El gobierno de Fidel Castro dispuso la realización de una encuesta que podría convertirse en un diagnóstico de la sociedad cubana actual, si los entrevistados responden con sinceridad a los encargados del sondeo.
Más de 6.000 estudiantes y profesores se integraron voluntariamente las Brigadas Universitarias de Trabajo Social que formulan las 36 preguntas del cuestionario, destinado «a conocer las opiniones de los miembros de la familia».
Todos los hogares de La Habana, donde viven 2,2 millones de personas sin contar a la población flotante, serán visitados.
«Tenemos que trabajar con los ciudadanos como si fueran el átomo de la materia, conocer los problemas de cada uno», afirmó Castro ante los brigadistas. «Su misión fundamental es llegar a las personas y ayudarlas», agregó.
Esta es la primera vez que se tiene noticia de un intento tan completo de estudio de opinión sobre las condiciones de vida en Cuba, el impacto de la crisis económica vivida en la pasada década y la evaluación popular de las políticas gubernamentales.
El cuestionario, al que tuvo acceso IPS, asegura que se trata de «una visita de intercambio a cada uno de los hogares» para conversar sobre diversos asuntos, en especial sobre los servicios de educación y salud.
Al formulario principal se suma otro sólo para aplicar en los hogares donde viven menores, con el fin de definir las condiciones de vida y familiares, así como la situación escolar y de salud de los niños y niñas.
En todos los casos, el encuestador consigna la dirección visitada, el número de integrantes del núcleo familiar y, «por observación», debe consignar si las personas son de raza blanca, negra o mestiza.
Las preguntas se refieren a la calidad de la educación, los factores que influyen en el desinterés laboral de algunos jóvenes y a la labor del médico de la familia (atención comunitaria de salud), del policlínico, del hospital y de las farmacias que visitan.
También se piden opiniones sobre la seguridad y las cuestiones que influyen en la actividad delictiva, el trabajo de los órganos de gobierno a nivel de base y de las organizaciones de masas y la atención social a los ancianos.
«¿Ven mucho la televisión en este hogar?» es una de las tantas preguntas que intentan establecer las preferencias culturales y recreativas de la comunidad y las opiniones sobre la programación de las emisoras de radio y de televisión estatales.
En un gesto sin precedentes, además, la encuesta incluye preguntas sobre programas impulsados por Castro en el marco de una campaña oficial por la «masificación de la cultura».
La ofensiva incluye cursos por televisión sobre diversas materias, integrados en un programa de «Universidad para todos», la formación acelerada de maestros e instructores de arte y el uso masivo de la computación.
Para conocer la opinión sobre las mesas redondas que trasmite cada día por la televisión nacional por orientación del gobierno, el cuestionario supone que el entrevistado «seguramente han visto o escuchado algunas».
Los encuestadores, sin embargo, tienen libertad para establecer la conversación como quieran y preguntar directamente si se ven o no las mesas redondas. Llegan, incluso, a inducir a las personas para que sean más críticas que complacientes en sus respuestas.
«Hasta ahora hemos tenido de todo. Algunos se muestran muy cerrados en sus respuestas y a todo responden con 'no sé, no sé'. En otros casos, se nota que están diciendo lo que piensan», dijo a IPS uno de los estudiantes que trabajan en el sondeo.
Los encuestadores están tomando conocimiento sobre «el descontento con los servicios de salud pública, la mala calidad de la educación actual comparada con la de hace apenas una década, los jóvenes que prefieren ganar dinero rápido antes que estudiar y la corrupción de algunos policías», añadió.
El esfuerzo complementa otro de menor alcance realizado hace dos años por estudiantes universitarios y cuyos resultados preocuparon a las autoridades, según fuentes cercanas al gobierno.
Entre otros detalles sobre las condiciones de vida en general, como la vivienda y el acceso a servicios básicos, se supo entonces que en más de 77 por ciento de los hogares visitados los ingresos no alcanzaban para cubrir los gastos.
Cuba aún no se recupera de la crisis económica de los años 90, cuando el producto interno bruto cayó 34,8 por ciento en sólo tres años. Expertos estiman que podrían pasar aun 15 años antes de recuperar los niveles de vida anteriores a la depresión.
Ahora, el gobierno intenta obtener un diagnóstico lo más cercano a la realidad posible sobre el impacto de la crisis en sectores como la educación y la salud, considerados los logros sociales más importantes de la Revolución Cubana desde su triunfo en 1959.
Además de aplicar el cuestionario, los brigadistas entregan a sus entrevistados los folletos titulados «Cuida tu salud» y «Educa a tu hijo», ambos con información y consejos prácticos sobre nutrición, higiene, tabaquismo, alcoholismo y prevención de enfermedades.
El personal médico, por su parte, inició un estudio sobre la talla y el peso de niños y niñas, con el fin de evaluar la desnutrición en la población infantil. Ese sondeo podría estar arrojando resultados alarmantes, según trascendidos.
«Los niños que hoy tienen ocho o nueve años nacieron en los peores momentos de la crisis. El déficit de alimentos les afectó a ellos directamente y también a sus madres durante el embarazo», explicó a IPS una médica de 39 años que pidió reserva sobre su identidad. (FIN/IPS/da/mj/pr/01