La misteriosa muerte del general Oscar Bonilla en 1975 retomó imprevistamente actualidad en Chile para proyectar nuevas sospechas sobre la policía secreta de la dictadura que gobernó el país entre 1973 y 1990.
El diario estatal La Nación planteó este martes que existe un vínculo entre la posible eliminación de Bonilla y otro caso de reciente reactualización: el asesinato del general Carlos Prats, ocurrido en Buenos Aires en septiembre de 1974.
Bonilla, primer ministro del Interior de la dictadura del general Augusto Pinochet, era titular de Defensa cuando falleció el 3 de marzo de 1975, al explotar y precipitarse a tierra el helicóptero en que viajaba a Santiago desde el sur del país.
Eduardo Bonilla, hijo del general y actual consejero de la embajada de Chile en Colombia, dijo este lunes en una entrevista con el semanario Hoy que tiene "serias dudas" sobre la versión que atribuyó la caída del aparato a un accidente.
El diplomático señaló que su padre tuvo graves conflictos con el entonces coronel, y hoy general retirado, Manuel Contreras, jefe de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), policía secreta de la dictadura entre 1974 y 1977.
Bonilla era la segunda antigüedad del Ejército, detrás de Pinochet, y gozaba de gran popularidad, sobre todo por la labor asistencial que desplegó en barriadas pobres durante el año que encabezó el Ministerio del Interior.
Eduardo Bonilla, de 43 años en la actualidad, afirmó que en una ocasión su padre mantuvo a Contreras bajo arresto en el regimiento de Tejas Verdes, 90 kilómetros al oeste de Santiago, al comprobar los maltratos que el coronel aplicaba allí a detenidos políticos.
La versión fue corroborada este martes por el abogado socialdemócrata Eugenio Velasco, ex decano universitario y una de las primeras personalidades que organizó grupos de defensa de los derechos humanos durante la dictadura.
Velasco relató que el propio general Bonilla lo llamó a su despacho ministerial en 1974 para contarle que había ordenado arrestar a Contreras a raíz de las violaciones de derechos humanos que cometía en su condición de comandante de Tejas Verdes.
"Mi sorpresa fue grande cuando al otro día leo en los diarios que se había creado la DINA y se había puesto a cargo a Contreras. Y a los meses después murió Bonilla de forma bastante extraña", dijo Velasco.
Al poco tiempo de creada oficialmente la DINA, el 30 de septiembre de 1974, tuvo lugar en Buenos Aires el atentado que mató al general Prats, ex comandante del Ejército, y a su esposa, Lucía Cuthbert.
El caso Prats fue reactivado en enero de este año con la detención en Argentina del ex agente de la DINA Enrique Arancibia Clavel, quien habría participado en la operación para hacer estallar el automóvil del general constitucionalista.
La DINA tenía una dependencia jerárquica directa de Pinochet, por lo cual las hijas del general Prats reclaman que se esclarezca la vinculación del Ejército con el atentado cometido en el barrio bonaerense de Palermo.
Sofía Prats, hija mayor del asesinado ex comandante castrense, dijo hace algunas semanas que un alto oficial del Ejército, cuyo nombre se mantiene en reserva, alertó a su padre de los propósitos de la DINA de asesinarlo.
Ese alto oficial habría sido Bonilla, según La Nación, diario que relacionó las declaraciones de Eduardo Bonilla a la revista Hoy con antecedentes que habrían surgido en las investigación del caso Prats de la jueza argentina María Servini.
El Ejército realizó en 1975 una investigación sumaria que avaló la versión de la caída accidental del helicóptero de Bonilla, pero su contenido nunca fue conocido en detalle por la familia del general, según puntualizó su hijo.
La hipótesis de que la DINA habría saboteado el helicóptero fue desautorizada por el auditor (fiscal judicial) del Ejército, general Fernando Torres, quien calificó como "una barbaridad" las sospechas de un crimen.
Manuel Contreras Valdebenito, hijo del ex director de la DINA, expresó su molestia por las nuevas sospechas contra su padre, quien cumple condena de presidio por el asesinato del ex canciller Orlando Letelier, cometido en Washington en 1976.
"Lamentablemente, (mi padre) es el único que aparece responsable y ahora cumple condena para que nadie más vaya a la cárcel. Esta situación debe terminarse, él está preso y lo siguen acusando", señaló.
"Sólo yo salgo en su defensa y nadie más. El Ejército debe responder por la muerte del general Bonilla", concluyó Contreras Valdebenito. (FIN/IPS/ggr/dg/hd-ip/96)