DESARROLLO: La democracia en el papel no basta a los pobres

Los países en desarrollo tienen buenas constituciones que definen los derechos y las libertades básicas de sus habitantes, pero en la práctica éstos no se respetan, según participantes del V Foro por la Democracia que se celebra en esta capital.

Ese es uno de los eslabones perdidos entre la democracia y la pobreza, según algunos de los 100 dirigentes políticos, académicos y representantes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reunidos en Estocolmo.

El foro, que comenzó el jueves y concluye este viernes, fue convocado por el internacional Instituto de Democracia y Asistencia Electoral (IDEA), radicado en la misma ciudad, y con el auspicio del Banco Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

La mayoría de las iniciativas nacionales contra la pobreza comprenden agentes externos que procuran entregar los beneficios a los pobres, siendo estos beneficiarios pasivos.

En Asia, Africa y la zona que antes abarcaba la Unión Soviética, la ciudadanía se redujo a la identificación con el territorio geográfico.

Los escasos recursos se destinan a establecer la libertad y los derechos a la seguridad, la igualdad y la participación en los asuntos nacionales, señalaron ponencias en el foro. Pero la evidencia presentada muestra que no basta con tener derechos, sino que éstos se deben aplicar.

La capacitación de los pobres es la llave para mantener las instituciones democráticas.

En teoría, en una sociedad democrática los pobres deben tener las mismas oportunidades para acceder al poder e influir sobre el proceso de decisión como los demás grupos de la sociedad.

Sin embargo, en la realidad ocurre lo contrario. Los pobres siguen siendo "bancos de votos" para políticos ricos. Durante las elecciones, éstos venden sus votos por pequeñas cantidades.

"Si los pobres carecen de organización y poder, no es probable que los alcancen los beneficios de los programas contra la pobreza, o en caso de hacerlo, de que hagan una diferencia duradera", destacó el Informe sobre la Pobreza 2000 del PNUD.

Aunque en la mayoría de los países en desarrollo hubo elecciones generales desde la independencia, para la mayoría de la gente, estas se tornaron irrelevantes.

"Una visión errónea sobre la cultura de la pobreza perjudicó las actitudes públicas y la política de tal manera que los pobres sólo se consideran beneficiarios y receptores, en el mejor de los casos", dijo Simi Kamal, consultor en materia de desarrollo de Pakistán.

"El papel del gobierno parece reducirse mientras el de la sociedad civil y el de los mercados va en aumento", opinó. Los gobiernos deben aumentar la participación política de los pobres, dijo Kamal.

"Eso significa aumentar la participación y el peso de los países pobres en el sistema internacional, sobre todo en la ONU, y la participación y el peso de los pobres dentro de sus propios países", agregó.

"El papel que la democracia puede desempeñar en el alivio de la pobreza es creando el espacio para redistribuir la justicia, de manera que los pobres tengan la posibilidad de sacarse a sí mismos de este estado de desventaja", sostuvo.

"Ese espacio se puede crear fortaleciendo el gobierno, los partidos políticos y grupos de pobres,… y hallando un equilibrio entre el sector privado y el control público", agregó Kamal.

La marginación que sufren las mujeres es importante en este ámbito. Por ejemplo, en muchos países los niños no pueden adquirir la ciudadanía a través de sus madres.

Un informe sobre la democracia y la pobreza en la ex Unión Soviética, el sur de Asia, América Latina y Africa subsahariana, señala que se debe asegurar la participación de la mujer en el proceso de decisión, la vida civil y la distribución de la riqueza, ya que la exclusión de la mitad de la población atentaría contra el desarrollo.

"La democracia es la mejor amiga de los pobres, pero con frecuencia es apropiada por los políticos", dijo Muhammad Yunus, director gerente del Banco Grameem, de Bangladesh, conocido por prestarle dinero a los pobres, especialmente a las mujeres sin garantía.

"Los políticos son cazafortunas. Son matones que utilizan el poder para hacer dinero", comentó Yunus en Estocolmo.

Dado que los pobres no participan en la política, señala Charles Basset, vicepresidente de la Agencia Canadiense para el Desarrollo Internacional, más de mil millones de personas están atrapadas en la pobreza "sin voz y sin opción".

"Nuestros gobiernos dejaron de ser el gobierno del pueblo. Los gobiernos son para los propios políticos", dijo Matondo Mhone Yeta, de la cooperativa Finanzas para la Mujer, en Zambia.

Cerca de 1.500 millones de personas viven con menos de un dólar por día, mientras casi mil millones son analfabetas y un tercio de la población del Sur en desarrollo tiene una esperanza de vida inferior a los 40 años.

El Estado ha sido en gran medida ineficaz en llegar a los pobres, según una publicación del Banco Mundial divulgada en marzo.

Aunque los pobres reconocen el papel del Estado en brindarles infraestructura y servicios de salud y educación, sienten que sus vidas no cambian debido a la intervención gubernamental, declaró Deepa Narayan, autor del informe y presente en Estocolmo.

"Los pobres denuncian que sus contactos con los representantes del Estado se caracterizan por la grosería, la humillación, el acoso y la imposición", señaló Narayan.

"En gran medida, la democratización tuvo éxito, pero la incapacidad de los gobiernos para satisfacer las necesidades básicas de la gente representa una amenaza a la legitimidad de las instituciones democráticas", señaló un orador de América Latina. (FIN/IPS/tra-en/lm/sm/aq/dv/00

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