COMERCIO: G-20 inicia ejercicios de calentamiento

El Grupo de los 20 (G-20), expresión del Sur en desarrollo en las negociaciones comerciales multilaterales, extenderá su acción a áreas que van más allá del sector agrícola y procurará acercarse a países afines, anunció el canciller brasileño Celso Amorim.

El ministro brasileño coordina las actividades del G-20, agrupación que desde su nacimiento, en agosto del 2003, logró establecer un equilibrio más favorable al mundo en desarrollo dentro de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

El G-20, en el que participan naciones de la envergadura de China, India y Sudáfrica, sostuvo este jueves en Ginebra una sesión ”muy interesante y rica en ideas”, especificó Amorim.

El grupo no ha sido ajeno a la parálisis que dominó las deliberaciones tras el intenso debate concluido a fines de julio, cuando se echaron las bases para discutir las modalidades de la etapa final de la Ronda de Doha de negociaciones multilaterales, lanzada en el 2001 en la capital de Qatar.

La Ronda de Doha ha afrontado sucesivos aplazamientos por dificultades para concertar acuerdos entre una mayoría de países industrializados proteccionistas y la gran masa de países en desarrollo que aspiran a eliminar las barreras comerciales en la agricultura.

El fiasco más sonado se produjo durante la quinta conferencia ministerial de la OMC, realizada en septiembre del 2003 en el balneario mexicano de Cancún, que terminó sin acuerdo alguno.

Amorim reconoció que ahora ”nos encontramos en un momento de relativa baja” en el diálogo, lo que es ”normal luego del clímax” alcanzado durante las cruciales negociaciones de julio, que, en apariencia, lograron impedir el derrumbe de la Ronda de Doha.

La OMC ya se prepara para otra etapa de negociaciones que se desarrollarán el año venidero y cuya conclusión está prevista para la sexta conferencia ministerial de la institución multilateral, convocada esta semana para los días 13 al 18 de diciembre de 2005, en Hong Kong.

Amorim admitió que no puede esperarse en este momento que las negociaciones arrojen ”decisiones políticas importantes”. Estas situaciones de imprecisión se presentan con frecuencia y de manera natural en las negociaciones internacionales, estimó el diplomático.

Por tanto, es imposible pronosticar grandes fracasos o éxitos de enormes dimensiones hasta tanto no haya llegado el momento del resumen de las negociaciones, observó.

Otros motivos de la indefinición son el cambio de guardia que se producirá a comienzos de noviembre en la rama ejecutiva de la Unión Europea y la ”importante elección en un importante país”, dijo en referencia a los comicios presidenciales del 2 de noviembre en Estados Unidos.

En ese panorama, la estrategia del G-20 consiste en estrechar filas. En la reunión de Ginebra ”manifestamos, por supuesto, la trascendencia de mantener la unidad”, comentó Amorim.

En el G-20 existe diversidad en algunos aspectos, aunque el objetivo común es la eliminación de las grandes distorsiones en el comercio agrícola, reafirmó.

Al mismo tiempo, el agrupamiento se dispone a acercar una mano a los otros núcleos formados para atender diferentes intereses comerciales de los países en desarrollo, como son el Grupo Africano, el G-90 y el G-33.

Muchos de esos grupos están representados en el G-20, lo que facilita la tarea de acercamiento, dijo el ministro brasileño a la prensa.

Los mismos contactos pueden ampliarse también a grupos que entre sus miembros incluyen a países industrializados, como el Grupo de Cairns, que también se concentra en las negociaciones agrícolas.

Por otra parte, mientras perdure la calma en las negociaciones, el G-20 se concentrará en el trabajo técnico.

Amorim comentó que con la creación del nucleamiento por primera vez contempló el empuje conjunto de las capacidades de numerosos países en desarrollo desplegadas en una negociación muy específica y técnicamente complicada.

El G-20 debe avanzar el terreno técnico de las negociaciones para de esa manera conseguir una sólida base política, manifestó el canciller brasileño.

En ese plano, los miembros del G-20 evaluaron de manera positiva la posibilidad de sostener reuniones con representantes del sector privado de los países que lo integran, precisó el ministro coordinador.

Las discusiones sostenidas por el G-20 no soslayaron otra de las cuestiones críticas de la OMC para los próximos meses: la elección del sucesor del actual director general de la institución multilateral, el tailandés Supachai Panitchpakdi.

El consejo general de la OMC, máximo organismo de la institución en los periodos de receso de la conferencia ministerial, estableció esta semana el calendario para la elección del director general.

El plazo para la presentación de las candidaturas vence a fines de diciembre, y a partir de entonces se abre un proceso de selección que debería concluir en mayo con la designación del nuevo jefe.

Amorim había anunciado dos semanas atrás que su país postularía para el cargo a su actual representante ante la OMC, el embajador Luiz Felipe de Seixas Correa.

En la reunión de este jueves en Ginebra, algunos participantes mencionaron la candidatura de Seixas Correa y ”por supuesto, no eludí la cuestión”, dijo el canciller.

El ministro brasileño aclaró que su país no procura obtener una candidatura en nombre del G-20.

La designación de Seixas Correa provocó roces con otro candidato latinoamericano, el diplomático uruguayo Carlos Pérez del Castillo, que había anticipado unos meses antes su intención de postularse al máximo cargo de la OMC.

En medios comerciales se ha mencionado asi mismo la posibilidad de que el actual ministro de Relaciones Exteriores de Mauricio, Jaya Cuttaree, se sume a la puja que se abrirá en diciembre.

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