/BOLETIN-AMBIENTE/ AGRICULTURA: Panamá se suma a lucha contra gusano barrenador

Panamá se sumó a la lucha regional para eliminar el gusano barrenador, que provoca pérdidas millonarias en las haciendas ganaderas de México y América Central, con la diseminación de millones de moscas estériles en su zona occidental.

Los primeros doce millones de moscas, esterilizadas en una planta de reproducción y tratamiento en el estado mexicano de Chiapas, fueron arrojados desde aviones el día 12 sobre las provincias de Chiriquí y Bocas del Toro, cerca de la frontera de Panamá con Costa Rica.

La operación forma parte de un programa a cargo de la Comisión Panamá-Estados Unidos para la Erradicación y Prevención del Gusano Barrenador (Copeg) iniciado a mediados de la década del 80.

Acuerdos similares con esa misma finalidad existen actualmente entre Estados Unidos y México y los otros cinco países de América Central.

La planta de esterilización de las moscas portadoras del gusano barrenador ubicada en Chiapas fue montada con recursos procedentes de ese programa, al igual que otra similar existente en Guatemala y una base de dispersión de los insectos establecida en Managua, Nicaragua.

El barrenador procede de una larva que la mosca Cochiomaya hoinivorax, también denominada "Devoradora de Hombres", deposita en las heridas de animales de sangre caliente, en especial vacunos, y les provoca graves daños en el cuero, adelgazamiento extremo y en algunos casos la muerte.

La larva también es depositada en las heridas abiertas de las personas.

La mosca, que se aparea una sola vez durante su existencia, recibe una radiación de cobalto 60 en la planta de Chiapas que atrofia los ovarios de la hembra y el aparato reproductor en los machos, los cuales luego son diseminados en las haciendas ganaderas.

Machos y hembras estériles producen, al copular con la mosca que produce el gusano barrenador no esterilizada, una masa de huevos no viables, con lo cual se rompe el ciclo de vida del insecto. Se realiza así el control artificial de la plaga.

En los próximos tres años el Copeg tiene previsto diseminar 80 millones de moscas estériles en todo el territorio de Panamá.

Esa parte del proyecto, junto con un centro de acopio que se construirá este año en el aeropuerto internacional Tocumen de esta capital, tiene un costo aproximado de 40 millones de dólares, de los cuales Estados Unidos aporta 85 por ciento y el resto el país receptor.

Otros 100 millones de dólares serian destinados en una segunda etapa si se decide construir en Panamá una planta similar a la de Chiapas con el fin de abastecer de moscas estériles a otros países de América Central.

El director general de la Copeg de Panamá, José Dimas Espinosa, dijo que el gusano barrenador obliga a los ganaderos a gastar más de nueve millones de dólares al año sólo en medicinas y atención veterinaria de los hatos.

Las pérdidas por la mala calidad de los cueros, las muertes y el bajo peso de los animales afectados por el gusano barrenador "son incalculables", indicó Espinosa.

Otro programa similar al del gusano barrenador se desarrolla desde 1982 con el propósito de erradicar la mosca del mediterráneo, que afecta las plantaciones de frutas en México y América Central.

En la planta de Chiapas también se han reproducido y esterilizado moscas de ese tipo para luego ser diseminadas en la región.

El costo de ambos programas es de unos 400 millones de dólares, de los cuales Estados Unidos aporta alrededor de 85 por ciento y el resto los países donde se encuentra la plaga.

La diseminación de moscas estériles del gusano barrenador fue visto con buenos ojos por los ganaderos y representantes de grupos ambientalistas de Panamá.

El presidente de la Asociación Nacional de Ganaderos (Anagan), Eduardo Irigoyen, indicó que esa organización apoya las iniciativas orientadas al mejoramiento de la productividad, la genética, la competitividad y los canales de comercialización.

"Este programa es de gran beneficio para la economía nacional y para los ganaderos que se van a evitar pérdidas anuales por nueve millones de dólares anuales".

Además de los beneficios económicos, Irigoyen resaltó que luego de los primeros tres años de aplicación del programa de siembra de las moscas estériles "el país estará libre de ese flagelo".

Panamá cuenta con una población de ganado vacuno de unos dos millones de animales. Junto con el ganado porcino y caballar, suma un total cercano a los 2,3 millones de cabezas.

El fundador y directivo del no gubermanetal Centro de Estudios Conservacionistas Aplicados (Ceca), René Chang, consideró que la erradicación del gusano barrenador "va a traer resultados positivos porque se trata de un insecto que provoca muchos daños y que aporta muy poco al medio ambiente".

El activista explicó que la población de este insecto aumentó desproporcionadamente en América Central "posiblemente por la desaparición de su depredador natural, que pudo tratarse de un ave u otro animal, que aseguraba su control biológico".

Tras señalar que cuando deja de existir el depredador natural la única forma de resolver el problema es a través del control artificial, Chang afirmó que el uso de Cobalto 60 para esterilizar las moscas "no produce daño alguno al ambiente porque la cantidad usada es insignificante". (FIN/IPS/sh/mj/en/98

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