Cuba registra altas tasas de vulnerabilidad al VIH

Integrantes de la comunidad Lgbti+ sostienen banderas multicolor mientras participan en La Habana en una de las jornadas cubanas contra la homofobia y la transfobia. Se estima que 32 % de las mujeres trans en Cuba padece de VIH. Imagen: Jorge Luis Baños / IPS

LA HABANA – Un estudio reveló la prevalencia estimada de VIH en Cuba, en las llamadas “poblaciones clave”, aquellas en las que se registran los mayores índices del virus. La mayor vulnerabilidad recae en las mujeres transgénero, con proporciones de contagio que superan las de la región latinoamericana.

Publicado en agosto por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (Onei), la Encuesta Bioconductual de seroprevalencia del VIH, sífilis y hepatitis B y C en grupos de poblaciones clave, estimó en 54,9 % la tasa de prevalencia de la epidemia de las mujeres trans en La Habana, mayor que el 22,1 % en América Latina para ese grupo, según datos del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida).

Además, la tasa es mayor que la de los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres (HSH) que viven en la capital cubana (37,9 %).

“La prostitución es un indicador que determina un mayor índice de prevalencia de ITS (infecciones de transmisión sexual), VIH y sida en la población trans”, dijo a IPS Yoelkis Torres, activista por los derechos humanos y las personas en estado de vulnerabilidad.

“El VIH dejó de ser algo que mata, y hoy es relativamente reconocido como si fuera un catarro que se trata. Ese miedo que existía a la enfermedad, se perdió, por tanto, no existe la preocupación mayor al tema”: Yoelkis Torres.

Según el estudio, realizado entre 2022 y 2023 con el apoyo del Ministerio de Salud Pública (Minsap), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud) y el Fondo Mundial de Lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria, 19,2 % de las mujeres trans de La Habana consideran el sexo transaccional su principal fuente de sustento.

Asimismo, una de cada dos (52,5 %) lo practicó con parejas masculinas en los últimos 12 meses a la encuesta. De estas, 7,3 % nunca usó condón y 51,3 % solo lo hizo en ocasiones.

De los HSH de la capital, por su parte, 18 % realizó sexo transaccional en el último año, de los cuales, y entre ellos, solo 27,8 % usó condón “siempre”.

En relación a la sífilis activa, resulta también más frecuente entre las mujeres trans (16,24 %) que entre los HSH residentes en La Habana (2,52 %).

La investigación incluyó una muestra de mujeres trans capitalinas de 15 años y más, así como de HSH del mismo rango de edad, tanto de la capital como de los municipios cabeceras de Cienfuegos y Granma, provincias ubicadas en el centro y oriente del país, respectivamente.

En Cuba, el empleo de la definición “hombres que tienen relaciones sexuales con hombres” tiene un enfoque epidemiológico que describe un comportamiento específico relacionado con el riesgo de infección por el VIH, sin que esté necesariamente vinculado a la identidad sexual o de género de la persona.

La encuesta también aporta información estándar sobre datos sociodemográficos, comportamientos sexuales, relaciones de pareja, conocimiento y tenencia de infecciones de transmisión sexual (ITS), uso de preservativos, violencia en las relaciones de pareja e intrafamiliar, atención médica, estigma, discriminación y adicciones.

A partir de esta, se puede calcular la prevalencia de VIH en el país para estos grupos poblaciones: en el caso de los HSH, de un estimado de 173 000 de 15 años o más (3,8 % del total de hombres residentes en Cuba), 15,5 % tiene VIH; mientras, se estima que existen en Cuba 5500 mujeres trans, de las cuales, 32 % padece de esa enfermedad.

Activistas de la comunidad Lgbti+ participan en una Jornada contra la homofobia y la transfobia, en la capital de Cuba. Las mujeres trans en el país están expuestas a una mayor discriminación en el hogar o en el trabajo, a situaciones de violencia sexual y de desigualdad económica. Imagen: Jorge Luis Baños / IPS

Escasez de métodos preventivos

El VIH no es exclusivo de estos grupos poblacionales mencionados. El reporte Actualización mundial de sida 2022, elaborado por Onusida, evidenció que 30 % de los nuevos contagios mundiales en 2021 pertenecen a la población no comprendida entre las llamadas “claves”.

Sin embargo, de las nuevas personas diagnosticadas con VIH, 12 % eran trabajadores sexuales, 10 % se inyectaban drogas, 21% eran HSH, 2 % mujeres trans, y 25 % clientes de trabajadores sexuales y parejas sexuales de estas poblaciones clave, que en su totalidad no representan ni 5 % de la población mundial.

De hecho, el reporte indica que las mujeres transgénero tienen un riesgo 14 veces mayor de contraer el VIH que las mujeres adultas en la población general, mientras que los HSH, un riesgo 28 veces mayor que los hombres adultos en la población general.

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), a finales de 2023, había 2,7 millones de personas con VIH en la América Latina y el Caribe, de las cuales, 1,9 millones (70 %) estaba recibiendo tratamiento antirretroviral. Por su parte, 30 000 personas mueren por causas relacionadas con el sida.

En Cuba, donde los programas de prevención del VIH y sida cuentan con el financiamiento del sistema de salud gratuita y universal del Estado y el apoyo de instituciones gubernamentales como el Centro Nacional de Educación Sexual y redes comunitarias, su impacto se ha visto reducido en el último lustro por la crisis económica que afronta el país.

“Conseguir condones representa un gran problema ahora mismo. No hay en las farmacias (a precios subsidiados) y uno debe comprarlos carísimos en la calle. Además, ahora no es tan fácil hacerse análisis de serología en el hospital, por escasez de reactivos”, dijo a IPS Luis Rodríguez, un hombre homosexual de 31 años, administrador de un pequeño mercado privado en La Habana.

De acuerdo a la encuesta de seroprevalencia, solo 22,1 % de los HSH de La Habana respondió que “siempre encontró condones cuando quiso comprarlos” en los últimos 12 meses, menos que 58,8 % de las mujeres trans, que respondió de forma similar.

“Desde 2019 no hay preservativos para suministrar a toda la población. Seguir con el romanticismo de que la salud es gratuita y de que existen programas de prevención para personas con VIH impulsado por el Estado, es como seguir reafirmando algo que es común en toda Latinoamérica, donde la mayoría de estos servicios (de prevención) son gratuitos”, afirmó Torres.

Una promotora de salud distribuye en La Habana información relacionada con el control y la prevención de las infecciones de transmisión sexual. Los programas de prevención de VIH no son suficientes para impactar en una reducción de los índices de prevalencia de VIH en Cuba. Imagen: Jorge Luis Baños / IPS

“Un catarro que se trata”

Con una proporción relativamente baja de uso del condón, tanto en mujeres trans como en HSH, el estudio refuerza la importancia de estrategias dirigidas a modificar prácticas y aumentar el acceso a los servicios de prevención y tratamiento, entre los que incluye la incorporación de más personas a la Profilaxis Pre Exposición (PrEP).

La terapia PrEP es un método que reduce en más de 90 % la probabilidad de infección de VIH mediante la toma de medicamentos antirretrovirales, pero apenas se introdujo en Cuba en 2019, en alianza con Onusida, Pnud y las redes comunitarias de personas trans, parejas y familiares (Transcuba), de personas que viven con VIH (RedCuba+) y de hombres que tienen sexo con otros hombres (Red HSH-Cuba).

La mayoría de los HSH y las mujeres trans desconocían la PrEP como un método preventivo eficaz para el VIH, reveló la encuesta.

“Ahora es que el servicio se viene a ampliar a otros lugares del país. Antes solamente era en Matanzas y La Habana”, dijo Torres, quien fue coordinador durante una década de la Red HSH-Cuba en la provincia de Matanzas, ubicada en el occidente de la isla.


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Onusida estima que en América Latina y el Caribe se requiere que 2,3 millones de personas tengan acceso a la PrEP. Sin embargo, para finales del 2023, solo se había alcanzado una cobertura de 180 000 personas.

La cuestión cultural también puede servir de explicación a los altos índices de prevalencia de VIH en Cuba, opinó Torres.

“El VIH dejó de ser algo que mata, y hoy es relativamente reconocido como si fuera un catarro que se trata. Ese miedo que existía a la enfermedad, se perdió, por tanto, no existe la preocupación mayor al tema”, agregó.

A pesar de las diversas vías para llevar información a la población sobre prácticas sexuales seguras y sobre los beneficios del uso del condón, solo a seis de cada diez HSH de La Habana reportan que han recibido información en los últimos doce meses sobre estas. En el caso de las mujeres trans, la proporción fue de 80 %, reveló la encuesta.

Sin embargo, las mujeres trans están expuestas a una mayor discriminación en el hogar o en el trabajo, a situaciones de violencia sexual y de desigualdad económica, así como a otras consecuencias negativas a raíz por su identidad de género que la llevan a un estado de marginalización.

“Los programas de prevención no llegan a toda la población trans, porque esta no desea, ni quiere, ni estima conveniente, estar afiliada a nada. Son personas independientes, porque muchas veces, mientras menos se visibilizan, menos discriminadas se sienten”, dijo Torres.

ED: EG

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