AFGANISTAN: ONU considera imponer embargo de armas

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) analiza la factibilidad de imponer un embargo de armas contra Afganistán tras varios intentos infructuosos de diplomáticos del foro mundial de poner fin a la guerra civil en el país de Asia central.

El Consejo de Seguridad de la ONU solicitó este martes al secretario general Kofi Annan la realización de "estudios preliminares sobre la forma de imponer un embargo de armamentos efectivo e implementarlo de manera justa y verificable", declaró el presidente del órgano, Fernando Berrocal, de Costa Rica.

Annan sugirió el embargo como una manera de limitar el gran tráfico de armas en Afganistán, aunque añadió que consideraría otras alternativas si el costo estimado de la medida es excesivo.

"Aparentemente grandes cantidades de materiales bélicos están ingresando a Afganistán", advirtió Annan al Consejo. "Es difícil aceptar el argumento de que los grupos afganos en guerra pueden mantener el combate actual mediante el uso exclusivo de 'armas y municiones abandonadas por los soldados soviéticos' ".

Las principales facciones en guerra en Afganistán son el movimiento fundamentalista islámico Talibán, que controla gran parte del país, y la Alianza del Norte, que combina fuerzas del anterior gobierno musulmán con integrantes de grupos étnicos tajikos, uzbekos y chiítas hazaras.

Tampoco es creíble, arguyó Annan, que los grupos afganos en guerra "puedan pagar grandes cantidades de armas en el mercado negro y contrabandearlas a Afganistán por su cuenta".

Eso es lo que algunos grupos están haciendo, replicó Abdul Hakeem Mujahid, representante de Talibán ante la ONU.

Mujahid sostuvo que el arsenal de armas dejado por los soviéticos cuando sus 10 años de intervención terminaron en 1989 fue suficiente para mantener a los soldados de Talibán bien armados.

Sin embargo, el envíado de Talibán también acusó a Irán de suministrar armas, sobre todo a la facción chiíta de Hezb-e- Wahdat.

Otros grupos también habrían sido armados por estados vecinos. Se cree que Pakistán brindó ayuda a Talibán, Rusia y Tajikistán al general Ahmed Shah Masoud, de la Alianza del Norte, y Uzbekistán vendió armas al general Abdurrashid Dostum, ex funcionario comunista.

El embajador ruso Sergey Lavrov declaró ante la Asamblea General de la ONU esta semana que Moscú tiene el convencimiento de que ciertos países no sólo están suministrando materiales bélicos sino que soldados extranjeros participan directamente en el combate afgano.

"Estamos preparados para discutir medidas prácticas específicas, con la intención de prohibir o limitar el suministro de armas a Afganistán", declaró Lavrov este martes.

Estas "medidas deben ser universales y aplicables a todas las partes en conflicto, abarcar toda la gama de productos militares y estar referidas tanto al espacio aéreo como a la totalidad de la frontera terrestre de Afganistán", añadió.

La inclinación de Rusia hacia la prohibición podría ser decisiva ya que es uno de los cinco miembros de los 15 integrantes del Consejo de Seguridad que cuenta con poder de veto y por tanto podría impedir toda medida de embargo que considere inapropiada.

Durante años, sin embargo, los vecinos de Afganistán no lograron ponerse de acuerdo sobre iniciativas diplomáticas en conjunto para resolver el conflicto del país posterior a la guerra fría.

Annan describió el papel de la ONU en Afganistán como "poco más que una coartada para cubrir la inactividad, o peor, de la comunidad internacional en general".

En los últimos meses, funcionarios de la ONU señalaron varios ejemplos de la creciente gravedad del conflicto. El Programa Mundial de Alimentación advirtió que el bloqueo impuesto por Talibán contra comunidades de la provincia septentrional de Bamyan podría generar hambrunas.

El movimiento Talibán, por su parte, solicitó la investigación de la ONU sobre denuncias de que unos 3.000 de sus partidarios fueron masacrados por las fuerzas de un líder independiente, el general Abdul Malik.

El enviado de la ONU Lakhdar Brahimi, está investigando los cargos, señaló Mujahid.

Ciertos intereses empresariales del Norte industrializado buscan vincularse con Talibán a pesar de su radical interpretación del Islam, la que generó acusaciones de discriminación contra mujeres y minorías religiosas y étnicas.

Leili Helms, vocera de Talibán en Nueva York, dijo a IPS que una compañía petrolera estadounidense, Union Oil of California (Unocal), ayudó a organizar la visita a Estados Unidos que los ministros en ejercicio de Información, Industria y Minas del movimiento realizaron la semana pasada.

Los tres funcionarios se reunieron con funcionarios de bajo rango del Departamento de Estado antes de partir para Francia, informó Helms.

Varias empresas de Estados Unidos y Francia están interesadas en construir gasoductos a través del centro y sur de Afganistán, donde se encuentran los 23 estados controlados por Talibán, añadió.

Aunque Talibán ejerce control militar sobre gran parte de Afganistán, incluso en Kabul, el movimiento sólo es reconocido como gobierno por Pakistán, Arabia Saudita y Emiratos Arabes Unidos. Muchos estados aún reconocen como presidente del país al líder de la Alianza del Norte, Berhanuddin Rabbani.

Funcionarios de la ONU sostienen que, aunque Talibán logró dominar gran parte de Afganistán entre 1995 y 1996, el movimiento en la actualidad no logra realizar mayores avances frente a la Alianza del Norte.

"El conflicto afgano no tiene solución militar", declaró Berrocal este martes en nombre del Consejo de Seguridad. La mayoría de los líderes de Afganistán discrepan en forma explícita con esta aseveración. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/aq/ip/97

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe