AMERICA LATINA: Balance positivo con dudas para 1998 hizo Cepal

América Latina tuvo en 1997 un "buen año"económico, con significativo crecimiento del producto y baja inflación, según el balance que entregó hoy la Cepal, con la advertencia de que este desempeño difícilmente será sostenible en 1998 por el impacto de la crisis financiera asiática.

Gert Rosenthal, secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), con sede en Santiago, indicó que el producto interno bruto (PIB) de la región tendrá este año un crecimiento del orden de 5,5 por ciento.

Este índice se compara favorablemente con el 3,5 por ciento del año anterior y con el crecimiento promedio de 3,2 del PIB regional entre 1991 y 1996, destacó Rosenthal, quien dejará el día 31 la dirección de Cepal.

La tasa ponderada de inflación de América Latina será inferior a 11 por ciento en 1997, continuando así el exitoso proceso de control de precios, con tasas de 888 por ciento en 1993, de 335 en 1994, 26 en 1995 y 18 el año pasado.

Este año ningún país tendrá una evolución recesiva del PIB, como ocurrió en 1996 con Costa Rica, Venezuela y Jamaica, y los extremos estarán en Argentina, con un PIB de ocho por ciento, y la propia Jamaica con una tasa de cero por ciento.

Detrás de Argentina se sitúan República Dominicana, con 7,5 por ciento, México y Perú (siete), Chile y Uruguay (6,5 por ciento), Nicaragua y Venezuela (cinco), Honduras (4,5) y Bolivia, El Salvador, Guatemala, Guyana y Panamá, con cuatro por ciento.

Brasil y Ecuador tendrán un aumento del PIB de 3,5 por ciento, Colombia, Barbados y Trinidad y Tabago de tres, Costa Rica, Cuba y Paraguay de 2,5 por ciento, y en rangos menores estarán Haití y Santa Lucía (uno por ciento), además de Jamaica.

"Resulta paradójico que justamente cuando se palpa un ambiente de preocupación sobre las economías de América Latina, y particularmente la de Brasil, nuestro balance para 1997 revele que éste fue uno de los mejores años desde principios de los setenta", comentó Rosenthal.

Ello revela el avance de los países de la región desde la crisis de los años 80 y también que, desde el punto de vista macroeconómico, la región está mejor preparada que antes "para enfrentar los desafíos del futuro", agregó el secretario de Cepal.

"Es verdad que la crisis de los países asiáticos podría comprometer ese buen desempeño en 1998. De hecho, las medidas ya adoptadas por Brasil, por ejemplo, anuncian una desaceleración en el ritmo de crecimiento de esa economía, de por sí moderado en 1997", subrayó.

No obstante, Cepal confía en que la rápida capacidad de reacción de los gobiernos y las medidas adoptadas para sanear los sistemas financieros, así como para perfeccionar la gestión macroeconómica, podrán mitigar los efectos de la crisis.

"Observamos con cauteloso optimismo la capacidad de la región para seguir adelante", puntualizó Rosenthal, quien encabezó la Cepal desde 1987 y será reemplazado a partir del año próximo por el colombiano José Antonio Ocampo.

La crisis asiática se sumó como factor adverso al fenómeno climático del Niño, que perjudicó la producción agrícola de los países latinoamericanos del Pacífico, con prolongadas sequías en unos casos y grandes inundaciones en otros.

La convulsión financiera y bursátil que comenzó en Tailandia y se extendió desde octubre prácticamente a todo el mundo afectará a América Latina con una menor demanda de sus materias primas entre los "tigres asiáticos" y bajas de precios de las mismas.

Las devaluaciones que realizaron los países del sudeste asiático influirán igualmente en una pérdida de competitividad de los productos latinoamericanos en esas naciones, además de los riesgos de una contracción en los flujos de inversiones.

Rosenthal recordó que desde 1994 la Cepal advirtió sobre los riesgos de la llamada globalización financiera, caracterizada por la circulación de capitales de corto plazo sin control de los gobiernos y una amplificación del "efecto dominó" de las crisis.

América Latina, indicó, debe defenderse de esos riesgos a través de los equilibrios macroeconómicos, controlando su endeudamiento externo, aumentando el ahorro interno y con un sector exportador dinámico, robusto, creciente y diversificado.

El incremento del comercio intralatinoamericano, sobre la base del intercambio de productos con mayor valor agregado entre los países de la región, tiene que ser alentado en el marco de los resguardos ante el impacto de la crisis asiática, señaló.

En el balance regional se destacó precisamente un buen desempeño de las exportaciones regionales, así como el ingreso de capitales extranjeros, que alcanzará este año el volumen sin precedentes de por lo menos 73.000 millones de dólares.

Esta gran afluencia de fondos, constituida en casi dos tercios por inversión directa, permitirá cubrir el déficit en cuenta corriente, que aumentó de 35.000 millones de dólares en 1996 a 60.000 millones en 1997, equivalente a tres por ciento del PIB.

Rosenthal comentó que este déficit equivale "a una luz amarilla, pero no a una luz roja", y que sería preocupante sólo en caso de que se mantuviera esta brecha en los próximos años.

El secretario ejecutivo de Cepal advirtió que si bien 1997 será un buen año en términos convencionales de crecimiento e inflación, en una mirada más amplia persisten debilidades en la región en materia de rezagos sociales.

La tasa de desempleo urbano disminuirá sólo levemente, de 7,7 por ciento el año pasado a 7,5 por ciento en éste, mientras los salarios reales crecen a tasas muy moderadas en Brasil, Chile y Colombia y están estancados en Argentina, Perú y Uruguay.

La distribución regresiva del ingreso sigue siendo uno de los grandes problemas sociales de la región, al punto de que "las cifras macroeconómicas revelan mejorías, pero la mitad de la población no lo sabe", observó Rosenthal. (FIN/IPS/ggr/dg/if/97

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