La pesca indiscriminada arrasó con las existencias de atún de aleta azul del Atlántico en Europa septentrional hace 50 años, mientras que la presión sobre el remanente de esta variedad coloca a toda la especie al borde de la extinción, alerta un estudio de inminente publicación.
Cada verano a comienzos del siglo XX, las aguas del norte de Europa, desde Holanda hasta Noruega, estaban repletas de atunes de aleta azul, de unos tres metros de largo y unos 700 kilogramos de peso, de acuerdo con registros históricos de pesca.
Pocos podían capturar a este pez poderoso y de nado rápido hasta los años 30 y 40, cuando fueron diseñados botes más grandes y veloces, mejor equipados para la pesca.
"La población de atún de aleta azul colapsó en los años 60, y más de 40 años después todavía no se ha recuperado", dijo Brian MacKenzie, de la Universidad Técnica de Dinamarca, quien lideró el estudio a ser publicado en la revista Fisheries Research.
"El atún de aleta azul simplemente ya no se ve más en esta aguas", dijo MacKenzie a IPS.
[related_articles]
Puede establecerse un claro paralelismo con el más reciente colapso del otrora abundante bacalao septentrional. Éste también fue pescado hasta llegar casi a su extinción al otro lado del Atlántico, y no se recuperó pese a una prohibición a su captura que rige desde hace 15 años.
"Me temo que lo que le sucedió al atún de aleta azul es similar a lo que le ocurrió al bacalao septentrional", dijo.
El atún de aleta azul del Atlántico continúa bajo una intensa presión de la industria pesquera, que utiliza aviones y helicópteros de observación en la región del mar Mediterráneo.
Esta variedad de atún es muy deseada por el mercado japonés del sushi, donde un solo pescado se vende por 60.000 dólares. El récord es de 174.000 dólares por un atún de aleta azul de unos 200 kilogramos.
Las reservas de este pez están reguladas por la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT, por sus siglas en inglés), que fijó una cuota para 2007 de 29.000 toneladas, menor a la del año anterior, de 32.000 toneladas, para el Mediterráneo y el Atlántico oriental.
Biólogos marinos y organizaciones ambientalistas consideran que la cuota de la ICCAT duplica la cifra que sería sostenible. Además, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) dijo que la pesca ilegal es rampante en la región. Y un estudio independiente reveló que la captura anual real del atún rondaba las 50.000 toneladas.
El atún de aleta azul se encuentra por todo el océano Atlántico, con tres poblaciones distintas. La más grande prospera en el mar Mediterráneo, otra se halla en el Atlántico occidental y la tercera en el Atlántico sur, y muchos la consideran una especie amenazada.
Así lo explicó Barbara Block, bióloga marina de la Universidad de Stanford y principal científica del programa de Etiquetado de Predadores del Pacífico del Censo de Vida Marina y del programa Etiquete a un Gigante, referido a esta especie.
La población de atunes del Atlántico occidental que se concentra en el golfo de México también está en mala forma. Padece una reducción de 90 por ciento de los peces en edad reproductiva, pero pese a eso existe una pesca comercial con una cuota de 2.100 toneladas para este año.
Allí "hay pocos atunes de aleta azul suficientemente maduros para reproducirse", dijo en una entrevista Block, una de las más destacadas expertas mundiales en atún.
Durante varios años, Block y sus colegas colocaron etiquetas electrónicas a los atunes de aleta azul para aprender más sobre sus movimientos y áreas de reproducción.
Dos de ellos, gigantes, que fueron etiquetados en aguas del norte de Irlanda en 2004, fueron detectados a más de 5.000 kilómetros de allí ocho meses después. Uno viajó 6.000 kilómetros hacia el sudoccidente en 177 días, pasando Bermuda hacia aguas a unos 300 kilómetros al nordeste de Cuba. Y el otro permaneció en el Atlántico oriental y se dirigió a las costas de Portugal.
"Estos datos (derivados) del etiquetado (electrónico) proporcionan nuevas evidencias de que tiene lugar una mezcla en las aguas septentrionales del Atlántico oriental, y complementan datos anteriores o que muestran que las reservas de atún de aleta azul del Atlántico, del occidente y del oriente, se mezclan en ricos terrenos de abastecimiento de alimentos del Atlántico central", explicó.
Eso significa que los cazadores japoneses y europeos de atún de aleta azul en aguas de Irlanda y otras partes del Atlántico norte probablemente estén capturando la rara variedad del Atlántico occidental y contándola como si fuera del oriental.
"La población del Atlántico occidental puede desaparecer a menos que las cuotas sean drásticamente reducidas en el este", dijo Block.
Como se puede ganar millones de dólares cazando atún, hay una "mentalidad de fiebre del oro" donde "nadie quiere seguir reglas", incluyendo no pescar en zonas de reproducción de esta especie, señaló.
Además, como la reproducción supone un momento de gran estrés para el atún, incluso el cierre de esas áreas para impedir la pesca, tal como se hizo en el golfo, podría no ser suficiente, según otros nuevos datos que Block y sus colegas publicarán en la revista Marine Biology.
Veintiocho atunes de aleta azul del Atlántico recibieron sofisticadas etiquetas especiales que registraron su ubicación, profundidad, temperatura del agua, nivel de luz y temperatura abdominal.
Los investigadores hallaron que una mayoría de atunes de aleta azul —algunos de ellos de hasta 300 kilogramos— gravitaron hasta las cálidas aguas cercanas al estrecho de la Florida y a la parte occidental del golfo de México para reproducirse. Durante este estudio se obtuvieron medidas fisiológicas reales al momento del cortejo y apareamiento del atún.
Block, quien enfatizó que en estos peces son muy sensibles a cualquier presión, agregó que por esa razón y para impedir que el atún sea atrapado de manera incidental, toda la pesca debería ser prohibida cerca de sus áreas de reproducción durante la temporada en que ésta se produce.
Pero parece improbable que eso ocurra. En una reunión de ICCAT celebrada en julio, se adoptaron muy pocas medidas en materia de pesca ilegal, según WWF. La flota —descomunal y bien financiada— de buques dedicados a la pesca de atún fácilmente puede capturar 50.000 toneladas en el Mediterráneo y el Atlántico oriental, pese a que la cuota permite solamente 29.000 toneladas.
"Este fracaso de ICCAT en contratar a partes para hacer lo correcto es efectivamente un estímulo a la pesca ilegal, dado que la capacidad sobrepasa por lejos a la cuota", dijo Sergi Tudela, de WWF, quien asistió a la reunión como observador oficial.
"Ahora, la única manera de garantizar una reducción en los esfuerzos de pesca y facilitar una recuperación real de las reservas es imponer una prohibición durante el mes de junio, cuando se realiza la mayoría de las capturas", señaló Tudela en una declaración escrita.
Cuando los atunes de aleta azul comenzaron a desaparecer de aguas del norte de Europa, en los años 60, hubo cierta preocupación pero no se tomó ninguna medida, y poco después fue demasiado tarde, dijo MacKenzie.
"Hoy pocos saben que los mares de alrededor de Europa septentrional otrora estuvieron llenos de estos peces enormes y majestuosos. Ahora están encendidas las luces de advertencia para los atunes de aleta azul que quedan en el resto del mundo", añadió.