MIAMI, Estados Unidos – Al menos 40 personas murieron en Haití, otras ocho en Jamaica y una en República Dominicana, debido a las lluvias, deslaves e inundaciones causadas a su paso por el poderoso huracán Melissa, que este miércoles 29 atravesó el oriente de Cuba, sumando considerables daños materiales.
En Haití, en la ciudad sureña de Petit-Goave, perecieron 25 personas por el desbordamiento del río La Digue, y otras cinco están desaparecidas, según informó su alcalde Jean Bertrand Subrene.
Steven Aristil, del Directorio de Protección Civil de ese país, declaró que en distintos desastres se registraron ya 40 muertes, de ellas 20 en Petit-Goave, donde las lluvias e inundaciones derrumbaron decenas de viviendas.
Los reportes de Jamaica corresponden a estimados iniciales, pues las autoridades señalaron que aún es temprano para ofrecer un balance sólido de los daños sufridos, y existe temor de que se produzcan deslaves en los terrenos montañosos sobrecargados de agua por las lluvias.
El huracán rozó Haití y República Dominicana antes de tocar tierra con toda su furia -categoría 5, la máxima en la escala Saffir Simpson, que mide esos fenómenos- en el territorio jamaiquino, llevando vientos de 295 kilómetros por hora (km/h).
Es el huracán más potente que haya llegado a Jamaica y, aunque el occidente de la isla fue el más afectado, el primer ministro Andrew Holness declaró “zona catastrófica” a todo el país de 2,8 millones de habitantes, 77 % de los cuales quedaron durante muchas horas sin electricidad.
Los gobernantes de Estados Unidos y el Reino Unido, Keir Starmer y Donald Trump, ya indicaron su disposición para enviar ayuda de emergencia a Jamaica.
También las agencias humanitarias de las Naciones Unidas hacen aprestos para llevar ayuda, a Jamaica pero también a los otros países afectados, por vía marítima desde Barbados o aérea en cuanto los aeropuertos de la zona de nuevo estén en operación.
La relativa lentitud con la que se ha desplazado Melissa por la región durante varios días es una fuente más intensa de desastres, porque así las lluvias y los vientos azotan más territorio durante más tiempo.
Este miércoles el huracán tocó tierra en la sudoriental provincia de Santiago de Cuba, ya degradado a categoría 3 y con vientos sostenidos de hasta 193 km/h, según informó el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC en inglés), pero en su recorrido hacia el Atlántico norte puede ganar nuevas fuerzas.
Unos 140 000 habitantes quedaron aislados en varias provincias, y las autoridades y comunidades de la zona han evacuado a más de 700.000 personas.
Poblados y campos del oriente cubano se llenaron de imágenes de espacios rurales anegados, calles y casas inundadas, tejados deslizados, árboles arrancados de raíz y servicios de electricidad afectados, aunque no se informó de víctimas fatales.
El huracán va en dirección noreste rumbo a las Bahamas y luego se prevé que alcance las Bermudas. En ambos archipiélagos existen previsiones para colocar en refugios a posibles afectados, tanto residentes como turistas.
Expertos meteorólogos han resaltado el papel del calentamiento atmosférico en el recorrido, la furia y la relativa lentitud de Melissa, lo que se tradujo en la descarga de más lluvias y durante más tiempo sobre los espacios castigados.
Las aguas alrededor de Jamaica estuvieron calientes durante todo el verano boreal, contribuyendo a convertir a Melisa en un monstruo de fuertes lluyvias y vientos que se acercaron a 300 km/h.
Para los expertos es una muestra de lo que el cambio climático puede causar en las tormentas, potenciándolas con más calor y humedad.
La secretaria general de la Organización Meteorológica Mundial, Celeste Saulo, había advertido de que “la inmensa amenaza que plantea Melissa resalta la necesidad de la labor de la OMM y de la iniciativa Alertas Tempranas para Todos”.
“Melissa batirá muchos récords. Pero esperamos que las víctimas se minimicen gracias al poder de la predicción, los beneficios de la cooperación internacional y regional basada en el intercambio de datos y observaciones, y la acción nacional y la movilización comunitaria basadas en la confianza”, expuso Saulo.
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