INFANCIA: Unicef reclama compromiso para revertir cuadro negativo

La situación de la infancia alcanzó progresos notables en el último decenio sólo en los lugares del mundo donde existe liderazgo, sostuvo Unicef al emitir hoy un llamado a los países ricos y pobres para que asuman un compromiso en pro de los niños.

La idea de un liderazgo que exceda el mero ámbito de las conducciones gubernamentales constituye el tema central del informe sobre el Estado Mundial de la Infancia 2000, presentado este lunes por Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia).

El concepto engloba a los ciudadanos que emprenden acciones a favor de los niños y que emplean su poder, su influencia y su compromiso de manera constructiva, ya sea una persona singular, un maestro o un asistente sanitario, precisó Marjorie Newman- Williams, subdirectora de la división programas de Unicef.

En su invitación a asumir el liderazgo, Unicef exhorta a plasmar un nuevo mundo en el lapso de una sola generación, adaptado a una visión del futuro en que niños y mujeres estén libres de la pobreza, la discriminación, la violencia y la enfermedad.

El informe de Unicef evalúa el comportamiento de la comunidad internacional en el último decenio, desde 1990, cuando se aprobó la Convención sobre los Derechos del Niño y se efectuaron promesas de acciones gubernamentales en la Cumbre de la Infancia.

Entre las metas principales de la Cumbre figuraban la reducción de las tasas de mortalidad de los menores de cinco años y de las derivadas de la maternidad, la reducción de la desnutrición entre menores de cinco años y de la tasa de analfabetismo entre adultos.

También se establecían las metas de acceso universal a la educación, al agua potable y al saneamiento y el ofrecimiento de mayor protección a los niños en circunstancias especialmente difíciles.

Pero el informe deduce que, pese a los adelantos logrados en muchas de las metas de 1990, el decenio pasado ha sido de hostilidades contra las mujeres, los adolescentes y los niños.

Ese hostigamiento se debe a que la pobreza, los conflictos, la crónica inestabilidad social y las enfermedades susceptibles de prevención, como el VIH/sida, amenazan sus derechos humanos y sabotean su desarrollo.

Newman-Williams dijo que esos desafíos se repetirán la próxima década si el VIH/sida aumenta, no se eliminan los conflictos (que aumentaron de 15 a 56 respecto del decenio anterior), surgen guerras inesperadas, el desgarramiento del tejido social sigue separando las comunidades y siguen la pobreza y las injusticias.

Esos puntos centrales (VIH/sida, conflictos y persistencia de la pobreza), van a influir en la vida de los niños, pero serán aún más graves para las mujeres y las muchachas porque "todo lo que es malo para los niños es peor para ellas" debido a la discriminación, dijo la funcionaria de Unicef.

El informe presenta un cuadro sobre las esperanzas de vida, que en los países industrializados llegan a un promedio de 78 años, mientras en otras regiones amenaza con una caída pronunciada si no cambian las tendencias sobre sida.

En el caso de Botswana, un país considerado relativamente próspero, dijo Newman-Williams, en 1970 presentaba una esperanza de vida de 52 años y en la actualidad se anticipa una caída a 40.

En lo que respecta a educación, el informe menciona las áreas donde se han registrado progresos y también las otras, donde los avances son más lentos, en especial para las niñas de corta edad. La mayoría de los menores que no asisten a las escuelas son niñas, precisó.

El Estado Mundial de la Infancia ofrece también un cuadro de las disparidades existentes en la distribución de la riqueza, con enclaves profundos de pobreza que se extienden también a los adultos.

En América Latina, 20 por ciento de las personas más pobres cuentan con menos del tres por ciento del ingreso nacional.

La evaluación del último decenio dejó enseñanzas, porque en 1990 se establecían metas para la infancia por sectores, como salud o educación, dijo Newman-Williams. En la actualidad sabemos que esos objetivos no pueden ser alcanzados con intervenciones sectoriales, expresó.

El concepto significa que los resultados en el terreno sanitario no se consiguen solo con la acción del Ministerio de Salud o de los médicos y enfermeros. El niño sobrevive en la casa y en la familia, explicó la funcionaria.

Las estadísticas indican que los niños que mueren en la infancia, la mayoría antes de los dos años de edad, fallecen sin haber tenido nunca contacto alguno con un médico o un enfermero.

Las estrategias de supervivencia para el futuro deben alcanzar a hospitales y centros de salud, pero también ampliarse a las familias, pues las madres y los padres disponen del conocimiento sobre lo que se debe hacer cuando el niño se enferma.

Las diarreas se pueden tratar en los hogares, al igual que las infecciones respiratorias agudas. La desnutrición se puede superar en las familias mediante una combinación de alimento, agua y tiempo, especificó.

A veces, el tiempo es uno de los elementos más críticos en la determinación del estado nutricional del niño. Un lactante necesita alimentación seis veces por día en pequeñas cantidades y muchas veces en las familias no existe un adulto para suministrarla, aunque se disponga de la alimentación.

Otra de las lecciones aprendidas en el último decenio es que el problema nutricional en el mundo no se reduce únicamente a una cuestión de alimento. Es una combinación de falta de tiempo, deficiencias sanitarias, enfermedades repetidas y también, por supuesto, de carencia de alimentos adecuados.

Entre los progresos alcanzados en la década, se anota que la infancia dejó de ser una preocupación social caritativa para incorporarse a los programas políticos, destacó Newman-William.

Otros avances se lograron con la erradicación de enfermedades, la mayor extensión de la cobertura de inmunización, como en el caso del sarampión o en la expansión del conocimiento sobre las formas de controlar la diarrea.

Ahora también existe agua en el mundo, con 80 por ciento de las familias que disponen de acceso al agua potable, aunque los servicios de alcantarillados aún son deficientes.

En materia de educación también hay resultados positivos, señaló la funcionaria de Unicef. En particular, Medio Oriente colmó la brecha de género en el área educativa, lo que representa "un logro notable, con excepción de uno o dos países, como Yemen".

En el lado negativo de la década, Unicef se declara "conmovido" por la realidad de la mortalidad maternal.

La sociedad continúa discriminando a las mujeres al extremo de que su solo aspecto verdaderamente único, la condición reproductiva, es el tema por el cual la mujer es discriminada. Esta es una tragedia para las mujeres, para las familias y para los niños, dijo Newman-Williams.

También preocupa el problema de la educación de las niñas. Excepto en el caso de Medio Oriente, los demás países donde las niñas estaban excluidas de la escuela "no han hecho grandes progresos".

Los países de Asia meridional no registran aumento alguno en el acceso de las niñas a la educación.

Con respecto a Africa subsahariana, debido a la absoluta pobreza aguda de esas regiones, la mayoría de los niños no asisten a las escuelas, pero en este caso las mujeres otra vez resultan afectadas de manera desproporcionada. (FIN/IPS/pc/mj/dv/99

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