y creamos un enfoque diferente. No queremos renunciar a nuestra felicidad por el desarrollo material.
IPS: ¿En qué se basa el FIB?
JYT: Su propósito es crear condiciones para alcanzar la felicidad de los ciudadanos. Puede ser cubriendo necesidades materiales del cuerpo y las emocionales, psicológicas e intelectuales de la mente.
IPS: ¿Cómo se lo explicó a Japón y a otros países?
JYT: Les digo que Bután les ofrece un nuevo modelo de desarrollo alternativo. Es un cambio de paradigma que los gobernantes deben considerar y explorar. Les ofrecemos una idea básica. Japón sabe que debe repensar su modelo de crecimiento y puede desempeñar un papel de liderazgo aquí.
IPS: ¿Qué repercusión tuvo en Japón?
JYT: El líder del Partido Democrático de Japón y primer ministro electo, Yukio Hatoyama, escribió en su manifiesto que su país había recibido demasiada influencia del capitalismo estadounidense y anglosajón.
También me reuní con varios miembros de los dos partidos japoneses, entre ellos el primer ministro saliente Taro Aso. No hubo muchas diferencias. Reconocieron que la prosperidad y la felicidad de Japón no serán sostenibles si sigue por el mismo camino.
IPS: ¿Cuál es la diferencia entre su modelo y el del resto del mundo?
JYT: El PIB mide la producción de bienes y servicios en un periodo determinado, pero de ninguna manera considera los costos ambientales o sociales del desarrollo. Deja afuera la dimensión humana y se concentra en el crecimiento económico.
IPS: ¿No necesitamos el crecimiento económico?
JYT: Es necesario para eliminar la pobreza. Hay quienes dicen que no hay escasez de alimentos en el mundo, pero la gente pasa hambre. En algunas partes hay pobreza, mientras en otras hay un despilfarro y un consumo excesivo. También tenemos medicamentos, pero la gente se muere porque no puede acceder a ellos.
IPS: ¿Cómo se puede mejorar la distribución?
JYT: Las políticas fiscales en las que los ricos deben pagar impuestos pueden asegurar una distribución equitativas. Creo que esas personas estarán dispuestas a ayudar a los demás.
Hay países que tienen buenos sistemas impositivos, pero también muchos métodos de evasión fiscal. Es necesario implementar medidas para detenerla.
Sabemos que por más rica que sea una sociedad no tendrá suficiente recursos para mantener un sistema de bienestar. Éste depende de la intervención estatal y de la asistencia.
IPS: ¿Es posible cuando hay familias disfuncionales, en especial en el marco de la actual crisis financiera?
JYT: Lo dejas o lo arreglas. No te puedes descartarte a ti ni a la humanidad porque formas parte de ella, entonces tienes que arreglarlo.
IPS: ¿Cómo se arregla?
JYT: Hay que fijar nuevas prioridades y definir qué es lo que a la gente le importa más. Qué quieren los seres humanos. Todos aspiramos a la riqueza y a la prosperidad, pero necesitamos definir esos términos. Es más que riqueza material, que es un placer efímero y tiene un alto costo en la familia y otros vínculos.
El gobierno de Bhután no se considera de ninguna forma proveedor de felicidad. Nos aseguraremos que sus necesidades básicas estén cubiertas y que tenga oportunidades de desarrollo intelectual. Si es feliz, o no, es una cuestión suya al igual que decidir qué es lo que quiere para la vida.
IPS: ¿Cómo difunde ese mensaje?
JYT: Les decimos que la familia es importante, pero que su felicidad dependerá de las personas que los rodean y que ríen o lloran con ellos cuando están bien o están mal. Si tienen gente que los reconforte no van a saltar del puente de Brooklyn o del Golden Gate de San Francisco.
IPS: ¿Cómo es la convivencia en el vecindario? ¿Su supervivencia y éxito no está amenazada por tener a China e India como vecinos?
JYT: Tenemos buenas relaciones con ambos países y mantendremos varias reuniones a fines de este año para negociar nuestras disputas fronterizas.
IPS: ¿Podría explicar cuál es la situación de las minorías discriminadas en su país?
JYT: Es un mito. Todos los butaneses son ciudadanos. Somos un gobierno inclusivo y las minorías étnicas gozan de los mismos derechos que todos. De hecho, 38 por ciento de ellas son de origen nepalés y muchos de sus integrantes son miembros de la Asamblea Nacional. Nuestro gabinete de 10 ministros está integrado por dos personas que pertenecen a un grupo minoritario.
IPS: Algunos analistas sostienen que a los butaneses les cuesta adaptarse a la rapidez de los cambios internos y que hay muchos asesinatos y suicidios.
JYT: Sólo hay uno, dos o tres suicidios y un asesinato al año. Pero antes no se decía. Ahora tenemos una prensa muy activa para unas 650.000 personas. Ocupa las primeras páginas, es de interés periodístico para la prensa. Creo que es bueno.
IPS: ¿Cuál es la situación de las mujeres en Bután?
JYT: Tenemos equidad de género. Las mujeres de Bután tienen pocos motivos de queja, tanto social como políticamente. Nuestro relieve montañoso las ha complicado y dejado relegadas. Por ejemplo, hay sólo 14 mujeres en el parlamento, pero representarán 30 por ciento de los legisladores en las próximas elecciones. Les rogué para que se presentaran el año pasado.
Votaron más mujeres que hombres. Los observadores europeos se sorprendieron al ver a tantas tan activas.
IPS: ¿Qué mensaje puede dar a nuestros lectores?
JYT: La recesión económica y la amenaza que supone el cambio climático son problemas creados por nuestro estilo de vida consumista, el PIB atado al mercado y el paradigma macroeconómico vigente.
Los paquetes de estímulo a la economía son soluciones de corto plazo. Necesitamos planes de largo plazo.