PARÍS – La Unesco lamentó la retirada de Estados Unidos de la organización mundial dedicada a la educación, la ciencia y la cultura, pero anunció que se encuentra preparada para encarar la ausencia de la nación norteamericana.
Su directora general, Audrey Azoulay, declaró: “Lamento profundamente la decisión tomada por el presidente Donald Trump de retirar una vez más a Estados Unidos de la comunidad de Estados miembros de la Unesco, decisión que entrará en vigor a finales de diciembre de 2026”.
“Por lamentable que sea, se preveía este anuncio y la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) se ha preparado para ello”, puntualizó Azoulay.
Hizo hincapié en que la decisión de Washington “contraviene los principios fundamentales del multilateralismo”, y en que “nuestros numerosos socios en Estados Unidos podrían ser los primeros en verse afectados”.
Con ello aludió a sitios candidatos a inscribirse en la Lista del Patrimonio Mundial que protege la Unesco, urbes que buscan reconocimiento como “ciudades creativas” o universidades con “cátedras Unesco”.
La Unesco cuenta con 194 Estados miembros y supervisa más de 1200 sitios declarados Patrimonio Mundial, 26 de los cuales se encuentran en Estados Unidos, incluyendo la Estatua de la Libertad, el Parque Nacional de Yosemite y el Parque Nacional del Gran Cañón.
Los sitios que se añaden a la Lista del Patrimonio Mundial obtienen acceso a financiación internacional para contribuir a su protección y conservación.
Al dejar la Unesco, el gobierno de Trump completa su tercer retiro de brazos del sistema de las Naciones Unidas, pues ya decidió abandonar la Organización Mundial de la Salud y el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
La portavoz del Departamento de Estado en Washington, Tammy Bruce, dijo en un comunicado que la participación en la Unesco “no es del interés nacional de Estados Unidos”, y acusó a la agencia de “promover causas sociales y culturales divisivas”.
Es la tercera vez que Estados Unidos deja la Unesco. Lo hizo en 1984 durante el gobierno de Ronald Reagan, y regresó en 2002 cuando gobernaba George W. Bush. Se retiró otra vez en 2018, durante la primera presidencia de Trump, y reingresó hace dos años, durante la pasada administración, de Joe Biden.
Entre las razones que dio Bruce para el retiro figura que la entidad de la ONU sostendría “una agenda globalista e ideológica para el desarrollo internacional que está en desacuerdo con nuestra política exterior de Estados Unidos Primero».
Pero, además, según Washington, “la decisión de la Unesco de admitir al ‘Estado de Palestina’ como Estado miembro es altamente problemática, contraria a la política estadounidense, y contribuyó a la proliferación de la retórica antiisraelí”.
Azoulay replicó que “las razones dadas por Estados Unidos son las mismas que hace siete años, a pesar de que la situación ha cambiado profundamente, las tensiones políticas han disminuido y la Unesco representa hoy un espacio único de consenso para un multilateralismo concreto y orientado a la acción”.
Los argumentos de Washington “también contradicen la realidad de los esfuerzos desplegados por la Unesco, en particular en lo relativo a la enseñanza sobre el Holocausto y la lucha contra el antisemitismo”, agregó.
Insistió Azoulay en que “la vocación de la Unesco es acoger a todas las naciones del mundo, y Estados Unidos es y seguirá siendo bienvenido”.
“Seguiremos trabajando mano a mano con todos nuestros socios estadounidenses del sector privado, académico y asociativo, y continuaremos nuestro diálogo político con la administración y el Congreso de Estados Unidos”, aseveró.
Con respecto al impacto financiero del retiro estadounidense, Azoulay dijo que “en los últimos años, hemos emprendido importantes reformas estructurales y diversificado nuestras fuentes de financiamiento”.
“Gracias a los esfuerzos impulsados por la organización desde 2018, se ha compensado la tendencia a la baja de la contribución estadounidense, que ahora representa únicamente ocho por ciento del presupuesto total”, indicó.
La participación estadounidense es menor que las requeridas a Washington desde otras agencias de la ONU, que en algunos casos llegan a 40 %.
El último presupuesto divulgado por la Unesco, sumando estimados de aportes voluntarios para programas específicos, alcanzaba los 1800 millones de dólares para el período 2024-2025.
“Hoy la Unesco está mejor protegida en términos presupuestarios, gracias al apoyo constante de un gran número de Estados y de contribuyentes privados. Estas contribuciones voluntarias se han duplicado desde 2018”, apuntó Azoulay.
“En este momento, la organización no prevé ningún despido”, concluyó.
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