GINEBRA – A la martirizada Franja de Gaza llegó con fuertes lluvias la tormenta Byron, provocando inundaciones que ponen en riesgo a los 795 000 desplazados que sobreviven en campamentos, advirtió este viernes 12 la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Byron, que afectó con inundaciones a Grecia y Chipre, y alcanzó también a Israel, inundó miles de tiendas de campaña en campamentos de familias desplazadas por los dos años de guerra en la Franja, donde cerca de 90 % de las viviendas fueron destruidas o dañadas por los combates y los bombardeos israelíes.
A pesar del alto el fuego -por demás frágil- establecido desde el 10 de octubre pasado entre las fuerzas israelíes y la milicia islamista Hamas, centenares de miles de palestinos continúan refugiados en albergues, sobreviviendo en condiciones muy precarias y dependiendo del acceso a la ayuda humanitaria internacional.
La OIM y otras agencias de las Naciones Unidas han despachado artículos de albergue, junto con alimentos, medicinas y otras provisiones, para auxiliar a los habitantes de Gaza, incluyendo tiendas resistentes al agua, frazadas térmicas, esterillas para dormir y lonas impermeables.
Pero incluso esos elementos no alcanzan para poder soportar las inundaciones. Muchos sitios de desplazamiento se encuentran sobre terrenos bajos, llenos de escombros, con sistemas de desagüe y de eliminación de desechos inadecuados, dejando a las familias en un riesgo exacerbado de brotes de enfermedades.
Amy Pope, directora general de la OIM, dijo que “las personas en Gaza han convivido con las pérdidas y el temor por mucho tiempo. Ahora, luego del ingreso de este frente de tormenta, las familias están intentando proteger a sus hijos con lo que tienen. Merecen más que esta incertidumbre. Merecen seguridad”.
Destacó, en declaraciones divulgadas por la OIM en esta ciudad suiza, que “el acceso inmediato y sin limitaciones es esencial para que las herramientas e insumos puedan llegar a quienes están haciendo todo lo que pueden para seguir estando juntos en estas condiciones extremadamente complicadas”.
“Los palestinos en Gaza están confinados en un espacio menor al 50 % de la superficie”, recordó Haitham Aqel, líder del Equipo de Socorro y Emergencias del Consejo de Viviendas de Palestina, una organización local asociada a la OIM.
Las fuerzas militares israelíes que ocupan la mitad de la Franja -de 365 kilómetros cuadrados y unos 2,2 millones de habitantes- controlan y limitan el acceso de ayuda humanitaria a través de unos pasos fronterizos.
La OIM informó que los kits de herramientas básicas, bolsas de arena y bombas para el agua, al igual que los materiales de construcción como madera y madera terciada, siguen demorados por restricciones al acceso, y esos materiales son cruciales para reparar y reforzar albergues contra las lluvias e inundaciones.
“Fuimos testigos de inundaciones en todas partes, y con la infraestructura ya devastada, las lluvias provocaron daños severos”, dijo Aqel.
Agregó que “usamos bolsas de arena para crear desagües, pero muchas camas y colchones pertenecientes a las personas afectadas sufrieron daños mientras el agua ingresaba a las tiendas que ya están muy desgastadas”.
Un programa de monitoreo de la OIM identificó más de 140 000 personas afectadas por lluvias anteriores que ya habían inundado 219 sitios de desplazamiento activos.
“Las necesidades son abrumadoras. Necesitamos con suma urgencia maquinaria pesada para remover los escombros, más artículos para albergues y los trabajos de recuperación deben empezar cuanto antes para que Gaza pueda comenzar a ser reconstruida”, insistió Aqel.
La víspera, el grupo de personalidades internacionales Elders, creado a comienzos de siglo por el fallecido líder sudafricano Nelson Mandela, denunció en una declaración que “la realidad diaria de los palestinos en Gaza sigue siendo de muerte, hambre y desplazamiento”.
El grupo condenó los continuos ataques militares de Israel y la obstrucción a la entrada de ayuda a Gaza. Recordó que más de 350 palestinos, incluidos muchos niños, han sido asesinados por las fuerzas israelíes en Gaza desde que entró en vigor el alto el fuego el 10 de octubre pasado.
También destacaron en su declaración que “los 320 000 niños gazatíes menores de cinco años siguen en riesgo de desnutrición aguda”, como muestra de la necesidad del ingreso masivo y urgente de ayuda humanitaria a la Franja.
Señalaron que Estados Unidos, y las potencias árabes y europeas con influencia se enfrentan a una prueba crucial, y subrayaron que “cualquier presencia internacional en Gaza debe apoyar la revitalización de las estructuras de gobernanza palestinas que allanen el camino hacia la creación de un Estado, no reemplazarlas”
“Si el presidente (de Estados Unidos, Donald) Trump y otros líderes permiten que esto continúe sin control, pondrá en peligro las perspectivas de una paz justa y destruirá cualquier esperanza de superar el genocidio y la hambruna en Gaza”, alertó la declaración de Elders.
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