En el noroeste de El Salvador, las pérdidas en las cosechas y los cambios en las temperaturas han traído consigo una amenaza a algunas prácticas culturales de los pueblos indígenas. Hoy, la siembra se ha convertido en un acto de fe y el vínculo con la tierra, que durante generaciones ha guiado a los pueblos indígenas, comienza a desvanecerse por los efectos de la crisis climática. Imagen: Carlos Cárdenas