Unos 70 municipios del noroeste de Colombia sufrirán a partir de hoy racionamientos de energía, debido a los ataques cometidos esta semana por el guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN), en protesta por la privatización del sistema eléctrico.
Las Empresas Públicas de Medellín anunciaron que los cortes de luz, que podrían extenderse a otras regiones del país, tendrán una duración estimada de 15 a 20 minutos.
El ELN anunció en un comunicado que sólo cesará los ataques contra la infrestructura eléctrica del país, cuando "el gobierno del presidente Andrés Pastrana, desista de dilapidar el patrimonio público", mediante la subasta del sector eléctrico, y pidió la renuncia del ministro de Minas, Luis Valenzuela.
El ministro está "seriamente implicado en negocios con multinacionales para entregar al capital extranjero recursos energéticos", según el ELN, la segunda fuerza guerrillera de Colombia.
Valenzuela fue citado el martes pasado a un debate en el Congreso por su intervención para la firma de un contrato entre la empresa Corfivalle, de la cual es accionista, y la multinacional Enron para exportar gas colombiano a Panamá.
Con la privatización del sector eléctrico y del Banco Popular el gobierno espera obtener recursos para reducir en 35 por ciento el déficit fiscal, cercano a 6,9 por ciento del producto interno bruto.
Además de pedir la suspensión del proceso de privatizacón del sector eléctrico, el ELN demandó "tarifas preferenciales de energía para el oriente antioqueño" y mantener los subsidios para el pago del servicio a los sectores de menores recursos económicos.
Según Valenzuela, los ataques a la infrestructura eléctrica, no sólo afecta a los usuarios del servicio, sino que genera incertidumbre dentro de los inversionistas.
"Lo que están logrando los violentos con los atentados es que se incrementen más las tarifas por los costos que generan sus ataques", afirmó.
Las voladuras de las torres de esta semana representarán un incremento de 50 centavos de dólar para una familia de estrato bajo, que consuma en promedio 200 kilovatios/hora.
Valenzuela explicó que los atentados en el noroeste, donde la generación es hidroeléctrica, obliga a trasladar energía de las plantas térmicas del norte del país, que es más costosa.
El sistema eléctrico colombiano se basa en 70 por ciento de la generación hidroeléctrica y 30 por ciento de centrales térmicas que funcionan a base de gas o carbón.
La zona norte de Colombia es la más vulnerable, ya que produce menos energía de la que consume y está sujeta a mayor racionamiento.
El ataque más grave de esta semana contra la infrestructura eléctrica fue cometido el martes en Medellín, cuando estalló un coche bomba con 30 kilogramos de dinamita frente a las instalaciones de Isagen, principal generadora de energía.
El ELN se encuentra en conversaciones con el gobierno para iniciar formalmente un proceso de paz y están estudiando, al igual que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la primera fuerza guerrillera del país, decretar un cese del fuego unilateral entre el 15 de diciembre y el 15 de enero.
Las cifras oficiales indican que en 1999 el ELN y las FARC han destruido 200 torres de conducción de energía, de las que 160 no han podido ser reconstruidas aún, con pérdidas cercanas a los cinco millones de dólares.
A los atentados de la guerrilla se sumó este martes el anuncio de los grupos paramilitares de derecha, que amenazaron con atacar la infrestructura energética de la zona desmilitarizada, en el sudeste del país, donde el gobierno lleva a cabo las negociaciones de paz con las FARC.
Las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia advirtieron que llevarían a cabo sus ataques en esa zona si continúan los atentados del ELN contra la infrestructura eléctrica del país y contra las compañías petroleras. (FIN/IPS/yf/ag/ip/99
