El alza del petróleo en el mercado internacional agravó las dificultades de la balanza comercial de Brasil, que vuelve a presentar déficit este mes, con un fuerte aumento de las importaciones.
El déficit de 267 millones de dólares en la primera quincena de septiembre interrumpió un periodo de siete meses en el país acumuló 1.130 millones de dólares de saldo favorable, pero con tendencia declinante desde junio.
Además, un tercio de ese superávit es sólo contable. Corresponde a cuatro aviones devueltos por la compañía aérea VASP que, en grave crisis financiera, no pudo pagar a los proveedores externos. Esa operación se registró como exportación.
El petróleo explica una parte menor del problema. Su encarecimiento solo remata las ilusiones de que el país obtendría un superávit elevado en su comercio exterior a partir de la devaluación de la moneda nacional, el real, en enero de 1999.
El año pasado terminó con un déficit de 1.199 millones de dólares, contrariando previsiones optimistas del gobierno brasileño plasmadas en un acuerdo firmado con el Fondo Monetario Internacional.
Revertir un desequilibrio comercial que alcanzó 6.590 millones de dólares en 1998 era indispensable para reducir la vulnerabilidad del país a las turbulencias financieras internacionales que determinaron la devaluación.
Este año empezó con metas de superávit de 5.000 millones de dólares, luego reducidas a 2.800 millones y a cifras gradualmente menores. Esta semana, el ministro de Desarrollo, Industria y Comercio, Alcides Tapias, renunció a cualquier pronóstico.
Expertos del mercado consideran muy difícil que se alcance un saldo favorable de 1.000 millones de dólares, y los datos de septiembre aumentaron el pesimismo.
La frustración seguida de las metas no generó graves problemas en las cuentas externas del país porque fue compensada con creces por el fuerte ingreso de inversiones directas, que superaron 30.000 millones de dólares el año pasado y deben acercarse a esa suma este año.
Brasil necesita importar hidrocarburos para complementar una producción interna que atiende a cerca de 70 por ciento del consumo. De enero a agosto de este año, esas compras costaron 1.744 millones de dólares, 60 por ciento más que en el año pasado.
Pero son las materias primas y otros insumos para la industria lo que más pesa en las importaciones. Solo en agosto costaron 2.724 millones de dólares, más de la mitad del total adquirido en el exterior y con un incremento de 15,7 por ciento respecto del mismo mes del año pasado.
Ese es un problema señalado por Celso Furtado, «padre» de la economía política en Brasil, quien previó el fracaso de la devaluación cambiaria en su intención de generar grandes saldos comerciales.
Exportar bienes industriales producidos en los nuevos sistemas internacionalmente integrados exige grandes importaciones de insumos, partes y tecnologías, lo cual impide el superávit que se obtenía en el pasado tras una devaluación, advirtió.
Ese tipo de medidas función en Brasil en el pasado, porque las exportaciones brasileñas tenían una mayor participación de productos básicos y el mercado nacional contaba con una fuerte protección, condiciones alteradas en los años 90.
Las críticas a la supuesta incapacidad brasileña de aumentar sus exportaciones son improcedentes, porque el país ha vendido 17,5 por ciento más este año que en 1999, observó Roberto Giannetti da Fonseca, secretario de la interministerial Cámara de Comercio Exterior.
Pero las importaciones también crecieron 12 por ciento, y los principales compradores fueron grandes empresas exportadoras, comprobó el empresarial Centro de Estudios de Comercio Exterior.
La Empresa Brasileña de Aeronáutica, que con el éxito de sus aviones se convirtió el año pasado en la mayor firma exportadora nacional, vendió 1.400 millones de dólares al exterior en los siete primeros meses de este año. Para eso tuvo que importar 760 millones de dólares en insumos.
La industria de equipos de telecomunicaciones, otro sector de rápido incremento de exportaciones, es un ejemplo aún más expresivo. La empresa Motorola exportó 232 millones de dólares entre enero y julio, 376 por ciento más que en igual periodo de 1999, pero sus importaciones fueron de 477 millones.
A eso se sumaron otros factores negativos, como los bajos precios de los productos agrícolas, único rubro en que Brasil es fuertemente superavitario.
Hasta julio las exportaciones agropecuarias de este año sumaron 7.901 millones de dólares, cuatro por ciento menos que en 1999. Además, debido a la sequía y las heladas que redujeron la cosecha, Brasil tendrá que importar más trigo y maíz este año, dificultando más aun una balanza comercial favorable. (FIN/IPS/mo/mj/if/00