Inundaciones prosiguen días después de pasar por Cuba el huracán Melissa

Operaciones de rescate en una de las zonas inundadas por el desbordamiento del río Cauto, en la provincia de Granma, en el sureste de Cuba, tras el paso del huracán Melissa. Las maniobras de salvamento debido a las inundaciones involucraron a las Fuerzas Armadas Revolucionarios. Imagen: Periódico 26
Dariel Pradas

LA HABANA – Siete días después de que el huracán Melissa pasara, el miércoles 29 de octubre, por el sureste de Cuba, con vientos de hasta 200 kilómetros por hora, las inundaciones provocadas por el fenómeno meteorológico aún cubren varios lugares de la provincia de Granma.

“En este minuto todavía escucho sobrevolar los helicópteros de rescate y salvamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Los escucho desde mi casa. Se está haciendo un trabajo tremendo”, dijo a IPS el viernes 31, vía telefónica, Betty Granado, periodista residente en el municipio de Bayamo, la capital provincial.

Durante las siete horas que tardó Melissa en cruzar el oriente de la isla causó graves daños, al hacerlo como huracán de categoría 3 (de 5) en la escala Saffir-Simpson.

Las intensas lluvias provocaron inundaciones, desbordamiento de ríos y embalses, y deslaves en zonas montañosas, principalmente en las provincias de Santiago de Cuba, Granma y Holguín.

Los destrozos alcanzaron a más de 45 000 viviendas, cientos de centros educativos y hospitalarios, y unas 78 700 hectáreas de cultivos, pero no provocaron muertes en el territorio, a diferencia de en el resto del Caribe.

“La situación continúa muy delicada, pero se está salvando a la gente. Puede tal vez no haya todas las condiciones materiales, sí, pero la gente ha sido lo más importante”: Betty Granado.

Antes de tocar tierras cubanas, Melissa pasó por Jamaica como un fenómeno de categoría 5 y vientos de hasta 295 kilómetros por hora, y fue debilitándose en su trayectoria al noreste hasta disolverse en el Atlántico norte, no sin antes cobrar la vida de más de 50 personas, la mayoría de Jamaica y Haití.

Sus lluvias dejaron en Cuba acumulados de hasta 400 milímetros (o litros por metro cuadrado), e inundaciones de comunidades enteras a raíz del desbordamiento de presas y ríos.

Así sucedió con la presa Cauto del Paso, la tercera del país por su capacidad, ubicada en Granma, en el curso del río Cauto –el más largo de la isla–, la cual se saturó del agua que bajaba de las montañas desde Santiago de Cuba y Holguín.

Cuando empezó a aliviar de forma natural, el río creció, arreció los pueblos de la ribera y luego terminó inundando las zonas de baja isometría que caracterizan al homónimo municipio de Río Cauto.

“Sobrevolamos toda el área de aguas debajo de la presa Cauto del Paso y estaba inundada por las lluvias y el agua que estaba liberando la presa… pudimos detectar personas encima de los techos de la casa, que se habían autoevacuado…”, dijo a los medios locales el jefe del Estado Mayor del Ejército Oriental, Florencio Navas Guevara.

Solo el domingo 2 empezó a atenuarse el flujo del agua de la presa, cuando el Ejército, mediante helicópteros, lanchas y otros equipos anfibios, ya había realizado decenas de operaciones de rescate a personas que no se habían evacuado con anterioridad y cuyas comunidades habían quedado aisladas por las inundaciones severas.

Incluso un tren llegó a Guamo el 31 de octubre, en el municipio granmense de Río Cauto, para evacuar a unas 2600 personas mientras la crecida del río amenazaba por cercar a la comunidad, una maniobra que se interrumpió con el socavamiento de la vía y el desenganche de algunos vagones, sin heridos entre los pasajeros.

Más de 1000 personas pudieron evacuarse entonces, mientras que el resto permaneció en el pueblo hasta que pudo salir días después.

“La situación (en Granma) continúa muy delicada, pero se está salvando la gente. Puede tal vez no haya todas las condiciones materiales, sí, pero la gente ha sido lo más importante”, dijo Granado.

Edificaciones destruidas por el impacto del huracán Melissa en la ciudad de Gibara, ubicada en la provincia de Holguín, en el noreste de Cuba. Las labores de recuperación incluyen el saneamiento de las comunidades y las vías, así como el restablecimiento de los servicios de electricidad y agua ha podido decretar en todas las zonas la etapa de recuperación del paso del ciclón. Imagen: Cortesía de Edier Ortega

Prevención con tiempo de sobra

En el municipio de Palma Soriano, en Santiago de Cuba, el realizador audiovisual Osmanys Sánchez aún recuerda “el sonido de la devastación” y la “impotencia” que sintió ante el paso del ciclón Melissa.

“Sentir a las personas pidiendo auxilio, los tejados volando y saber que no puedes abrir siquiera una puerta a riesgo de ser succionado por la fuerza de los vientos”, dijo a IPS.

Según Sánchez, las autoridades sí hicieron trabajo preventivo “desde lo comunicacional, en todo momento fueron claros respecto a la magnitud de lo que pasaría”, pero varios vecinos se quedaron de todas formas en sus casas y guardaron provisiones para ello, aunque luego fueron devastadas junto a los techos.

“Te puedo dar fe de que hubo una preparación previa muy grande. Pero lo más doloroso es la sensación del mal que viene, de mal contra el que no puedes hacer nada. Y que por mucho que te prepares, tienes que estar consciente de que te puedes sorprender”, comentó Granado sobre los preparativos en la provincia Granma.

De acuerdo a esta periodista de Bayamo –ciudad que también sufrió por el desbordamiento del río homónimo–, desde el primer momento se activaron todos los Consejos de Defensa (órganos de gestión de desastres), y los equipos para la evacuación de personas. “Lo sé porque yo hablé con personas evacuadas”, dijo.

Antes de la llegada de Melissa a la isla, en Cuba se evacuaron o reubicaron a casi 800 000 personas en edificios estructuralmente más fuertes, una cifra considerable comparado con ciclones anteriores, lo cual también demanda gran cantidad de recursos económicos que no abundan en medio de la crisis que afronta esta nación insular caribeña.

Actualmente, aún se encuentran evacuadas unas 120 000 personas, mientras empiezan las labores de recuperación e higienización de las comunidades, la reparación de algunas carreteras y el restablecimiento paulatino de los servicios de electricidad y agua.

“Melissa dio tiempo para prepararnos todo lo que hubiésemos querido. ¿Qué pasa? Con todas las alertas tempranas que hubo, la preparación, la comunicación, siempre hay personas que deciden no evacuarse porque se quedan a cuidar los bienes que permanecen (en sus casas)”, dijo a IPS Jorge Luis Sol, funcionario del gobierno provincial de Granma.

Casa inundada por el desbordamiento del río Cauto, en la provincia de Granma, en el sureste de Cuba, tras el paso del huracán Melissa. Muchas personas no evacuaron a pesar de las advertencias de las autoridades. Imagen: Periódico 26

Recuperación en ciernes

En Gibara, una ciudad de la costa norte de Holguín, en el este de Cuba, Edier Ortega, un maestro de enseñanza primaria, perdió el techo de su hogar por el embiste del huracán, que estaba terminando su recorrido por Cuba.

“Llevamos más de 72 horas sin corriente. No han dado nada. Nadie ha pasado (a preguntar por los daños), ni el delegado (autoridad local). Pienso que somos muchos los afectados”, dijo a IPS

Aunque todavía no existe una cifra exacta de población damnificada por Melissa, varias organizaciones estiman que alrededor de tres millones de personas en Cuba pudieron haber sufrido el impacto de este huracán. Naciones Unidas (ONU) calcula un total de cercano a los seis millones de personas afectadas.

“El tema de la distribución de la ayuda aún no se ha desplegado por completo. Todavía se tienen a personas evacuadas, y algunas han ido retornando a sus hogares. Se esperan donaciones para los damnificados que se deben distribuir por el gobierno de la provincia”, comentó Sol.


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Varias instituciones sociales, así como la Cruz Roja Cubana y otras organizaciones no gubernamentales, coordinaron campañas de donativos para llevar recursos esenciales a las familias damnificadas.

Otros países y la ONU también confirmaron desde el día siguiente del paso de Melissa entregas de recursos para la etapa de recuperación tras el paso del ciclón, como el gobierno de Noruega, que confirmó el 27 de octubre, de manera anticipada, una donación de 400 000 dólares.

El gobierno de Estados Unidos, por su parte, permitió la entrega de donaciones a Cuba por parte de privados, días después de perder la votación en la ONU por una resolución contra las sanciones económicas unilaterales de este país a la isla.

“Toda ayuda que se pueda ofrecer es bien recibida porque hay personas que lo perdieron literalmente todo”, dijo Granado.

ED: EG

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