/BOLETIN-AMBIENTE/ CHILE: Masiva caza de ballenas de Japón bajo careta científica

Japón se apresta a cazar unas 450 ballenas en el santuario de protección de estos cetáceos en el mar Antártico, bajo pretextos de investigación científica que en realidad ocultan un millonario negocio.

Así lo denunciaron en Chile organizaciones ecologistas como el Centro Ecocéanos y la filial de Greenpeace para el Pacífico Sur, que acusan a la flota japonesa de burlar los compromisos que Tokio ha suscrito a través de la Comisión Ballenera Internacional (CBI).

Los grandes barcos factorías nipones tendrán este año ganancias por unos 50 millones de dólares por la venta de la carne de ballenas capturadas en esta "caza científica", dijo a IPS el biólogo marino Juan Carlos Cárdenas, director de Ecocéanos.

El embajador de Japón en Chile, Takeshi Nakamura, confirmó que la flota ballenera de su país, que zarpó el día 5 del puerto de Innoshima, cazará en la temporada 1999 entre 400 y 460 ejemplares de ballenas en la zona del mar Antártico.

El diplomático insistió, en declaraciones al diario La Tercera, que estas capturas tienen "objetivos científicos", no obstante que todas las ballenas serán muertas y faenadas para la posterior venta de su carne y los subproductos.

Organizaciones ciudadanas y ambientalistas rechazan la reanudación de la caza de ballenas área de protección de los cetáceos, conocida como Santuario Ballenero Austral, establecido en 1994 por acuerdo de la CBI.

Chile participó activamente en la creación del santuario antártico luego de movilizaciones ciudadanas que llevaron al gobierno del entonces presidente Patricio Aylwin a alinearse con los países conservacionistas, en oposición a Japón y Noruega.

El santuario permite resguardar en una vasta área cercana al Polo Sur las aguas en que especies balleneras en peligro de extinción se reproducen, pero la CBI dejó abierta la posibilidad de las capturas con fines científicos.

Nakamura señaló que con la caza de ballenas Minke o enana (Balaenoptera aentorostrata) de este año "se asegura que los datos sean exactos y sin error", para saber "cuántas ballenas hay, cuántas están naciendo o cuántas mueren".

La flota ballenera japonesa está financiada por tres grandes trasnacionales, Maruha, Kyoku y Nippon Suissan, cada una de las cuales posee 32 por ciento de participación en su propiedad.

Se espera que cuando la flota retorne a Japón en la primavera generará 50 millones de dólares por la comercialización en el mercado interno de 200 toneladas de carne de ballena, proveniente de la denominada "caza científica", dijo Cárdenas.

El Fondo Mundial para Conservación de la Naturaleza (WWF) señaló que en abril de 1998 esta flota cazadora ya había retornado a Japón con la carne de 438 ballenas minke o enanas.

Hasta la fecha Japón ha capturado un total de 3.767 ballenas "en nombre de la ciencia", desde que se estableció en 1994 el Santuario de Protección de Ballenas del océano austral, de acuerdo a investigaciones del WWF.

"Bajo la denominada 'caza científica' Japón está encubriendo un negocio que genera 50 millones de dólares anuales en su mercado interno, a expensas de la utilización destructiva de recursos marinos del hemisferio sur", afirmó Cárdenas.

El dirigente ecologista indicó que en esta nueva temporada de captura participa el barco "Yushin Maru", una nave cazadora de sofisticada tecnología y gran capacidad de faenamiento de los ejemplares balleneros.

"Esto muestra a los chilenos y latinoamericanos la puesta en marcha de una agresiva política de caza 'con fines científicos' de las grandes trasnacionales japonesas, como Maruha Corporation, Taiyo y Nippon Suissan, en los mares del sur", puntualizó Cárdenas.

En aguas chilenas y antárticas existen alrededor de 40 especies de cetáceos, que incluyen delfines y grandes ballenas de barbas, amenazadas por actividades comerciales en sus áreas de obtención de alimentos y reproducción.

Las amenazas provienen de la pesca industrial, contaminación de origen urbano e industrial, eliminación directa por competencia con actividades pesqueras o de acuicultura, pesca incidental por enmallamientos, disminución de la capa de ozono o alteraciones atmosféricas y oceanográficas.

En la reunión de 1998 de la CBI, miembros de la comunidad científica internacional señalaron su inquietud por la continuación del programa de caza letal de ballenas.

La CBI también advirtió que los resultados del Programa Antártico Japonés no eran necesarios para el manejo de las poblaciones de ballenas, pese a los cual continúan las masivas capturas niponas.

Japón fue el único país que objetó la creación del Santuario Austral durante la reunión número 27 de la CBI efectuada en 1994 en Puerto Vallarta, México, recordó el director de Ecocéanos. (FIN/IPS/ggr/dg/en/99

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