AFRICA: Refugiados de Sierra Leona y Guinea-Bissau en el infierno

Las guerras civiles de Sierra Leona y Guinea-Bissau obligaron a cientos de miles de civiles a desplazarse y la región vive tensiones sin control, declaró Emma Bonino, la comisionada de Ayuda Humanitaria de la Unión Europea.

"Vi cantidad de dramas humanitarios en mi vida, pero jamás una situación tan terrible como ésta", declaró Bonino luego de visitar Freetown, capital de Sierra Leona.

Las guerras en Sierra Leona y Guinea-Bissau fueron empeorando y comenzaron a afectar a los países vecinos, señaló.

Bonino, que retornó a Bruselas el miércoles de una gira de cinco días por Guinea-Bissau, Guinea-Conakry, Senegal y Sierra Leona, observó que "las violaciones a los derechos humanos son generales" en la región.

"Dos tercios del territorio de Sierra Leona son inaccesibles, así que no sabemos lo que sucede en las zonas controladas por los rebeldes", declaró Bonino.

Unas 250.000 personas huyeron de Sierra Leona hacia Guinea- Bissau y Liberia a raíz de la represión efectuada en conjunto por el Consejo Revolucionario de las Fuerzas Armadas y el Frente Revolucionario Unido, informó el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Otros 400.000 refugiados procedentes de Sierra Leona escaparon a Guinea-Conakry.

Mujeres y niños conforman al menos 75 por ciento del total de refugiados de Sierra Leona, indicó ACNUR.

ACNUR advirtió, igual que la mayoría de las organizaciones humanitarias, que "se producen brutales violaciones de derechos humanos en todo el país", y que ayudará a los refugiados a regresar pero sólo a zonas declaradas seguras.

Hay en Sierra Leona unos 17.000 soldados extranjeros, la mayoría nigerianos, del Grupo de Supervisión de la Comunidad Económica de Africa Occidental (ECOMOG).

Cien soldados del ECOMOG en Sierra Leona fueron arrestados a raíz de acusaciones sobre ejecuciones colectivas, anunció el miércoles Olara Otunnu, representante especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en materia de infancia y conflictos armados.

Testigos informaron a funcionarios de la ONU haber visto a soldados del ECOMOG "ejecutando detenidos, ya fueran rebeldes o simpatizantes de los rebeldes".

Otunnu indicó, sin embargo, las fuerzas rebeldes son también responsables de "atrocidades colectivas", en particular, mutilaciones practicadas a civiles.

Fuentes de la ONU y de la Unión Europea estimaron que unas 5.000 personas murieron y muchas fueron mutiladas salvajemente desde que los rebeldes invadieron el país, el año pasado.

Otunnu urgió al líder de los rebeldes, Foday Sankoh, a ordenar el cese inmediato de las "incalificables atrocidades", incluyendo las amputaciones, y la utilización de niños reclutados para luchar en el campo de batalla.

El funcionario llamó a la comunidad internacional a aumentar su apoyo financiero, logístico y de comunicaciones a ECOMOG, que está a punto retirarse de Sierra Leona, ya que los dos candidatos para las elecciones presidenciales de la próxima semana en Nigeria anunciaron su intención de retirar a sus soldados.

Bonino declaró a la prensa el jueves que "es muy difícil pedir a los países pobres que paguen por el ECOMOG", y que envió "mensajes a los integrantes de la Unión Europea para saber si pueden contribuir a recuperar la seguridad de la región".

Pero agregó que la comisión ejecutiva de la Unión Europea "no tiene medios para apoyarlos dada la situación actual".

"Sólo podemos conseguir ayuda humanitaria, con todas las limitaciones que eso implica, y se agotaron las vías políticas para encontrar soluciones", explicó Bonino.

Bonino dijo al presidente de Guinea-Bissau, Joao Bernardo Vieira, y al líder rebelde, Ansumane Mane Thios, que "no es posible brindar ayuda humanitaria necesaria si no se crea un gobierno de transición y se reanuda el proceso de paz".

Muchos de los civiles que volvieron gradualmente a Guinea- Bissau en los últimos meses se vieron obligados a huir otra vez porque se reanudó la batalla. Unas 350.000 personas ya fueron desplazadas dentro del país desde el motín del ejército nacional, en junio de 1998.

Unos 30.000 desplazados estaban refugiados en Cumura, al oeste de la capital de Guinea-Bissau, según el Comité Internacional de la Cruz Roja.

Pero el presidente Veira y Mane Thios se reunieron este jueves en Togo y prometieron terminar con la guerra civil de su país y establecer un gobierno de transición, lo que hace pensar que la peor parte del conflicto de Guinea-Bissau, ya pasó. (FIN/IPS/tra- en/ns/mk/ceb/mj/pr hd/99

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