JAMAICA: Homosexuales fundan grupo para luchar por sus derechos

La comunidad homosexual de Jamaica acaba de fundar el Foro para Lesbianas y Gays, conocido como J-FLAG, en un intento por aunar esfuerzos para luchar contra el odio del que se sienten objeto en este país del Caribe.

El grupo apunta a defender el derecho de los homosexuales a ejercer su libertad y a declarar abiertamente su orientación sexual, para poder disfrutar de su forma de vida sin temer al abuso o incluso la muerte.

Tal es el caso de Sandra Johnson y Tom Jones. Ambos desean tener la libertad de amar a quien quieran, cuando quieran y donde quieran. Pero esa libertad que tanto ansían es por el momento una utopía, al menos dentro de la sociedad jamaiquina.

Johnson y Jones (nombres ficticios) tienen poco más de veinte años. Johnson baila en un club nocturno y Jones es fanático de la danza y el drama.

Johnson aclara que su trabajo como bailarina es algo pasajero para poder seguir su carrera en computación mientras que Jones tiene como meta trabajar en el campo de las relaciones públicas.

Johnson, madre de un niño de cuatro años, afirma que tuvo una serie de fracasos amorosos con hombres antes de que decidiera cambiar su forma de vida.

Aunque siente que sus relaciones heterosexuales influyeron en su atracción hacia las mujeres, sostiene que es lesbiana de nacimiento. "Cuando era chica nunca sentí una gran atracción hacia los hombres y esto se hizo más evidente durante mi adolescencia", dijo.

No obstante, tuvo relaciones con hombres ya que quería adaptarse a las normas de la sociedad. Ahora, en momentos en que acaba de poner punto final a una tormentosa relación con un hombre, jura que nunca más tropezará con la misma piedra.

"Ellos (los hombres) son mi ruina. Las mujeres siempre demuestran mayor interés por mí. Con ellas sí me siento amada", aclaró.

La historia de Jones es similar. "Desde que tenía cuatro años prefería la compañía de los hombres. Al principio sentí que era sólo una cuestión de compañía, pero en la pubertad comencé a fijarme en el cuerpo masculino", explicó.

Pero al igual que Johnson, él nunca sintió que tenía el derecho de expresar abiertamente su amor por los hombres. "Me aterrorizaba la mentalidad del '¡bum y adiós!' ", explica.

Jones se refiere a la letra de una canción del disc-jockey Buju Banton, que sostiene que los homosexuales deberían recibir una bala en la cabeza.

Pese a que no hay estadísticas sobre el número de homosexuales en Jamaica, los informes de los medios de comunicación indican que la respuesta a la invitación de integrar el J-FLAG ha sido abrumadora.

Esto respalda las declaraciones de Jones: "Somos muchos más de lo que uno se podría imaginar". Entre los que expresaron interés en la organización se encuentran políticos, empresarios y otras personas influyentes de la sociedad.

"El J-FLAG está decidido a impulsar un espíritu de identidad, amor, dignidad y respeto hacia el establecimiento de un mundo sin prejuicios, injusticia, discriminación ni opresión" consignó un comunicado de la organización.

"Nuestra meta es asegurar los derechos humanos para lesbianas, gays y bisexuales tal como se establece en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas", agregó el comunicado.

La organización quiere que se consagren los derechos de los homosexuales en la Constitución. "Todo ciudadano tiene derecho a presionar por lo que considera sus derechos", afirmó la activista Flo OoConnor.

Pero el surgimiento de J-Flag enfrentó una gran oposición.

Los programas de entrevistas por radio se vieron inundados de llamadas de personas que amenazan con recurrir a la violencia si los partidarios de la organización van más lejos en su intento por hacer del tema de los derechos de los homosexuales un asunto de discusión nacional.

"La homosexualidad es como cometer un asesinato o robar", afirmó Pam Johnson, una periodista de 33 años. "Y si uno hace algo malo, hay que pagar por ello".

"Las marchas o apariciones públicas en favor de los derechos de los homosexuales no son algo que parezca probable en nuestra sociedad, al menos no en los próximos años. Son muy pocas las posibilidades de que ello suceda", escribió la columnista del periódico Daily Gleaner, Petulia Clarke.

"La mayoría de la gente no puede imaginarse el momento en que nuestros hijos vayan por la calle cantando 'Jorge y Luis, sentados bajo un árbol, se dan un beso' ", opinó Clarke.

"Sin embargo, el J-FLAG se formó y está en pleno desarrollo. Sus integrantes están decididos, organizados y es poco lo que podemos hacer para impedir su expansión", agregó.

Mientras tanto, hay quienes sienten que la Iglesia debería asumir su responsabilidad por la discriminación contra los homosexuales dentro de la sociedad.

"La Iglesia desempeñó un papel a la hora de crear esta sociedad homofóbica. La iglesia va a decir que los hombres no deberían acostarse con hombres… Pero no creo que mi Dios creara algo que no le gustara a él mismo", opinó Jones. (FIN/IPS/tra-en/cwb/cb/mvf/aq/hd/99

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