INDIA: Gobierno dilapida medio siglo de avances en agricultura

India está arrojando por la borda, en nombre del libre comercio, 50 años de meticulosa planificación, estudios e implementación en agricultura, lo cual brindó a esta nación su envidiable autosuficiencia, advirtieron analistas en seguridad alimentaria.

La seguridad alimentaria a través de la autosuficiencia fue, de hecho, prioritaria para la política agrícola después de la independencia (1947), y sus logros mediante la "revolución verde" son ampliamente reconocidos.

Sin embargo, como la revolución verde ahora vacila, la agricultura India, todavía el baluarte de la economía, ha caído bajo los embates de la liberalización, dijo Devinder Sharma, un conocido analista en temas de comercio y alimentación.

"El problema surgido de la agricultura intensiva se ha visto agravado por los efectos de la liberalización", expresó Sharma en un nuevo libro para el Food Group británico, una coalición de organizaciones no gubernamentales (ONG).

"En una época en que el hambre aumenta, los cereales y la carne producidos en las tierras más fértiles de India no están siendo usados para nutrir a la gente sino para fabricar alimentos de animales domésticos y whisky destinados a mercados extranjeros", dijo Sharma.

Bajo la liberalización, el gobierno permitió a la transnacional Seagram fabricar alcohol del grano en bruto del cual dependen millones de indios para su mínima ingestión de proteínas.

Según un documento del Fondo de Población de las Naciones Unidas difundido en octubre, la obtención de proteínas por habitante descendió a la mitad que en 1951.

El análisis en el documento del fondo titulado "Población, producción de alimentos y nutrición en India", mostró que la tasa de aumento de otros cereales tambien disminuyó y puede agravarse en el futuro.

"Si la producción por habitante debe ser mantenida, la demanda necesita ser reducida y el abastecimiento aumentado, lo cual significa que el crecimiento demográfico tiene que declinar de modo que la desaceleración en la provisión de granos provenga de un aumento más lento de poblacion", dijo el documento.

Sin embargo existen otras tendencias para considerar además del aumento demográfico. Los campesinos en el "granero" septentrional de India, el estado de Punjab, han sido inducidos a cultivar patatas y tomates en lugar de trigo y arroz para abastecer a la industria de comidas rápidas al paso.

En el vecino Haryana, que compite con Punjab en agricultura, las industrias están adquiriendo campos de trigo para invertir en floricultura financiada por corporaciones en Holanda, donde pesticidas y fertilizantes saturaron ahora el agua sobre el terreno.

Bajo el plan, compañías holandesas que controlan el negocio global de las flores, proveen el material para plantar, apoyo en infraestructu y comercialización, mientras mudan convenientemente de lugar una catástrofe ecológica.

Más audaz todavía, Royal Canine de Francia obtuvo permiso de implementar un proyecto por 28 millones de dólares y manufacturar comida para perros con cereales producidos en un país cuyos habitantes están gravemente desnutridos.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) clasificó a India como un país con bajos ingresos y deficiencia alimentaria, con su población -de 900 millones de habitantes- "insegura" en la obtención de víveres y consumiendo menos de los básicos requerimientos energéticos.

Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), cerca de 5.000 niños mueren por desnutrición y también porque el 80 por ciento de las mujeres grávidas son anémicas.

El documento del Fondo de Población de las Naciones Unidas observó que el problema de hambre e inanición persistió no tanto por la incapacidad de obtener cereales sino por su mala distribución a nivel regional y familiar.

"La creciente prosperidad en algunos sectores de la población ha cambiado, y lo hará aún más en el futuro, los hábitos dietéticos. Es probable que la demanda de granos para alimentar el ganado aumente. También se calcula que la gente rica consume cuatro veces más cereales que los pobres", apuntó el informe.

Según Sharma, como resultado de la liberalización, se están produciendo cambios todavía más fundamentales en la agricultura india, que cortan las auténticas raíces de su fortaleza en el pasado, la investigación agrícola.

Unas 15 hectáreas de excelente tierra cultivable en los predios del Instituto Indio de Investigaciones Agrícolas (IARI) fueron asignadas al gobierno israelí para realizar estudios.

El gigante estadounidense de gaseosas Pepsi también obtuvo permiso para establecer un centro de estudios para el cultivo de frutas y vegetales en Punjab, mientras las multinacionales Unilever y Monsanto establecieron laboratorios biotecnológicos en Bangalore, al sur del país.

Ya comenzó un éxodo de científicos agrícolas del vasto sector de institutos públicos como IARI y el Consejo Indio de Investigación Agrícola (ICAR) para conseguir empleos mejor remunerados en los laboratorios de las transnacionales.

"Es solo cuestión de tiempo antes que un gigante como Monsanto se haga cargo como la principal agencia del país en investigaciones y desarrollo agrícola, y fije una agenda nacional basada en los beneficios económicos y no en las necesidades de la población", pronosticó Sharma.

Lo peor de todo es el constante retiro de subsidios para el empobrecido cultivador indio bajo la presión de la Organización Mundial de Comercio (OMC), mientras los países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) siguen subsidiando fuertemente a sus granjeros.

Se calcula que el apoyo anual a la agricultura supera los 33.000 dólares por agricultor en Japón y los 30.000 en la Unión Europea y Estados Unidos.

"A ese nivel, el subsidio anual que recibe una vaca en la Unión Europea es equivalente al ingreso anual de una familia campesina en India", apuntó Sharma.

FAO calculó que los cinco principales usuarios de subsidios de exportación para el trigo controlan el 95 por ciento del comercio de granos. Dada esa enorme distorsión del mercado, les resulta imposible competir, como se les exige, a los campesinos indios.

En octubre, el gobierno abolió los aranceles sobre ciertas semillas de legumbres importadas, como las alubias, otra fuente importante de proteínas en la dieta india, con el pretexto que las importaciones bajarán los precios, pero ignoró que ahora habrá aún menos incentivo para cultivar ese tipo de leguminosas.

Según Usha Tuteja, un investigador del Instituto de Economía Agrícola en la Universidad de Delhi, lo que ocurrió fue que el precio de esas legumbres en el mercado internacional subieron anticipándose a la fuerte demanda en India.

En diciembre, India inició una masiva eliminación de restricciones mantenidas durante décadas sobre importaciones alimentarias, incluyendo productos básicos como trigo y arroz.

"El aumento de las importaciones agrícolas significará ciertamente la pérdida de muchos millones de sustentos, y en India, donde más de 400 millones de personas sobreviven con un ingreso diario de menos de un dólar, el impacto socioeconómico puede ser catastrófico", advirtió Sharma. (FIN/IPS/tra- en/rdr/an/ego/dv/00

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