El primer ministro de India, Atal Bihari Vajpayee, ofreció un "debate nacional sobre conversiones" a los cristianos ultrajados por ataques a iglesias en el estado occidental de Gujarat, mientras se multiplican las acusaciones de indiferencia oficial ante los actos violentos.
De hecho, la respuesta de Vajpayee a los ataques de fundamentalistas hindúes en el tribal distrito de Dangs fue tan débil que otras dos iglesias fueron pasto de las llamas la semana pasada, poco después de que el jefe de gobierno visitara la zona.
Entre Navidad y Año Nuevo turbas hindúes lideradas por la organización fundamentalista Hindu Jagran Manch incendiaron nueve iglesias y otras 11 a lo largo del boscoso distrito de Dangs, golpeando a cualquiera que tratara de resistir. Los desmanes comenzaron a principios de diciembre.
Vajpayee no quiere adoptar una línea dura contra los fundamentalistas hindúes del Partido Bharatiya Janata (PBJ) que encabeza la frágil coalición de gobierno de 17 agrupaciones, muchas de ellas escandalizadas por los desmanes sin precedentes contra las iglesias.
J. Jayalalitha, un aliado clave que encabeza un grupo de 27 legisladores pertenecientes al meridional estado de Tamil Nadu, exigió la renuncia del gobierno provincial del PBJ en Gujarat si los ataques continúan.
En una declaración, Jayalalitha dijo que "hubo demasiado palabrerío. Ahora llegó el momento de actuar para preservar y proteger los derechos de las minorías en el estado donde nació Mahatma Ghandi", el líder de la independencia que predicó la no violencia y fue asesinado por un fanático en 1947.
Jayalalitha lamentó que Gujarat "se haya convertido en una mancha para el buen nombre de India al provocar la condena internacional".
Digvijay Singh, líder de otro aliado cercano del PBJ, el Partido Samata, dijo que los incidentes de Gujarat están "destruyendo la trama de la tolerancia en el tejido social indio".
Típicamente, la respuesta oficial del PBJ, dada durante la reunión del consejo ejecutivo partidario el día 9 en Bangalore, consistió en disociarse del Hindu Jagran March.
Dos alas del PBJ, el Vishwa Hindu Parishaf y el Rashtriya Swayamsevak Sangh también condenaron "oficialmente" los ataques, si bien sus líderes trataron de justificar la violencia insinuando que se produjeron "conversiones forzadas" al cristianismo.
Vajpayee y el PBJ defendieron a los miembros del gobierno de Gujarat, encabezado por el ministro jefe Keshubhai Patel, aunque existen pruebas abundantes de la indiferencia y hasta la complicidad de la maquinaria estatal en los desmanes.
Los grupos fundamentalistas se mostraron aun mas desafiantes y anunciaron que para fines de marzo expulsarán a todos los trabajadores cristianos del distrito de Dangs y del resto del estado de Gujarat.
Patel, en entrevistas concedidas después de los incidentes, trató de dar la impresión de que los ataques fueron el resultado de "una bien orquestada conspiración" contra su gobierno, y dijo que los problemas comenzaron el día de Navidad cuando fue agredida una manifestación del Hindu Manch.
En todo caso, arguyó Patel, no hubo muertos y el eco de los incidentes ha sido completamente desproporcionado con respecto a cosas peores ocurridas en el país.
Sin embargo, un equipo de la Comision Nacional para las Minorías comprobó que la violencia provocada por bandas armadas fue completamente unilateral y, si no hubo muertos, fue simplemente debido a que las paupérrimas tribus cristianas no ofrecieron resistencia.
Muchos testigos dijeron que los agresores quemaron las iglesias de noche y actuaron en forma sincronizada, visiblemente beneficiados por las últimas estadísticas del gobierno provincial sobre cristianos en la región.
Si bien fueron detenidas 139 personas cuando se conocieron las noticias sobre el brote de violencia, la mayoría fue liberada bajo fianza y, teniendo en cuenta hechos anteriores, nunca serán acusadas formalmente.
El administrador jefe del distrito, D.N. Joshi, recibió cuatro memorándums advirtiéndole sobre los preparativos del Jagran Manch para perpetrar los ataques, pero optó por ignorarlos sin adoptar ninguna precaución.
Joshi fue trasladado fuera del distrito como parte de las acciones para aplacar los ánimos, realizadas durante la visita del primer ministro, si bien en un principio, el gobierno provincial desacató la orden.
Vajpayee descargó la culpa de los incidentes sobre el gobierno local por su negligencia en reprimir a los derechistas hindúes, y también sobre las "conversiones" por parte de misioneros.
El primer ministro también apeló al clásico argumento de los motivos políticos, ya que el PBJ culpó a su principal rival, el Partido del Congreso, de haber incitado los desmanes.
La agrupación está liderada por Sonia Ghandi, a quién los hinduistas rechazan porque nació en Italia y se introdujo mediante su casamiento en la dinastía política Nerhu-Gandhi.
Sonia Gandhi, a su vez, aclaró las acusaciones del PBJ durante su visita al distrito de Dangs, afirmando que visitó el lugar no como cristiana sino como líder del Partido del Congreso.
El Partido del Congreso, que hace del secularismo religioso su principal plataforma política, acusó al PBJ de querer atraer a los votantes hindúes atacando a las minorías por medio de sus organizaciones hermanas.
Segun Sharad Pawar, quien lidera el Partido del Congreso en el Parlamento, el juego del PBJ es dividir a las minorías en el país incluyendo aquellas tribales de cristianos y musulmanes. "Pero ese plan artero está destinado al fracaso…", aseguró.
El PBJ debe su espectacular ascensión al poder en la última década a su frenética oposición contra la mezquita de Babri Masjid, construida en el siglo XVII en la ciudad de Ayodhya. Los políticos derechistas insisten que fue erigida en el lugar de nacimiento de un dios hindú.
Según los fundamentalistas hindúes, Babri Masjid fue construida sobre un templo demolido y el PBJ ha martillado sobre ese sentimiento proclamando que debe ser levantado un nuevo templo en el mismo lugar. (FIN/IPS/tra-en/rdr/an/ego/aq/ip-re/99)
