Diez candidatos a la Presidencia de Bolivia iniciaron una dura batalla con propósitos comunes y diferencias de matices: todos ofrecen combatir la pobreza y alcanzar un crecimiento superior a cuatro por ciento, pero sin tocar el modelo.
El sistema de economía de mercado y la rápida apertura comercial vigentes desde 1985 han posibilitado el "milagro boliviano" de detener una inflación anual de 24.000 por ciento para llevarla a 3,82 por ciento en los últimos 12 meses.
De una economía estancada, Bolivia pasó en los últimos años a un crecimiento sostenido de 3,5 por ciento, aunque insuficiente para sacarlo de la situación de país más pobre de América Latina junto con Haití.
"Esos logros no se tocan", parecen decir los seis principales candidatos que el próximo 1 de junio se disputarán la Presidencia y que esta semana "rindieron examen" en un foro sobre propuestas para el desarrollo económico, organizado por los empresarios industriales.
El general retirado Hugo Banzer Suárez, líder de la derechista Acción Democrática Nacionalista (ADN) y el candidato con mayores posibilidades de ganar las elecciónes según las encuestas, ofreció emprender una lucha sin cuartel contra la pobreza, que afecta a siete de cada 10 bolivianos.
"El boliviano será socio de mi gobierno y no adversario. Esta gestión de gobierno que concluye (del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada) escogió su socio: el capitalizador que importa, el nuestro será el productor que exporta", aseguró Banzer, un ex dictador que gobernó por la fuerza entre 1971 y 1978.
En la lluvia de ofertas que caracteriza a todo proceso preelectoral, el ex presidente Jaime Paz Zamora (1989-93) y candidato por el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) planteó una "alianza estratégica entre el Estado, empresarios y trabajadores" para el despegue económico.
Sus prioridades son incentivar la inversión privada extranjera y nacional, recuperar el desarrollo del país y hacer del crecimiento la ruta crítica del próximo gobierno. Pero aunque está segundo en las encuestas, los analistas consideran que difícilmente podrá llegar nuevamente al gobierno.
Un silencioso veto de Estados Unidos en su contra ha aislado a Paz Zamora y su partido del resto de los candidatos, por los supuestos vínculos que habría tenido con el narcotráfico.
El propio embajador de Washington en Bolivia, Kurtis Kamman, afirmó que su gobierno "no quiere tener vínculos con gente que ha recibido apoyo de narcotraficantes", en clara alusión al MIR.
El candidato del oficialista Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), Juan Carlos Durán, tercero en las encuestas, tiene como principal oferta electoral la continuidad del proceso de reforma estructural iniciado por el presidente Gonzalo Sánchez de Lozada en 1993.
Considerado como un candidato sin carisma, Durán podría llevar al MNR, el partido con mayor votación en las elecciones de 1993, a una de sus peores derrotas, aseguran los analistas.
Pero las reformas en educación, salud y participación popular que ejecutó Sánchez de Lozada, bien recibidas por la población, no cuentan con el respaldo del candidato oficialista.
La populista Unidad Cívica Solidaridad (UCS) que disputa el cuarto lugar con la también populista Conciencia de Patria (Condepa), apuesta por el fortalecimiento del agro y el aprovechamiento de los corredores bioceánicos de exportación para convertir a Bolivia en eje de integración regional.
"Bolivia no puede perder la oportunidad de ser un puente entre el Pacífico y el Atlántico a través de la ejecución de infraestructura caminera necesaria, porque caso contrario países como Argentina o Brasil construirán otras vías sin pasar por Bolivia", dijo Ivo Kuljis, candidato presidencial por UCS.
Condepa, que tiene a La Paz como su principal plaza electoral y postula a la Presidencia a Remedios Loza, una mujer de origen indígena, no hizo conocer aún su propuesta económica.
Finalmente, el Movimiento Bolivia Libre (MBL), partido del canciller Antonio Araníbar, propone insertar a Bolivia en la economía mundial para lograr mayor productividad y acumulación de excedentes para una mejor distribución de la riqueza nacional.
"La distancia entre el Primer Mundo y el Cuarto Mundo es cada día más abismal. Nosotros sí podemos garantizar la continuidad de este proceso de cambios", aseguró Miguel Urioste, candidato presidencial del MBL, que se reivindica como autor y heredero de las reformas de Sánchez de Lozada.
A las cuatro fuerzas restantes -el derechista Partido Democrático Boliviano y los de izquierda radical Vanguardia Socialista Boliviana, Izquierda Unidad y Eje de Convergencia Patriótica- no aparecen, según las encuestas, con posibilidades de lograr buenos resultados electorales. (FIN/IPS/jcr/ag/ip/97
