La lepra, una dolencia infecciosa de la piel y el sistema neurológico que ha azotado a la humanidad durante siglos, podría pasar a la lista de enfermedades erradicadas de la faz de la Tierra para 2005.
La Alianza Mundial para la Eliminación de la Lepra (GAEL) considera que ese objetivo se convertirá en realidad si la estrategia del «empuje final» promovida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) se aplica en todo el planeta.
En una conferencia sobre salud a celebrarse en Nueva Delhi este martes y el miércoles, GAEL tratará de obtener el compromiso de los países más afectados por la lepra de intensificar las actividades para la eliminación de la enfermedad, según las pautas prescriptas por la OMS.
India tiene un papel muy importante a desarrollar en ese sentido, dado que alberga a más de 60 por ciento de los enfermos de lepra de todo el mundo, destacó el organismo de las Naciones Unidas, con sede en Ginebra.
Otros países en desarrollo donde la lepra es endémica deben realizar esfuerzos similares, entre ellos Angola, Birmania, Brasil, República Democrática de Congo (ex Zaire), Guinea, Indonesia, Madagascar, Mozambique, Nepal y Níger, exhortó la organización.
La conferencia de Nueva Delhi permitirá a los países aprender de los esfuerzos de GAEL, dado que el encuentro será el primero en su tipo desde la creación de la alianza a fines de 1999, resaltó Terry Vasey, presidenta de la Federación Internacional de Asociaciones contra la Lepra, de Londres.
La reunión constituirá la primera revisión mundial de «la voluntad y energía colectivas en la lucha contra la lepra», destacó Vasey en una carta publicada el domingo en ocasión del Día Mundial contra la Lepra, que se celebra cada 28 de enero.
«El objetivo declarado de GAEL de eliminar la lepra como problema de salud pública en todos los países para el año 2005 estimuló a sus socios a combinar sus conocimientos con renovada urgencia para atacar la alta prevalencia y el ritmo de transmisión», subrayó.
Según la OMS, existen 640.000 enfermos de lepra en todo el mundo, y la gran mayoría residen en 91 países en desarrollo. De ellos, 70 por ciento viven en tres países asiáticos: India, Birmania y Nepal.
Africa es «la segunda región más afectada», mientras la situación sigue siendo «preocupante» en América Latina, observó la organización mundial.
«Brasil en particular está muy afectado, ya que representa más de 80 por ciento de los casos de América Latina», resaltó.
Además, agregó la OMS, ha habido informes de casos esporádicos en Europa central y oriental, pero el número podría ser mayor dado que «actualmente es imposible saber cuántos casos no son denunciados».
Si la lepra no se controla, cerca de 2,5 millones de personas podrían contraer la enfermedad para el año 2005, dado su actual ritmo de propagación, estimó la organización.
Se trata de «una enfermedad insidiosa y de lento desarrollo, que crece fundamentalmente en el cinturón de pobreza del mundo», destacó.
La lepra se contagia a través de pequeñas gotas de la nariz y la boca y por contacto frecuente con el infectado. Sus síntomas, visibles en la piel, miembros y ojos, pueden tardar hasta 20 años en aparecer.
Pero esta enfermedad que ha azotado a la humanidad durante siglos y es considerada contagiosa, mutiladora e incurable, puede tratarse con éxito.
Según la OMS, 10 millones de pacientes con lepra han sido curados en los últimos 15 años. «La tasa de incidencia cayó 85 por ciento, y el número de países donde la lepra es un problema de salud pública se redujo de 122 a 24», sostuvo la organización.
Una vez que la incidencia mundial de la lepra disminuya a menos de un caso cada 10.000 personas, «habrá una interrupción natural de la transmisión con el tiempo, y las generaciones futuras no contraerán la enfermedad», predijo la organización.
Para alcanzar esa meta, la OMS recomienda la aplicación estricta de la eficaz terapia multidroga, incluida en la estrategia del «empuje final» hacia la eliminación de la lepra.
El cóctel de fármacos utilizados en la terapia multidroga incluye dapsona, rifampicina y clofazimina, «mata al germen (bacilo de Hansen), cura al paciente y previene la resistencia al medicamento». Estudios de la OMS han demostrado que no hay recaídas.
Además, la detección temprana y el tratamiento con la terapia multidroga han permitido que entre uno y dos millones de personas quedaran discapacitadas por la lepra. Para la OMS, ese dato demuestra «la rentabilidad de esa terapia como intervención sanitaria, considerando el costo social y económico ahorrado».
Pero para derrotar la enfermedad, se precisarán nuevos fondos por unos 100 millones de dólares hasta el año 2005.
Además, los gobiernos de los países afectados deben demostrar su compromiso para cubrir a todos los pacientes integrando el tratamiento de la lepra a los servicios generales de salud.
«Eso es clave para una eliminación exitosa. Es absolutamente necesario un fuerte compromiso de los ministerios de salud, en especial en los países endémicos», instó la OMS.
Igualmente importante es el combate al «antiguo estigma de la enfermedad», que tanto ha obstaculizado su tratamiento temprano. «La imagen de la lepra debe cambiar a nivel local, nacional y mundial», urgió la organización.
La OMS exhortó a los gobiernos que asistirán a la conferencia de Nueva Delhi a apoyar esas iniciativas mediante la firma de la Declaración de Delhi, que destacará la importancia de la estrategia del «empuje final». (FIN/IPS/tra-en/mmm/da/mlm/he/01