(Arte y Cultura) CUBA: Producción de libros se recupera lentamente

Tras casi un década de crisis, la industria editorial cubana parece encaminada a demostrar que sus años de penurias van desapareciendo aunque sea muy lentamente.

Como "Feria de la Recuperación" calificó el semanario Trabajadores, órgano de la central obrera única, a la Octava Feria Internacional del Libro de La Habana, que se celebra hasta el día 10.

Dedicado a México, el evento sirve de escenario para que los 70 expositores, entre casas editoriales y otras instituciones, presenten a disposición del ávido lector cubano unos 200 nuevos títulos.

Esta feria, considerada por especialistas como la más abarcadora de cuantas se organizan en el país, ha creado expectativas sobre si quedarán atrás los tiempos de famosas librerías cubanas completamente desoladas.

Informes del Instituto Cubano del Libro (ICL) revelan que a partir de 1990 las tiradas de los libros se redujeron a 2.500 o 3.000 ejemplares, cuando a finales de los años ochenta superaban los 30.000.

De los más de 40.000 títulos editados entre las décadas del sesenta y el noventa, se llegó a 700 en 1997. En 1992, se pusieron en venta un millón de ejemplares de los diversos libros, cuando en los treinta años anteriores se habían tirado mil millones 200.000.

Entre 1993 y 1994 transcurrió la mayor crisis editorial nacional, cuando sólo se produjeron, respectivamente, 1.150.000 y 3.600.000 ejemplares. Para 1996, la cifra ascendió ligeramente hasta los cuatro millones.

De acuerdo con Trabajadores, el sistema editorial cubano aún no se ha recuperado totalmente, pues lo que hoy circula en las librerías o bibliotecas del país apenas representa una quinta parte del volumen de libros producidos en los años ochenta.

Por otra parte, el insaciable lector cubano sólo tiene acceso a lo más novedoso de la literatura mundial cuando cada dos años se celebra en la isla la Feria del Libro o si visita una de las 21 tiendas que venden exclusivamente en dólares libros de unas 70 editoriales extranjeras.

Para la mayoría de los cubanos, esos establecimientos son únicamente vidrieras que observan con nostalgia ante la obligación de invertir los pocos dólares que poseen en necesidades básicas.

Omar González, presidente del ICL, afirmó que parte de la producción debe comercializarse en dólares para financiar los costos de producción y otra menor está a la venta en la moneda nacional, el peso.

"Esto priva al lector de cierta cantidad de libros, pero se debe encarar el problema", reconoció. "Eso sí, ninguna edición de libros se vende sólo en dólares, por lo menos la mitad de una tirada llega al lector cubano", explicó.

El alza de los costos en la producción de libro ha impactado también en el repunte de los precios de aquellos títulos ue se venden en moneda nacional.

Especialistas aseguran que el costo de producción de un libro se multiplicó por ocho en la presente década con respecto a la anterior y que el precio promedio de cada título pasó de 80 centavos de peso antes de 1990 a 5,54 pesos en 1996.

El anuncio de las autoridades editoriales de continuar una reducción de precios, sin que se vuelva a la época en que aquí se encontraban los ibros "más baratos del mundo", parece alentar al cubano, cuyo salario promedio es de unos 200 pesos, menos de 10 dólares.

La recuperación del libro parece descansar también en el apoyo que ofrece el gobierno, sobre todo en la producción de textos escolares, y el del Fondo de Desarrollo de la Educación y la Cultura, que ya ha aportado cerca de un millón de dólares.

Los directivos editoriales además han logrado acuerdos con unas 15 casas editoras del mundo para la realización de coediciones que hasta el momento garantizan cada año más de 100 títulos.

Muchas de esas editoriales están entre las 400 de 27 países que asisten a la Octava Feria Internacional del Libro de La Habana, con la cual sus organizadores desean reforzar el papel del ICL y del libro en la sociedad cubana.

"La intención es interesar nuevamente a las grandes masas y fundamentalmente a los jóvenes por tan noble producto enriquecedor del intelecto", explicó el director del ICL.

El lector espera, por su parte, que la Feria demuestre realmente los signos de recuperación del libro en su país, cuya crisis, al decir de expertos, ya impactó en la cultura nacional por su negativa repercusión en los índices de lectura, particularmente elevados en el pasado. (FIN/IPS/da/dg/cr/98

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