TIMOR ORIENTAL: Presencia de Australia provoca oposición

El líder timorense Xanana Gusmao no se reunió el domingo con el primer ministro de Australia, John Howard, durante su visita a Timor Oriental, en una actitud que refleja su oposición a la creciente presencia australiana en el territorio.

Howard es el primer gobernante extranjero que visita Timor Oriental desde que los timorenses optaran por la independencia en un plebiscito el 30 de agosto.

El primer ministro australiano llegó a Dili para una visita de un día que apuntaba a elevar la moral de los soldados australianos que sirven en la Fuerza Internacional para Timor Oriental (Interfet), a la que Canberra contribuyó con unos 4.000 de los 7.500 efectivos que la integran.

Interfet está liderada por el general australiano Peter Cosgrove.

"Pienso que esta operación ha dado mucho mérito a Australia, particularmente a los hombres y mujeres de la Fuerza de Defensa Australiana", dijo Howard a los periodistas en Dili.

"Cada uno de ellos hizo que su país se enorgulleciera, cada uno de ellos ha sido un buen soldado, marino o aviador, pero también un gran embajador de Australia", agregó.

La semana pasada, Howard anunció sorpresivamente que agregaría más de 3.000 soldados, o dos batallones, a las fuerzas de defensa de Australia para que el país pudiera mantener su compromiso con la fuerza pacificadora bajo el mandato de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Howard recibió apoyo multipartidario para el plan en el parlamento, incluso para la introducción de un nuevo impuesto para reunir más de mil millones de dólares australianos necesarios para pagar la contribución de Australia a las fuerzas de la ONU.

Aunque manifestó su gratitud por el compromiso financiero de Australia con Timor Oriental, Gusmao dijo, un día antes de la visita de Howard, que su prioridad era viajar a Yakarta para negociar la rápida repatriación de miles de refugiados timorenses que se encuentran en la vecina Timor Occidental.

Gusmao tomó el sábado un vuelo de la Cruz Roja desde Dili hasta Denpasar, Bali, y luego un vuelo comercial a Yakarta. El líder timorense viajó acompañado por el subcomandante de la guerrilla independentista Falintil, Taur Matan Ruak, quien visitaba la ciudad por primera vez.

Antes de abandonar Dili, Gusmao dijo al periódico The Australian que estaba asombrado por el tamaño del compromiso financiero de Australia con Timor Oriental. "Es muchísimo dinero. Muchísimo dinero", observó.

"Necesitamos entre 25 millones y 30 millones de dólares para comprar las cosas que nuestra gente necesita y solucionar la emergencia", señaló.

El líder independentista también urgió a Interfet a reducir progresivamente su guarnición en Dili y retirar los vehículos blindados, los emplazamientos de sacos de arena y los alambres de púas que hay por toda la ciudad.

Cuando un periodista del diario The Australian le preguntó por qué no se reuniría con Howard, Gusmao respondió: "Ya expresé mi gratitud en Canberra al gobierno (australiano). Por supuesto que necesitamos ayuda, pero si la situación mejora, necesitaremos otro tipo de ayuda (aparte de la presencia masiva de Interfet)".

Cuando las autoridades indonesias lo liberaron después de siete años de prisión, Gusmao buscó refugio en la Embajada Británica en Yakarta cuando se desató la ola de matanzas y destrucción de las milicias proindonesias en Timor Oriental el 4 de septiembre.

La violencia se desató cuando se supo que 78,5 por ciento de los timorenses habían optado por la independencia en el referéndum.

A mediados de septiembre, Xanana y sus acompañantes, entre ellos tres guardaespaldas, viajaron a la ciudad de Darwin, en el norte de Australia, para escapar de las amenazas de muerte en Yakarta.

El 25 de octubre, el parlamento indonesio ratificó el resultado de la votación y Yakarta entregó oficialmente a Timor Oriental a la ONU.

La Autoridad Transicional de las Naciones Unidas en Timor Oriental (UNTAET) administrará el territorio hasta que se establezca un estado independiente dentro de dos a tres años.

La fuerza de 10.000 soldados de UNTAET llegará a Timor Oriental en diciembre, 25 años después de que Indonesia invadiera el territorio.

Al responder a las críticas de Gusmao, Howard dijo que era mejor dejar las cosas en manos de soldados profesionales. "Todo se ha hecho de manera muy eficiente", agregó.

"Creo que los soldados profesionales saben más que nadie acerca de economías de escala y el despliegue necesario de recursos cuando se trata de una operación de esta clase", observó.

Un analista de defensa en Canberra dijo que la decisión del gobierno de financiar dos nuevos batallones del ejército para Timor Oriental no respondía a un razonamiento estratégico.

"El gobierno no estaba preparado para manejar la velocidad de los acontecimientos en Timor, por lo que tomó estas medidas urgentes", dijo el profesor Paul Dibb, director del Centro de Estudios de Defensa y Estratégicos.

"Creo que hicieron este anuncio de batallones adicionales sin un anuncio público de las razones estratégicas para los mismos. La planificación de defensa responsable no consiste en improvisar", agregó Dibb.

El Australian Financial Review fue aun más mordaz. "¿Cómo interpretarán los indonesios, que ya sospechan de Australia, la intensificación de la defensa australiana, especialmente en ausencia de un fin estratégico claro?", preguntó Peter Hartcher, autor del comentario publicado en el periódico.

"No importa lo bueno que sea el propósito australiano, aumentar las tropas sin explicarlo sólo puede fortalecer los argumentos de los enemigos de Australia en Yakarta", escribió.

El nuevo presidente de Indonesia, Abdurrahman Wahid, dijo que Australia había estado "orinando en nuestra cara" respecto de Timor y sugirió que Yakarta disminuya sus relaciones con Canberra.

En Yakarta hay quienes culpan a la prensa australiana por avivar las llamas del nacionalismo indonesio al publicar fotos ampliadas de soldados australianos de Interfet apuntando sus rifles a las cabezas de presuntos milicianos en Timor Oriental.

"Pero las acciones hablan más que las palabras. Howard está diciendo a la región que la respuesta de Australia a los problemas en el vecindario es una respuesta militar", escribió Hartcher. (FIN/IPS/tra-en/si/ral/at/aq/ip/99

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