RÍO DE JANEIRO, Brasil – Al menos 130 personas murieron en una sola operación emprendida por la policía en dos favelas (barrios populares) de Río de Janeiro, la segunda ciudad de Brasil, contra la organización delictiva Comando Vermelho, de acuerdo con informes del ministerio público.
El fuego cruzado, incluidos drones con explosivos, entre delincuentes atrincherados y en las calles de las favelas contra unos 2500 efectivos policiales, paralizó durante la jornada del martes 28 la vida en parte de la urbe y afectó a centros de labor, escuelas, servicios de salud y el transporte, que volvían a la normalidad este miércoles 29.
Los informes de las autoridades la noche del martes daban cuenta de 64 fallecidos, de los cuales 60 civiles -presuntamente delincuentes la mayoría- y cuatro policías, pero los vecinos de las favelas encontraron y alinearon en las calles este miércoles otros 70 cadáveres, la mayoría muertos por disparos en áreas boscosas de la zona.
Con este fatídico aumento, la operación policial de Río de Janeiro se convierte en la más letal de la historia de Brasil.
Hubo decenas de heridos y el balance oficial también incluye 81 detenidos y 90 fusiles decomisados.
Después de que se suministró esa información al anochecer del martes, continuaron los disparos y presumiblemente la persecución de individuos durante la noche por estrechas callejuelas y áreas enmontadas de las favelas.
El Comando Vermelho, la segunda organización criminal más grande de Brasil -después del Primer Comando de la Capital radicado en São Paulo- es una añeja agrupación, que en su creación en 1979 incluyó a algunos izquierdistas encarcelados, dedicada principalmente al narcotráfico, extorsión, robo, secuestro y sicariato.
La operación policial fue lanzada por el gobernador de Río de Janeiro, Cláudio Castro, aliado político del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022), para para combatir la expansión del Comando Vermelho.
“Este operativo comenzó con la ejecución de órdenes judiciales y una investigación que duró más de un año y se planeó durante más de 60 días contra los narcoterroristas”, declaró Castro al informar sobre la operación el martes.
Castro criticó lo que considera falta de apoyo del gobierno federal para enfrentar al crimen organizado.
El presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, recién llegado de un viaje oficial a Asia, se ha reunido con su equipo en Brasilia para analizar la crisis.
En Ginebra, la oficina del alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh), Volker Türk, se declaró “horrorizada” por la macrooperación policial.
“Recordamos a las autoridades sus obligaciones ante el derecho internacional, y urgimos a que se conduzcan investigaciones de forma pronta y efectiva” sobre las muertes indicó la oficina en su cuenta de la red social X.
Agregó que “este operativo letal agrava la tendencia de consecuencias extremadamente violentas derivadas de las operaciones policiales en las comunidades marginadas de Brasil”.
Juanita Goebertus, directora para América de la organización Human Rights Watch, escribió en su cuenta de la misma red que “la fiscalía debe investigar las circunstancias de cada muerte y las decisiones que llevaron a esta tragedia”.
La matanza policial se produjo en vísperas de que la semana próxima Brasil acoja en su amazónica ciudad de Belém la 30 Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, un evento al que se espera que acudan miles de participantes.
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