El presidente electo de Uruguay, Jorge Batlle, afirmó que su gobierno debe contar con el apoyo de "ciudadanos de todas las colectividades" y que su primer objetivo será asegurar "tolerancia, respeto, armonía y paz".
Emocionado, con los ojos humedecidos, el veterano político de 72 años, que ganó la Presidencia en su quinta tentativa, destacó "la ejemplar jornada cívica" de este domingo, que demostró "el profundo anhelo democrático" de los uruguayos.
Con ese espíritu, Batlle, del gobernante Partido Colorado, que asumirá la Presidencia el 1 de marzo, saludó "a todo el pueblo", a "las distintas corrientes que expresaron su voluntad por la colectividad en la que creen y defienden".
Batlle logró absorber la distancia de casi ocho puntos que en la primera vuelta le sacó Tabaré Vázquez, del izquierdista Encuentro Progresista-Frente Amplio (EP-FA) y, con el apoyo del Partido Nacional, tercero en aquella ocasión, obtuvo este domingo la victoria.
El candidato triunfante agradeció el respaldo del Partido Nacional y señaló expresamente al ex presidente nacionalista Luis Alberto Lacalle (1990-1995) que, excluido de la instancia decisiva, hizo campaña a favor de Batlle.
También se refirió a su rival de este domingo. "Recibí el saludo telefónico del doctor Vázquez, que tuvo la gentileza de llamarnos", y a quien a su vez, "felicité por su gestión electoral".
Las encuestas a boca de urna adjudicaron a Batlle 52 por ciento de los votos emitidos, frente a 45 por ciento de Vázquez. En la primera ronda el EP-FA había logrado 39,6 por ciento, para surgir como la mayor fuerza política de Uruguay.
José Luis Batlle, primo del presidente electo y primer senador de su sector político, dió como "seguro" que el 1 de marzo se instalará un gobierno de coalición colorado-nacionalista, aunque Jorge Batlle intentará también acuerdos con otros grupos representados en el parlamento.
Miles de partidarios de los partidos Colorado y Nacional se lanzaron este domingo de noche a festejar la consagración de Batlle, agitando banderas nacionales en las calles.
"Ya lo ve, ya lo ve, somos gobierno otra vez", gritaba un coro de colorados y nacionalistas unidos en el festejo que comenzó a las 20.30 horas (23.30 GMT), cuando las firmas encuestadoras Cifa y Factum coincidieron en dar el triunfo a Batlle.
"Estamos conformes por el país porque triunfó la democracia y la tolerancia. La gente entendió que este era un plebiscito y se debía elegir entre dos modelos de país", dijo la diputada colorada Milka Barbato.
Para el diptado Washington Abdala, hombre de confianza del actual presidente, Julio María Sanguinetti, el resultado fue de "apoyo a una gran gestión realizada por el gobierno".
"Hubo un voto que premió al Partido Nacional y al Partido Colorado y ahora, todos juntos, debemos pensar que Uruguay está primero", añadió el legislador.
"Como si tuviéramos una suerte de piedra filosofal política, hemos tocado lo que parecía barro de derrota y lo hemos convertido en oro de éxito", dijo el ex presidente Lacalle, que en la primera ronda obtuvo 21,7 por ciento de los votos y perdió toda posibilidad de pasar a la instancia final.
Batlle ganó este domingo la Presidencia de un Uruguay dividido entre los seguidores de dos partidos históricos y la ascendente izquierda.
Controvertido aún dentro de su propio partido, con una trayectoria que incluye enfrentamientos con Sanguinetti, el liberal Batlle propone una economía abierta y mantener la disciplina fiscal de la actual administración.
Varias de sus propuestas han sido calificadas por sus rivales de "ridículas", "exageradas" o "simples fuegos de artificio". En cambio, según sus asesores, esas mismas iniciativas demuestran que Batlle es un adelantado.
Batlle propuso en la campaña electoral que Uruguay negocie directamente con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, integrado por Canadá, México y Estados Unidos, una decisión que, a su juicio, contribuiría en alguna medida a impulsar el Area de Libre Comercio de las Américas.
En cuanto al Mercado Común del Sur (Mercosur), el bloque que este país conforma con Argentina, Brasil y Paraguay, la propuesta podría ser de "una pausa" en la unión aduanera, de acuerdo con el senador Alejandro Atchugarry, muy cercano al presidente electo.
"En la medida que Argentina y Brasil no se ordenen y no lleguemos a un entendimiento honrado de socios, Uruguay debería hacer una pausa, una flexibilización de los compromisos del arancel externo" del Mercosur, dijo Atchugarry.
Batlle también propone estimular a las empresas industriales y comerciales del Estado, impulsar una fuerte política de obras públicas y mejorar la educación, "la más importante de nuestras inversiones".
El ex vicepresidente Gonzalo Aguirre, del cogobernante Partido Nacional, afirmó que Batlle fue durante la dictadura militar (1973-1985) el político colorado "más dispuesto a dar la cara, sin medir riesgos".
Aguirre sostuvo que Batlle es "talentoso", "tolerante" y "preparado para gobernar, ya que sabe de economía, comercio internacional, fue varias veces legislador y tiene un patriotismo sereno, heredado de sus mayores".
Batlle, un abogado que nunca ejerció la profesión, está casado en segundas nupcias con Mercedes Menafra. Tiene dos hijos de su primer matrimonio. Su dinastía tiene presencia ininterrumpida en la dirección del Partido Colorado desde 1870.
Fue proscripto por la dictadura militar, como casi todos los políticos de la época, y con el apoyo de varios amigos se dedicó a empresas agropecuarios que aún desarrolla.
Batlle ingresó en 1958 en la Cámara de Diputados y en 1985, a la salida de la dictadura, logró un escaño en el Senado, que retuvo en 1994, mientras que su rival de este domingo, Vázquez, sólo se lanzaría a la actividad política en 1989, para ganar las elecciones municipales en Montevideo.
Ejerció el periodismo en el desaparecido diario colorado Acción, fundado por su padre, Luis Batlle Berres, y en el cual trabajaron destacados dirigentes colorados, entre ellos Sanguinetti. Propietario de una radioemisora en la década del 60, condujo un programa de jazz, una de sus pasiones.
Vender el oro de las reservas del Banco Central, atraer a científicos rusos para desarrollar tecnologías, criar caballos de carrera para exportar o aliarse con Argentina y Paraguay para competir con Brasil en el Mercosur, han sido algunas de las iniciativas de Batlle cuestionadas por sus adversarios.
El candidato colorado también propone una ley de responsabilidad fiscal, que ponga límite al gasto y al endeudamiento.
Batlle y el gobierno encuentran causas exógenas para los actuales problemas económicos de Uruguay. El factor negativo fue la devaluación de la moneda brasileña en enero, que hizo trizas la competitividad de la producción uruguaya frente a Brasil, su principal mercado, señalan las autoridades.
El gobierno de Sanguinetti redujo la inflación de 44 por ciento en 1994 a 3,7 por ciento en los 12 meses finalizados en octubre último, aunque las propias autoridades económicas reconocen que la deflación internacional contribuyó a esa pronunciada caída.
El economista Ricardo López Murphy, que será ministro de Defensa del gobierno argentino de Fernando de la Rúa, a instalarse el 10 de diciembre, destacó "los logros de Uruguay".
El gobierno de De la Rúa "se pondrá como meta lograr los indicadores sociales, macroeconómicos y de estabilidad que tiene Uruguay", dijo López Murphy, asesor del Banco Central de Argentina y del de este país.
El futuro ministro de Economía de Argentina, José Luis Machinea, pretende obtener "una calificación de investment grade (grado de inversión), como la que tienen ustedes desde hace tres años", agregó.
La nota concedida a Uruguay por las firmas internacionales calificadoras de riesgo de inversión sólo es superada en América Latina por Chile. (FIN/IPS/ff/ip/99
