El Partido Revolucionario Institucional (PRI) de México recibió este domingo una bocanada de oxígeno tras un año de derrotas y problemas internos, al ganar las elecciones en el estado de Tabasco, en la costa del océano Pacífico.
Encuestas a boca de urna y resultados oficiales preliminares indican que Manuel Andrade, del PRI, fue elegido gobernador de Tabasco con alrededor de 50 por ciento de los votos, cuatro puntos porcentuales más que su principal contendiente, el izquierdista Raúl Ojeda.
Los comicios tuvieron carácter extraordinario, pues en octubre había sido anulada la votación por un tribunal que detectó un intento de fraude.
El resultado dio un espaldarazo al alicaído PRI, comentó el analista Alfonso Zárate, director del Grupo Consultor Interdisciplinario.
En los últimos 13 meses, el PRI perdió las ocho elecciones importantes en que participó: la presidencial y las celebradas para determinar los gobiernos de la capital y los estados de Guanajuato, Morelos, Chiapas, Jalisco, Yucatán y Baja California.
El triunfo en Tabasco, bastión de uno de los sectores más conservadores y también más poderosos del PRI, coincidió con otros avances de ese partido.
En las elecciones de alcaldes y diputados, realizadas también este domingo en los estados de Aguascalientes, en el centro del país, y Oaxaca, al sureste, el PRI obtuvo altas votaciones y se mantuvo como uno de los primeros partidos del país, junto al centroderechista Acción Nacional (PAN).
«Nos alegramos por haber dado estos triunfos al PRI y esperamos con ello que podamos ayudar a la unidad del partido», dijo Andrade.
Tabasco, con cerca de dos millones de habitantes, fue gobernado hasta el año pasado por el populista Roberto Madrazo, uno de los líderes del llamado sector «jurásico» del PRI, de tendencia conservadora.
Madrazo, a quien se acusa de actos de corrupción, aspira a tomar el control el PRI en la asamblea de ese partido programada para noviembre con el objetivo de proyectarse como candidato presidencial para 2006, sostuvo Zárate.
Con el triunfo en Tabasco, todo se le facilita, aseguró el experto.
Madrazo perdió en 2000 las primeras elecciones internas convocadas por el PRI para determinar el candidato presidencial. El triunfador fue Francisco Labastida, perteneciente al ala de los tecnócratas de ese partido.
El PRI ocupó la Presidencia de México de forma ininterrumpida durante 71 años. En julio de 2000, cuando la perdió de la mano del actual mandatario Vicente Fox, del PAN, ingresó en una severa crisis interna.
A pesar de sus derrotas, el PRI es junto con el PAN una de las dos principales fuerzas políticas del país.
«Rescataremos al partido y lo regresaremos a la Presidencia», prometió Madrazo.
Ojalá el PRI se consolide y asuma su nuevo papel, pues de ese modo Fox encontrará un interlocutor para sus planes, opinó el politólogo Luis Rubio.
El izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), que perdió las elecciones en Tabasco el domingo, es el tercer grupo político de México, pero con tendencia a retroceder.
Ojeda se negó a aceptar su derrota del domingo en Tabasco y anunció que interpondrá recursos ante los tribunales por actos irregulares registrados en las elecciones.
El PRD vive una crisis más grave que el PRI, a ellos «la casa se les está cayendo y son incapaces de proponerle al país un programa convincente, algún programa, el que sea», sostuvo el columnista del diario Reforma, Humberto Musacchio.
El partido centroizquierdista es el partido más beligerante frente a los llamados de Fox para concertar un acuerdo nacional.
«Hagamos equipo y trabajemos», pidió a los opositores el mandatario, quien, según una encuesta de popularidad publicada este lunes por Reforma, recibe de la población una calificación de 6,7 puntos en un máximo de 10, 0,8 menos que en febrero.
El actual presidente «es un neoliberal que cede soberanía», por lo que no recibirá el apoyo del PRD, sentenció el líder de ese partido y tres veces candidato presidencial perdedor, Cuauhtémoc Cárdenas. (FIN/IPS/dc/mj/ip/01
