Los cancilleres de 16 países árabes o musulmanes reunidos en Marruecos se limitaron a ofrecer palabras de apoyo a la Autoridad Nacional Palestina en sus negociaciones en curso con Israel por el futuro de Jerusalén.
La reunión del Comité de Jerusalén (Al Quds) tuvo lugar en la ciudad costera de Agadir, 650 kilómetros al sur de Rabat.
El Comité se creó en 1975 como brazo de la Organización de la Conferencia Islámica. Es una estructura política dirigida a apoyar política y financieramente a Palestina en su reivindicación de Jerusalén como la capital del futuro estado independiente.
Jerusalén "es la capital eterna del estado independiente de Palestina" y todo intento de limitar la soberanía palestina en la ciudad se rechaza, declaró el Comité.
El organismo tiene el mandato de preservar la estructura de Jerusalén contra los intentos de Israel de alterar la base demográfica árabe y musulmana de la ciudad.
El Comité es presidido por el rey marroquí Mohammed y está integrado por los ministros de relaciones exteriores de Arabia Saudita, Bangladesh, Egipto, Guinea, Indonesia, Irán, Iraq, Jordania, Líbano, Mauritania, Marruecos, Níger, Pakistán, Palestina, Senegal y Siria.
Egipto estuvo representado por el ministro de Educación Superior Mufi Shihab ya que el canciller Amr Moussa permaneció en su país debido a la visita del presidente de Estados Unidos, Bill Clinton.
Antes de la reunión en Agadir, Estados Unidos pidió a los países árabes que no adoptaran posición alguna sobre Jerusalén que "arriesgue con perjudicar la reanudación de las negociaciones entre israelíes y palestinos".
Sin embargo, el Comité Jerusalén fue criticado por su pésima defensa de la ciudad. Algunos países se oponen a que Marruecos presida el organismo y otros propusieron a Iraq como presidente rotativo.
Con el fin de conseguir el apoyo cristiano a la causa de la ciudad, el Comité invitó por primera vez a una delegación de la Iglesia Ortodoxa de Jerusalén, dirigida por el obispo Ataa Allah Hana.
El futuro de Jerusalén es el problema más delicado en la disputa entre palestinos e israelíes porque la ciudad causa pasiones políticas, nacionalistas y religiosas.
La mezquita Al Aqsa, uno de los templos más sagrados de la religión islámica, también es un símbolo para el pueblo palestino, mientras el templo del Domo de la Roca es un testimonio de la presencia árabe y musulmana que se remonta al siglo XIII.
El nombre de Jerusalén en árabe, Al Quds, la sagrada, refleja la importancia que tiene para el mundo árabe.
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yaser Arafat, prometió en Agadir que Jerusalén será la capital eterna del futuro estado palestino.
"Toda solución al conflicto en Medio Oriente que no incluya la devolución de Jerusalén a los palestinos estará destinada al fracaso", advirtió.
"Rechazamos toda soberanía sobre Jerusalén que no sea la de los palestinos, los árabes, los musulmanes y los cristianos, y no renunciaremos a nuestros derechos garantizados internacionalmente", declaró.
"Israel quiere el territorio y la paz al mismo tiempo sin hacer concesión alguna, mientras los palestinos hicieron todos los sacrificios para lograr la paz de los valientes", agregó Arafat.
"La ciudad santa es la llave para la paz y la llave para la guerra en Medio Oriente", sostuvo.
Los israelíes remontan su apego a la ciudad al bíblico rey David, quien gobernara hace 3.000 años desde Jerusalén. Los judíos practicantes mencionan Jerusalén al menos seis veces por día en sus oraciones.
Según los acuerdos de paz, el estatuto de Jerusalén se debe decidir mediante las negociaciones.
Israel siempre ha reclamado para su capital toda la ciudad , incluso la zona de Jerusalén oriental que contiene a los sitios sagrados. En 1967 anexó la región y sus habitantes árabes después de ganar la guerra contra tropas jordanas.
La Autoridad Nacional Palestina rechaza la anexión y espera que Jerusalén Oriental sea su futura capital. Hasta que el problema se resuelva, se opone a toda medida diplomática o de otro tipo que reconozca la ciudad como capital israelí.
El Comité de Jerusalén rechazó la propuesta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos que recomendó transferir la embajada de ese país de Tel Aviv a Jerusalén Occidental. Así mismo, instó a Washington a "no aplicar esta recomendación que es contraria a las resoluciones de la legitimidad internacional".
El organismo exhortó a todos los países a "abstenerse de transferir sus misiones diplomáticas" a Jerusalén.
El Comité de Jerusalén pidió al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas que "ponga fin a la política de colonización israelí en Jerusalén…de acuerdo con la resolución 446" de ese organismo internacional. (FIN/IPS/tra-en/na/sm/aq/ip/00