NACIONES UNIDAS – Más de 10 000 estudiantes fueron asesinados, heridos, arrestados o secuestrados en ataques contra instituciones educativas entre 2022 y 2023, y esas agresiones se han convertido en una epidemia global, advirtió un informe de la Secretaría General de las Naciones Unidas divulgado este martes 9.
Tras ese dato, el informe señala que en el año 2024 “la violencia contra los niños en los conflictos armados alcanzó niveles sin precedentes, con un asombroso aumento de 25 % en el número de violaciones graves en comparación con 2023”.
Los niños sufrieron las peores consecuencias de las hostilidades incesantes y los ataques indiscriminados, y se vieron afectados por el incumplimiento de los ceses del fuego y los acuerdos de paz, y por la profundización de las crisis humanitarias.
La ONU verificó 41 370 violaciones graves, de las cuales 36 221 se cometieron en 2024 y 5149 se cometieron con anterioridad, pero se verificaron en 2024. Las violaciones afectaron a 22 495 niños (14 383 niños, 7320 niñas y 792 de sexo desconocido), indicó el reporte.
Las cifras recogen el conjunto de violaciones graves contra niños: reclutamiento, asesinatos, violencia sexual, secuestros, denegación de acceso humanitario, y ataques a escuelas y hospitales.
Los países donde se han registrado las cifras más altas de violaciones graves verificadas son Israel y el Territorio Palestino Ocupado (8554), la República Democrática del Congo (4043), Somalia (2568), Nigeria (2436) y Haití (2269.
Pero los aumentos porcentuales más brutales se registraron en el Líbano (545 %), Mozambique (525 %), Haití (490 %), Etiopía (235 %) y Ucrania (105 %). Durante el mismo año, los ataques a escuelas aumentaron 44 %, y las violaciones y otras formas de violencia sexual se dispararon en 34 %.
Si bien los grupos armados no estatales fueron responsables de casi 50 % de las violaciones graves, fuerzas gubernamentales fueron las principales responsables de la muerte y mutilación de niños, los ataques a escuelas y hospitales, y la denegación de acceso humanitario.
El marcado aumento del número de niños sometidos a múltiples violaciones, de 2684 en 2023 a 3137 en 2024, debido a la convergencia del secuestro, el reclutamiento y la violencia sexual, representó una alarmante escalada de la brutalidad, dice el reporte.
Contra estudiantes, educadores e instituciones educativas durante 2024 hubo aproximadamente 6000 ataques, y el uso de escuelas con fines militares aumentó 20 % en un año, según el fondo para la educación en emergencias de la ONU, conocido como ECW, Education Cannot Wait (La educación no puede esperar).
Según la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), en la actualidad hay 85 millones de niños y niñas que viven en contextos de crisis y que no van a la escuela.
Expone que, en las zonas de conflicto armado, los ataques a escuelas han alcanzado un nivel alarmante que compromete gravemente el futuro de cientos de miles de niños y niñas y jóvenes.
La Unesco ha insistido en que las escuelas, universidades y otras instituciones educativas deben ser siempre refugios seguros y vías para fomentar la paz y el desarrollo.
Durante los conflictos armados, “su naturaleza civil debe ser reconocida y protegida bajo el derecho internacional humanitario, que exige la adhesión a los principios de distinción, proporcionalidad y precaución”, concluyó la entidad.
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