NACIONES UNIDAS: Funcionario malversó 600.000 dólares

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) admitió que fue engañada por un alto funcionario que la estafó de forma sistemática por más de 600.000 dólares en 10 años.

"¿Cómo pudo un alto funcionario administrativo malversar continuamente fondos de la ONU por más de una década sin ser descubierto?", preguntó Karl Paschke, subsecretario general del foro mundial a cargo de la Oficina de Servicios de Superintendencia Interna (OIOS).

El funcionario trabajaba para la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) con sede en Ginebra, y utilizó su posición para realizar al menos 59 robos separados entre 1987 y 1996, "sin que se activara ningún mecanismo de alarma interno".

Paschke dijo que el plan requería una profunda comprensión de cómo funciona la administración de UNCTAD, así como de operaciones en la ONU que "sólo alguien dentro de la organización podría desarrollar".

Desde su creación hace cuatro años, la OIOS ha descubierto fraudes, despilfarro y mala administración de fondos en el sistema de la ONU.

Tales revelaciones se hicieron en un momento en que los congresistas republicanos de derecha de Estados Unidos acusan a la ONU de despilfarrar el dinero de los contribuyentes.

Estados Unidos es el mayor contribuyente individual de las Naciones Unidas y representa aproximadamente 25 por ciento de su presupuesto anual de 1.200 millones de dólares.

Jesse Helms, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado perteneciente al Partido Republicano, declaró que proveer fondos a las Naciones Unidas es "tirar el dinero".

El funcionario de UNCTAD, ciudadano estadounidense, fue despedido, obligado a reembolsar alrededor de 350.000 dólares de los más de 600.000 dólares de los fondos robados, y condenado a 18 meses de prisión en Suiza.

El tribunal de Suiza también ordenó la venta de su apartamento en Francia. Sin embargo, logró disponer de sus bienes en Estados Unidos antes de que la justicia lo atrapara.

En un informe de 13 páginas, Paschke afirmó el jueves que, aunque el plan básico era simple, los mecanismos desarrollados por el funcionario para evitar ser detectado eran complejos, y utilizaban una combinación de proyectos de UNCTAD reales y ficticios y nombres verosímiles de expertos inexistentes.

En su calidad de funcionario administrativo, se las ingenió para obtener cheques de los fondos para proyectos de UNCTAD, con los que supuestamente se pagarían las pensiones diarias de hasta seis expertos ficticios simultáneamente, pero "que luego cobró y utilizó para mantener su estilo de vida".

Varias veces por año, el funcionario en cuestión preparó documentos con la intención de pagar a estos "expertos", alegando que ya estaban en Ginebra para otra conferencia.

Sin embargo, los expertos no existían, las conferencias nunca se celebraron y algunos de los números de cuenta de los proyectos utilizados para cargar los pagos tampoco existían.

En su último informe anual, Paschke enumeró en octubre una serie de irregularidades en el sistema de la ONU que en 1997 que le costaron a la organización mundial millones de dólares en escasos recursos.

Un contratista de Kenia, que proporcionaba servicios de comidas a dos misiones de paz de la ONU en Camboya y Somalia, fue acusado de robar a ambas misiones equipos pertenecientes a la organización por un valor aproximado de 400.000 dólares.

A mediados de 1997, la policía de Kenia presentó cargos contra cuatro de los empleados del contratista. En octubre de ese año, la policía arrestó a dos de ellos, un ciudadano británico y otro procedente de Kenia. Los otros dos, un australiano y un neocelandés, no han sido localizados.

El informe también señaló que la Oficina en Ginebra del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) compró productos y servicios por un valor estimado de 70 millones de dólares, la mayoría sin comparar distintas ofertas.

En otro caso de mala administración, se descubrió que la Misión de Observadores de Naciones Unidas en Iraq y Kuwait (UNIKOM) había pagado más de lo correspondiente a los fondos de pensión al personal por una cantidad que excedía los 6,3 millones de dólares.

Estos pagos continuaron a pesar de las irregularidades señaladas por los auditores.

Los pagos incorrectos se detuvieron finalmente luego de repetidas advertencias, pero sólo se recuperó 13 por ciento de las cantidades mal pagadas.

Para la misión de paz en Angola se contrataron servicios de transporte y otros relacionados, y se hicieron pagos de 677.000 dólares, sin seguir las reglas, normas y procedimientos financieros aplicables.

Se solicitó un gran número de productos y servicios que no eran esenciales ni se necesitaban con urgencia. Cuando se llamó la atención a la administración al respecto, se tomaron medidas inmediatas para cancelar esas solicitudes valuadas en más de 15 millones de dólares.

Uno de los principales casos sin resolver es la pérdida de aproximadamente 3,9 millones de dólares en las oficinas de las operaciones de paz en Somalia en 1993. Aunque se llamó a Scotland Yard (policía de investigaciones de Gran Bretaña) para investigar la pérdida, el dinero nunca fue recuperado. (FIN/IPS/tra- en/td/mk/at/mj/ip/99

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